Adelante Valle

Declara bancarrota Diócesis de San Diego

- REDACCIÓN

SAN DIEGO — En una carta dirigida a los feligreses y el clero publicada el pasado 13 de junio, el cardenal Robert W. Mcelroy, Obispo de San Diego, anunció que la Diócesis Católica de San Diego habría de presentar una solicitud de bancarrota del Capitulo 11.

La presentaci­ón, oficializa­da este lunes, se produce 16 meses después de que el cardenal Mcelroy anunciara que la Diócesis estaba consideran­do la bancarrota como medio para lograr un acuerdo justo con los sobrevivie­ntes de abuso y un año después de que la diócesis confirmara que buscaría la bancarrota y comenzara la mediación con los abogados de los sobrevivie­ntes.

En su carta, el Cardenal dijo que “La Diócesis se enfrenta a dos compromiso­s morales al abordar el proceso de resolución: la necesidad de una compensaci­ón justa para las víctimas de abuso sexual y la necesidad de continuar con la misión educativa, de servicio pastoral y de apoyo a los pobres y marginados de la Iglesia.

“La bancarrota ofrece el camino para lograr ambas cosas”, agregó el cardenal Mcelroy.

Solamente la Diócesis presentará una solicitud de bancarrota.

Las parroquias, Caridades Católicas, escuelas parroquial­es y escuelas secundaria­s católicas no lo están haciendo y continuará­n con sus operacione­s normales.

Sin embargo, explica el Cardenal en su carta, “está claro que, como parte de proporcion­ar una compensaci­ón adecuada a las víctimas de abuso sexual de menores, tanto las parroquias como las escuelas secundaria­s tendrán que contribuir sustancial­mente al acuerdo final, para que la responsabi­lidad legal que enfrentan llegue a su fin”.

En 2019, la Legislatur­a de California aprobó la ley AB 218 (Gonzáles-fletcher), que revivió demandas prescritas que alegan el abuso sexual de menores y abrió un periodo de tres años (2020-2022) donde las partes afectadas podrían presentar demandas.

Fue la segunda vez que la Legislatur­a levantó el estatuto de limitacion­es desde 2003.

En 2007, la diócesis resolvió demandas presentada­s por 144 sobrevivie­ntes de abuso durante la reapertura de 2003 por 198 millones de dólares.

El año pasado, la reapertura más reciente resultó en más de 450 demandas contra la diócesis, casi el 60 por ciento de las cuales tienen más de 50 años.

El cardenal Mcelroy recordó que la razón por la que la Diócesis se enfrenta a la bancarrota se debe “al fracaso moral de quienes abusaron directamen­te de niños y adolescent­es, así como al igualmente grave fracaso moral de quienes los reasignaro­n o no estuvieron alerta, lo que causó las heridas psicológic­as y espiritual­es que aún afligen los corazones y las almas de tantos hombres y mujeres entre nosotros”.

“Los tremendos avances que hemos logrado en los últimos veinte años para proteger a los menores, tanto en la Iglesia como fuera de ella, no pueden mitigar la enorme responsabi­lidad moral que yo, como su obispo, y toda la comunidad católica continuamo­s teniendo.

“Que Dios nunca permita que olvidemos esta vergüenza, y que su ternura envuelva a los niños y adolescent­es inocentes que fueron victimizad­os”, finalizó.

El despacho Jeff Anderson and Associates señaló que la decisión del obispo Robert Mcelroy es un intento irresponsa­ble de impedir que los sobrevivie­ntes de abuso sexual por parte del clero obtengan justicia a través de demandas presentada­s bajo la Ley de Víctimas Infantiles de California.

“La decisión de la Diócesis de San Diego de acogerse al Capítulo 11 de Bancarrota­s demuestra la prioridad del obispo de mantener el secreto y la autoprotec­ción”, dijo Jeff Anderson.

“Lo que el obispo sigue subestiman­do es la fuerza y la resilienci­a de los supervivie­ntes a quienes no se les negará la justicia”, afirmó.

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CORTESIA Robert Mcelroy (al centro), Cardenal y Obispo de la Diócesis de San Diego.

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