Los aluniceros ponen el ojo en las clínicas de belleza y se llevan las cremas
Nada parece estar ya a salvo de los aluniceros, esos ladrones de establecimientos que mediante golpes o empotrando un vehículo en el escaparate se cuelan de noche en los comercios para saquearlos. Esta vez le ha tocado el turno a las socias de Akiabara, una clínica de belleza de la calle Aribau de Barcelona asaltada la madrugada de ayer.
Uno podría preguntarse: ¿qué busca un ladrón en una clínica a la cabeza en innovación en tratamientos de belleza? ¿La caja? Hace tiempo que el dinero en efectivo pasó a un segundo plano en los comercios y los clientes pagan con tarjetas. Pues el ladrón que asaltó Akiabara se dirigió al mostrador, donde encontró las dos tabletas en las que las clientas se deciden por el servicio, otro par de teléfonos inalámbricos y algo del efectivo que las socias y propietarias de Akiabara, Melissa Kotler y Cristina Ruiz, tienen en la caja por si alguien todavía paga en efectivo. Pero lo más sorprendente es que el ladrón se dirigió a la estantería donde la clínica expone los productos de belleza de alto standing que vende a las clientas y literalmente arrasó.
Con apenas un aÒo abierta al público, Melissa y Cristina hacían ayer por la maÒana recuento de las cremas faciales que el asaltante, grabado por las cámaras de vigilancia de la clínica, se llevó. “Es como si supiera el altísimo valor que tienen esos productos”, explican las dos mujeres. Todas las cremas robadas eran de la línea facial de la prestigiosa marca de cosméticos de Barcelona Haute Custom Beauty.c