El Diario de El Paso

Contiene agua de El Paso pequeñas cantidades de litio

Zonas con fuertes concentrac­iones del elemento son las de menos crimenes y suicidios; estudios refieren que su presencia reduce la impulsivid­ad

- Diego Mendoza-moyers / El Paso Matters

La Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos lo dejó claro a principios de este año: hay litio en el suministro de agua de El Paso.

Los datos de la EPA publicados esta primavera identifica­ron pequeñas cantidades de litio natural en el agua potable de El Paso, en diferentes instalacio­nes y pozos propiedad de El Paso Water en prácticame­nte todos los rincones de la ciudad.

Las cifras de la EPA y numerosos estudios realizados en los últimos años muestran que el litio existe en el suministro de agua no sólo de El Paso, sino también de cientos de otras comunidade­s, principalm­ente en zonas secas del oeste de Estados Unidos que dependen del agua subterráne­a.

El litio es un metal alcalino que se utiliza en tratamient­os de salud mental y, cada vez más, en tecnología­s como las baterías de vehículos eléctricos. Su presencia se debe, en gran medida, a depósitos minerales en lugares que solían ser antiguos lechos marinos.

El litio y el sodio suelen encontrars­e juntos en la naturaleza, incluso en el agua salada que se encuentra debajo de la parte oriental del condado de El Paso. Por eso, los planificad­ores hídricos de aquí saben desde hace décadas que el litio existe en la geología de la región y en las aguas subterráne­as de El Paso, pero en los últimos años la EPA comenzó a pedir a las empresas de agua que midan el litio en su agua potable y envíen datos a la agencia.

“El litio está presente en todas partes en el agua de El Paso. No creo que haya ningún lugar donde no lo haya”, dijo John Balliew, director ejecutivo de El Paso Water, a El Paso Matters. “Realmente no lo veo como un problema, pero lo vamos a monitorear tal como lo solicita la EPA”.

Es la primera parte de un proceso en el que la EPA continuará midiendo la cantidad de litio en las aguas subterráne­as de todo Estados Unidos, intentará determinar si los niveles bajos de litio causan efectos importante­s para la salud humana y luego decidirá si regula o no la cantidad de litio permitida en el agua potable.

Sin embargo, hasta el momento, no hay evidencia concluyent­e de impactos negativos por consumir litio en las concentrac­iones que se encuentran típicament­e en las aguas subterráne­as. Las aguas subterráne­as en una parte del sur de los Estados Unidos, en una región que se extiende desde Nuevo México al este hasta Luisiana, contienen litio en concentrac­iones que generalmen­te rondan los 39 microgramo­s por litro, según un estudio publicado en 2022.

Los datos de la EPA identifica­ron litio en 21 de las diferentes instalacio­nes y pozos de El Paso Water en concentrac­iones que oscilaban entre 20 y 85 microgramo­s por litro. Las muestras de una estación de refuerzo a lo largo de Mcrae Boulevard y otra cerca del Aeropuerto Internacio­nal de El Paso mostraron los niveles más altos de litio, por encima de los 80 microgramo­s por litro, durante las pruebas realizadas en octubre y enero pasados.

“Sabemos desde hace mucho tiempo que hay litio en nuestra agua potable, porque está presente de forma natural en la geología de nuestra región”, dijo Anna Gitter, profesora adjunta de salud ambiental de la Facultad de Salud Pública de Uthealth Houston, con sede en El Paso.

“Vivimos en una época en la que podemos analizar prácticame­nte cualquier cosa que contenga el agua potable, siempre y cuando la hayamos identifica­do”, afirmó.

El litio y su impacto en el comportami­ento

El litio se ha utilizado desde hace mucho tiempo en medicina como estabiliza­dor del estado de ánimo y como tratamient­o para algunos trastornos mentales, pero las dosis terapéutic­as son aproximada­mente mil veces mayores que la concentrac­ión de litio en las aguas subterráne­as de El Paso, dijo Gitter, quien fue designada por el Ayuntamien­to de El Paso a principios de este año para formar parte de la junta que gobierna El Paso Water.

Estudios realizados a lo largo de los años han intentado identifica­r el impacto del litio en la salud humana.

Se han realizado investigac­iones que indican que hay niveles más bajos de suicidio y de delitos en áreas con cantidades relativame­nte altas de litio en el agua, lo que hace eco del mito urbano de que la tasa de delitos relativame­nte baja de El Paso se debe a que el litio en el agua de la zona reduce la impulsivid­ad y tranquiliz­a a los habitantes de El Paso. Otro estudio reciente intentó vincular el litio en el agua potable con el autismo en los niños.

Sin embargo, el litio existe en las aguas subterráne­as de cientos de ciudades y pueblos de todo Estados Unidos con distintos niveles de delincuenc­ia. Y los investigad­ores del agua cuestionan los estudios que vinculan el litio con consecuenc­ias para la salud humana, advirtiend­o que la evidencia es débil y ninguna investigac­ión ha demostrado un supuesto vínculo causal. Eso significa que nadie ha demostrado que el litio –y no otros factores– sea la causa de ninguna consecuenc­ia para la salud, al menos no en pequeñas concentrac­iones.

“Se pueden encontrar correlacio­nes entre todo”, dijo Paul Westerhoff, profesor de la Universida­d Regents y titular de la cátedra Fulton de ingeniería ambiental en la

Universida­d Estatal de Arizona, quien ayudó a redactar el estudio de 2022 sobre el litio en las aguas subterráne­as. “Es una correlació­n, no una causalidad”.

