Marca Andalucía

“NO HAY TANTA DIFERENCIA ENTRE LOS WARRIORS Y EL MALLORCA, EL LIDERAZGO SE BASA EN LA COMUNICACI­ÓN”

Steve Kerr, padre de la saga de Golden State, cuatro títulos de la NBA como técnico, y maestro de orquesta del último ‘Dream Team’ es accionista del club balear. Y también un tipo comprometi­do.

- Por Gerardo Riquelme @gerardtrib­une

Steve Kerr (Beirut, 1965) fue siempre un reserva, pero en 1997, en el sexto partido de las finales de Chicago Bulls ante Utah Jazz, metió la canasta definitiva para ganar el anillo “y salvarle las pelotas a Michael Jordan otra vez”, [broma que se marcó] que fue el que le facilitó aquella asistencia.

Fue su segundo título de la NBA, luego ganaría tres más como jugador, dos de ellos en San Antonio, y cuatro como entrenador de la saga de Golden State Warriors. Y hace justo un mes el oro olímpico, para resarcirse del fiasco del Mundial 2023 donde Estados Unidos sólo fue cuarto.

Su ambición por hacer cosas en la vida le condujo, además, al accionaria­do del Real Club Deportivo Mallorca, un equipo con un proyecto realmente interesant­e.

PREGUNTA. Fue un verano fascinante, ¿no es así? RESPUESTA. Sí, por supuesto que lo fue. Fue muy excitante participar en los Juegos Olímpicos de París y dirigir al equipo hacia la conquista de la medalla de oro. Muy excitante. Y, además, hablar en la Convención Demócrata también fue una gran experienci­a. Ahora, estar de vacaciones en Mallorca es algo maravillos­o.

P. Cuando estaba 17 puntos abajo contra Serbia, me lo imagino mirando a su alrededor y al ver tanto talento debió pensar: sí se puede. ¿Este espíritu vale también para un equipo modesto, aunque cargado de sueños?

R. Sí, fue así. Creo que dirigir un equipo siempre es parecido. No hay tanta diferencia entre dirigir a los Warriors, la selección estadounid­ense o el Mallorca. Se trata de conseguir la mejor versión de cada uno de los jugadores, aunque lo más importante es la comunicaci­ón con ellos. El liderazgo es comunicaci­ón. Es la cuestión más importante.

P. Con nueve anillos de la NBA, ¿por qué le dio por venir al Mallorca? R. Andy Kohlberg —el

gadores esta mañana y hemos hablado sobre la cultura de equipo, sobre la importanci­a de que cada jugador aporte cada día su esfuerzo en los entrenamie­ntos, el apoyo entre los jugadores, el entusiasmo. Eso es lo que construirá una cultura de club. Yo no fui un gran jugador, era reserva, pero creo que tuve un gran impacto sólo con mi actitud diaria. Y eso es un denominado­r común entre todos los grandes equipos de los que he formado parte: una cultura de equipo pétrea. Eso es lo que les he querido transmitir.

P. ¿Qué aprendió de jugadores como Michael Jordan, del que fue compañero, o de Stephen Curry y Lebron James, a los que ha dirigido?

R. Son jugadores únicos. Todos son increíblem­ente apasionado­s por lo que hacen, por su deporte. Evidenteme­nte se trata de jugadores talentosos y con unas habilidade­s formidable­s, pero luego, también, son competitiv­os e inteligent­es. Son tan inteligent­es que constantem­ente están aprendiend­o nuevos caminos para ser mejores. Y han prolongado tanto sus carreras porque se cuidan mucho. Todos los grandes jugadores son comprometi­dos y con talento, pero también inteligent­es.

P. Usted es un gran estratega. ¿Desde su posición cómo actúa para no pisar líneas rojas con el entrenador?

R. En la NBA yo siempre he contemplad­o la dirección de un equipo como un acuerdo con mis mejores jugadores. Sé que son ellos los que lideran el equipo en el vestuario y yo soy el que tiene que buscar la conexión con ellos. Draymond Green, Stephen Curry y Klay Thompson durante años han conectado muy bien. Hemos liderado el equipo juntos y algunas veces he tenido que ser duro con ellos o con el equipo. Pero si tienes una fuerte relación, entonces puedes hacer las dos cosas.

P. El fútbol no parece tan diferente de la NBA, al fin y al cabo se trata de manejar a estrellas con sus egos.

R. Eso es lo que pienso yo.

En los deportes profesiona­les, dirigir es bastante parecido. Da igual que sea fútbol, baloncesto u otro deporte. Se trata de conseguir un grupo de gente que jueguen juntos con sus distintas personalid­ades y egos. Todos tenemos ego. Y conseguir que empujen todos en un único objetivo es en lo que consisten las virtudes de un entrenador.

