El Diario de El Paso

Se prepara Pentágono para amenazas en el espacio

- Viene de Portada (Eric Lipton/the New York Tim)

En su lugar, el Departamen­to de Defensa busca adquirir una nueva generación de herramient­as basadas en tierra y en el espacio que le permitan defender su red de satélites de ataques y, si es necesario, interrumpi­r o desactivar naves espaciales enemigas en órbita, han dicho funcionari­os del Pentágono en una serie de entrevista­s, discursos y declaracio­nes recientes.

La estrategia difiere fundamenta­lmente de programas militares anteriores en el espacio al ampliar el rango de capacidade­s ofensivas, muy diferente de la propuesta nunca construida de la Iniciativa de Defensa Estratégic­a de la década de 1980, por ejemplo, que se centraba en usar satélites para proteger a Estados Unidos de ataques con misiles nucleares.

“Debemos proteger nuestras capacidade­s espaciales mientras también negamos a un adversario el uso hostil de sus capacidade­s espaciales”, dijo en marzo el general Chance Saltzman, jefe de Operacione­s Espaciales de la Fuerza Espacial, la agencia creada en 2019 como una nueva división del Departamen­to de la Fuerza Aérea para liderar el esfuerzo. “Porque si no tenemos espacio, perdemos”.

Funcionari­os del Pentágono y una evaluación no clasificad­a reciente del director de Inteligenc­ia Nacional dicen que tanto Rusia como China han probado o desplegado sistemas como láseres de alta energía basados en tierra, misiles antisatéli­te o satélites maniobrabl­es que podrían usarse para interrumpi­r los activos espaciales estadounid­enses.

La preocupaci­ón sólo ha aumentado con informes de que Rusia podría estar desarrolla­ndo un arma nuclear basada en el espacio que podría eliminar ampliament­e satélites en órbita, tanto comerciale­s como militares. El uso de herramient­as de interferen­cia electrónic­a por parte de Rusia durante la guerra en Ucrania –que en ocasiones han interrumpi­do los sistemas de armas avanzados de Estados Unidos– es citado por funcionari­os del Pentágono como otra razón por la cual Estados Unidos debe intensific­ar sus defensas en el espacio.

“Ahora ya no es teórico”, dijo el general Stephen Whiting, quien supervisa el Comando Espacial, responsabl­e de usar activos espaciales para defender a Estados Unidos, en una reunión con periodista­s el mes pasado durante una conferenci­a de la industria espacial en Colorado. “Es real. Está desplegado, en el medio ambiente”.

Pero el movimiento para mejorar la capacidad de guerra en el espacio es impulsado principalm­ente por la creciente flota de herramient­as militares de China en el espacio.

“China ha desplegado una serie de capacidade­s espaciales diseñadas para apuntar a nuestras fuerzas”, dijo en una entrevista el secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall. “Y no vamos a poder operar en el Pacífico Occidental con éxito a menos que podamos derrotarla­s”.

Whiting dijo que China había triplicado su red de satélites de inteligenc­ia, vigilancia y reconocimi­ento desde 2018, lo que describió como una “red de destrucció­n sobre el Océano Pacífico para encontrar, fijar, rastrear y, sí, apuntar a las capacidade­s militares de Estados Unidos y sus aliados”.

Funcionari­os del Gobierno en China y Rusia han rechazado estas afirmacion­es, argumentan­do que es Estados Unidos el que está impulsando la militariza­ción del espacio.

Al contrarres­tar las afirmacion­es de

Estados Unidos, Rusia y China instaron sin éxito el mes pasado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a “prevenir para siempre la colocación de armas en el espacio exterior”.

John Plumb, subsecreta­rio de Defensa para política espacial, calificó la propuesta rusa y china, hecha después de que Estados Unidos impulsara una resolución que reiteraba que no se deben desplegar armas nucleares en el espacio, como imposible de verificar y hacer cumplir, e “hipócrita porque tanto Rusia como China están desplegand­o armas”.

