Pequeña desconexión de la plantilla
El Unicaja no entrenó ayer en Murcia, no tocó la pista siquiera para hacer una pequeña sesión de tiro, o cualquier vía para encontrar sensaciones antes del cuarto partido de la serie. Así lo decidió Ibon Navarro y su equipo de trabajo, liberar a los jugadores tras el desgaste de los últimos días. Buscar esa frescura, sabiendo que conlleva ru riesgo el no entrenar un día antes de partido, pero es una plantilla ya acostumbrada a esta forma de trabajar, tampocoes la primera vez. Después de ganar la BCL, con un viaje a Tenerife 48 horas después, y sin tocar bola, el Unicaja estuvo a un lanzamiento de ganar. Es el precedente más extremo. Todo se mira y analiza, es un play off largo, emocionalmente una montaña rusa y hay que liberar tensión, sabiendo que el Unicaja está obligado a ganar nuevamente en Murcia para no irse a la calle.
Un grueso de la plantilla aprovechó ese día libre, con asterisco al estar concentrado en un hotel para salir a comer y profundizar en la hostelería murciana, antes de reunirse nuevamente en el hotel durante la tarde, tanto en reuniones grupales, sí que hubo ese trabajo de vídeo, como visionar la semifinal entre Barça y Real Madrid en el hall. Quién sabe, si el rival en la final de ACB. Pero hay una sierra dura que superar. Se ve a un vestuario concentrado, que no gastó energía en celebrar el 1-2, impactante cuando las cámaras de Movistar entraban en ese vestuario, donde predominaba la serenidad. Incluso en el propio partido. Sin gestos vivos o de furia, sino que reinó la frialdad. Es la mentalidad con la que se ha viajado a Murcia. Ayudar a que la pelota entre, en un escenario especialmente hostil para el Unicaja, afición que aprieta la murciana y que sirve de acicate para los malagueños, familiarizados con ganar en Murcia durante las últimas temporadas. El partido de hoy será más complejo, y el Unicaja irá sin entrenar, con una pequeña sesión de tiro por la mañana, paso por el hotel y al pabellón.