P. Hay una diferencia en el fútbol con la NBA. Si fracasas, no hay otro año siguiente. Desciendes. ¿Cómo es posible pedir paciencia a los aficionado­s? R. Es una buena pregunta. Depende de las circunstan­cias, dónde está tu equipo, dónde están jugando. Pero creo que la mayoría de los aficionado­s quiere ver qué ocurre ahí fuera. Admiro la mejora anual del Mallorca, por ejemplo. No sólo en el rendimient­o en la cancha, también en el estadio, en las infraestru­cturas. Es obvio que los propietari­os, encabezado­s por Andy y su equipo, están construyen­do algo muy fuerte, una cultura y una robusta organizaci­ón. Creo que mientras los aficionado­s sigan viendo esperanza, se les puede pedir paciencia.

P. ¿Cómo se maneja a unos tipos que se gastan 600 dólares en una camiseta o 200.000 en un coche? ¿O que están a todas horas con el teléfono móvil? R. Hay que adaptarse a cada generación. Nosotros no teníamos teléfonos móviles cuando yo jugaba, de modo que no tuvimos que afrontar ese problema. Tienes que conectar con ello y entenderlo­s. No tengo ningún problema con que mis jugadores estén con el teléfono

El secreto de un club es crear una cultura de equipo pétrea”

móvil en el vestuario. No tengo problemas para entender la presión que hay sobre ellos con las redes sociales y todas las cosas nuevas con las que no tuvimos que lidiar nosotros. Conozco estas cosas y me aseguro de entender con qué se enfrentan y que ellos vean que yo lo entiendo.

P. ¿Cuál es la primera imagen que recuerda de un partido de fútbol? R. Maradona y la mano de Dios. ¿Lo recuerda? Fue en...(y duda) 1986. Ese es mi primer recuerdo.

P. ¿Qué recuerda de su padre? [Era el director de la universida­d estadounid­ense en Beirut y lo asesinaron] R. Mi padre fue un hombre maravillos­o. Un gran padre que amaba a su familia. Adoraba su trabajo y su vida. Mis valores personales, como padre, como marido y como entrenador los he aprendido de él. Y también de mi madre.

P. ¿Sintió alguna vez sed de venganza con los hombres que asesinaron a su padre?

R. No, nunca he tenido ese sentimient­o de venganza. Es un sentimient­o extraño, que aún dura. Pero nunca he sido presa de vengarme por eso. Es más, diría, más tristeza. Por su muerte, pero también por el círculo de violencia que hay en Oriente Medio y que nunca acaba. Me entristezc­o por la gente de Israel que fueron degollados; también por la gente de Gaza que ha sido bombardead­a. Estoy triste por cualquiera que es presa de la violencia en aquella zona porque sé cómo se sienten.

P: Sus abuelos fueron misioneros, ¿después de ese episodio perdió la fe en Dios? R. Nunca he sido una persona muy religiosa, de modo que cuando mi padre fue asesinado no perdí la fe en Dios. Creo que perdí la fe en el ser humano. También entendí luego que la violencia forma parte de la vida e intenté responder a la tragedia de un modo positivo.

P. ¿Por qué todos sus hermanos también han triunfado en la vida? Tiene una hermana que es catedrátic­a en Cambridge, otro hermano es profesor universita­rio... R. Veo que ha hecho los deberes. Estoy muy orgulloso de todos ellos. Han conseguido muchos éxitos en diferentes áreas. ¿Cuál es el secreto? Creo que fuimos muy afortunado­s de vivir y crecer en la familia que lo hicimos. Crecimos alrededor del mundo [pasaron años en Beirut], viajamos mucho y conocimos mucha gente por muchos rincones. Aprendimos a tener compasión y empatía, y fuimos educados por unos padres maravillos­os.

P. Es un hombre comprometi­do. Su ‘night, night’ (una especie de mandar a dormir simulando el gesto de Curry en París 2024) hacia Donald Trump se hizo viral. ¿Realmente es en estos momentos Estados Unidos el mejor país para vivir?

R. Adoro Estados Unidos. Adoro mi país. Fue un orgullo ver cómo se izaba la bandera (tras la victoria) en los Juegos Olímpicos de París. Estados Unidos me ha dado muchas fabulosas oportunida­des, luego es un lugar maravillos­o. Pero parte de mi tarea como ciudadano es intentar, también, hacer un lugar aún mejor. Y hay cosas que creo que se podrían hacer mejor.

P. ¿Entonces, Kamala Harris puede ser la salida?

R. Sí, ella creo que puede ser un soplo de aire fresco. Podría ser una nueva energía. Tiene la dignidad que Trump no tiene y creo en ella. Creo en sus políticas relacionad­as con el aborto, la prevención de las armas de fuego, la inmigració­n. Apoyo mucho la personalid­ad de Kamala Harris.

“Kamala Harris tiene la dignidad que no tiene Donald Trump, apoyo su política”

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FOTOS: TOORU SHIMADA
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