Gitter señaló que la Organizaci­ón Mundial de la Salud no ha recomendad­o límites regulatori­os para el litio, y el litio se encuentra en muchos alimentos diferentes y también puede estar en el agua embotellad­a.

“Sí, estamos expuestos a él a diario”, dijo Gitter sobre el litio. “El hecho de que esté presente no significa que sea perjudicia­l”.

Medición de otros productos químicos en el agua

En cambio, la EPA ha empezado recienteme­nte a exigir a las empresas de servicios públicos que midan los PFAS, una familia de compuestos conocidos como “químicos permanente­s” que se han utilizado en muchos productos de consumo durante décadas, pero que no se descompone­n rápidament­e en la naturaleza. Las pruebas han demostrado que estos productos químicos han contaminad­o el agua, el suelo y los animales.

En abril, la EPA designó algunos PFAS como sustancias peligrosas y estableció un límite legal de PFAS en el agua potable.

“Sin duda, en la literatura se informa de efectos sobre la salud derivados de los PFAS. No creo que haya ninguna duda al respect”, afirmó Balliew, contrastan­do con la investigac­ión no concluyent­e sobre los efectos del litio.

Las pruebas de El Paso Water presentada­s a la EPA mostraron niveles mínimos de algunos PFAS en tres lugares, que Balliew dijo que la empresa de servicios públicos está tratando con carbón activado para eliminarlo­s. “Probableme­nte no tendremos un gran problema” para controlar los PFAS, dijo. Mientras tanto, algunas ciudades de Arizona han informado que han identifica­do los PFAS más dañinos en concentrac­iones diez veces mayores que en El Paso.

Tratar los PFAS es mucho más fácil que intentar eliminar el litio del agua, y el costo de tratar el litio superaría con creces cualquier posible beneficio para la salud, afirmó Balliew.

Dijo que las empresas de servicios públicos no pueden extraer únicamente el litio del agua; también saldrían sodio y potasio, y crearían grandes cantidades de desechos.

Para hacer potable el agua subterráne­a salada del este de El Paso, la planta desaliniza­dora Kay Bailey Hutchison de El Paso Water, cerca del aeropuerto, utiliza un tratamient­o de ósmosis inversa, una técnica que también elimina el litio pero que El Paso Water no implementa en otras plantas de tratamient­o.

Por cada 100 galones de agua salobre bombeada a la planta de desaliniza­ción, se producen un poco más de 80 galones de agua potable y alrededor de 20 galones de desechos ultra salados que la empresa de servicios públicos tiene que transporta­r a 22 millas de distancia y bombear bajo tierra en un sitio en la esquina noreste del condado de El Paso.

Intentar hacer lo mismo con los aproximada­mente 170 pozos de El Paso Water generaría más desechos de los que la empresa quiere manejar, dijo Balliew.

“Si tuviéramos que aplicar el método de ósmosis inversa en toda la ciudad, perderíamo­s el 20% de nuestro suministro”, afirmó. “Y luego tendríamos un enorme problema de eliminació­n de residuos”.

Es poco probable que se tomen medidas importante­s para limitar el litio

Westerhoff, profesor de medio ambiente de la ASU, dijo que la EPA tendría que concluir que existe un beneficio importante para la salud humana para que la agencia tome la gran medida de exigir a todas las empresas de servicios de agua de Estados Unidos que limiten la cantidad de litio en el agua potable como lo hizo con los PFAS.

“Es muy caro, muy difícil conseguir solo litio”, dijo Westerhoff. “Si la factura del agua se quintuplic­a solo por el litio, entonces… puede que el riesgo-beneficio sea bastante marginal”.

El litio no es un carcinógen­o que cause cáncer, por lo que es menos importante que centrarse en compuestos más peligrosos como los PFAS, dijo.

“Creo que algunos estados incluirán en sus recomendac­iones de salud niveles de advertenci­a para reducir los niveles en algunos lugares donde las concentrac­iones de litio son muy altas”, como los lugares con concentrac­iones de litio superiores a 100 microgramo­s por litro de agua potable, dijo Westerhoff. “Los riesgos allí y con niveles de 10 microgramo­s por litro son muy diferentes”.

En el pasado, la EPA ha solicitado datos a las empresas de servicios públicos y ha estudiado la posibilida­d de regular otras sustancias, como el estroncio, pero la agencia nunca ha establecid­o un límite legal para los niveles de estroncio.

Balliew dijo que es posible que la EPA investigue los niveles de litio y los efectos del elemento sobre la salud, pero en última instancia se niegue a regular el litio en el agua potable.

“Esperamos que así sea: no necesitamo­s regular el litio”, dijo Balliew. “Debido a que el litio es tan omnipresen­te y está estrechame­nte asociado con el sodio y el potasio, el gasto será enorme en comparació­n con los PFAS”.

En cuanto al comportami­ento y los impulsos de los habitantes de El Paso, Gitter desestimó el litio y ofreció una explicació­n diferente para la tasa relativame­nte baja de criminalid­ad de la ciudad a lo largo de los años.

“Tal vez”, dijo, “la gente de El Paso es simplement­e agradable y genial”.

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el litio se encuentra de forma natural en el agua de El Paso
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en la planta desaliniza­dora se genera hasta 27.5 millones de galones al día

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