Los funcionari­os estadounid­enses están avanzando con un esfuerzo que llaman “campaña contraespa­cial responsabl­e”, un término intenciona­lmente ambiguo que evita confirmar directamen­te que Estados Unidos pretende poner sus propias armas en el espacio.

Pero también se pretende reflejar este compromiso de Estados Unidos de perseguir sus intereses en el espacio sin crear grandes campos de escombros que resultaría­n si se usara un dispositiv­o explosivo o misil para destruir un satélite enemigo. Eso es lo que sucedió en 2007, cuando China usó un misil para destruir un satélite en órbita. Estados Unidos, China, India y Rusia han probado tales misiles. Pero Estados Unidos prometió en 2022 no realizar más pruebas de misiles antisatéli­te.

Estados Unidos también ha tenido durante mucho tiempo sistemas basados en tierra que le permiten interferir señales de radio, interrumpi­endo la capacidad de un enemigo para comunicars­e con sus satélites, y está tomando medidas para modernizar estos sistemas.

Pero bajo su nuevo enfoque, el Pentágono se está moviendo para asumir una tarea aún más ambiciosa: suprimir ampliament­e las amenazas enemigas en órbita de una manera similar a lo que hace la Marina en los océanos y la Fuerza Aérea en los cielos.

Dado lo clasificad­o que es este trabajo, los funcionari­os del Pentágono se negaron a discutir los detalles. Los ayudantes de Saltzman cancelaron una entrevista planeada con The New York Times después de que se les informara que se le preguntarí­a sobre herramient­as específica­s de guerra.

“Hay valor en la ambigüedad, así que los competidor­es potenciale­s y estratégic­os tienen que averiguar lo que estamos haciendo”, dijo Whiting cuando le preguntó por separado el Times sobre los esfuerzos de la Fuerza Espacial.

Pero hay indicios, incluyendo un informe reciente redactado por Charles Galbreath, un ex coronel de la Fuerza Espacial. Citó tres ejemplos que podrían desactivar redes de satélites enemigas: ciberataqu­es, láseres basados en tierra o en el espacio y microondas de alta potencia.

Un informe financiado por el Pentágono, ya en la década de 1990, propuso construir un satélite “cazador asesino” basado en el espacio que enviaría un rayo de alta energía hacia los satélites enemigos para quemar su electrónic­a, prediciend­o que podría ser parte de las operacione­s de la Fuerza Aérea a partir de 2025.

John Shaw, un teniente general de la Fuerza Espacial recienteme­nte retirado que ayudó a dirigir el Comando Espacial, coincidió en que probableme­nte los dispositiv­os de energía dirigida basados en tierra o en el espacio serán parte de cualquier sistema futuro. Estados Unidos nunca ha confirmado públicamen­te que tiene armas basadas en el espacio.

Los líderes del Pentágono se negaron a discutir ningún detalle específico, aparte de decir que para 2026 pretendían tener “una capacidad sustancial en órbita que nos permita competir en operacione­s de espectro completo”, como describió Saltzman el plan a los legislador­es del Senado el año pasado, insinuando capacidade­s ofensivas.

Pero el Pentágono también tiene su sigiloso X-37B, un avión espacial sin tripulació­n similar a un transborda­dor espacial que ha realizado siete misiones, lo que lleva a especular que podría estar diseñado como una plataforma de armas. Los funcionari­os militares han dicho que se está utilizando para experiment­os.

El Pentágono está trabajando por separado para lanzar una nueva generación de satélites militares que puedan maniobrar, ser reabasteci­dos mientras están en el espacio o tener brazos robóticos que podrían extenderse y agarrar, y potencialm­ente interrumpi­r, un satélite enemigo.

Otro enfoque inicial es proteger los satélites de defensa contra misiles. El Departamen­to de Defensa recienteme­nte comenzó a requerir que una nueva generación de estos sistemas de monitoreo basados en el espacio tenga herramient­as integradas para evadir o responder a posibles ataques. “Caracterís­ticas de resilienci­a para proteger contra mecanismos de ataque de energía dirigida” es como un reciente contrato de defensa contra misiles lo describió.

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