La Vanguardia (1ª edición)

“No ve dificultad, ve motivación”

Érika Villaécija, que fue nadadora olímpica, analiza la técnica del portentoso Jincheng Guo

- Sergio Heredia

Querido lector, si usted no lo ha hecho aún, le recomiendo que haga lo siguiente: abra YouTube, teclee “Jincheng Guo en 50 metros en París 2024” y prep·rese para presenciar una escena alucinante.

Ahí va el nadador paralímpic­o chino, un joven de 23 aÒos que carece de brazos y que nada sin gorro (pues se rapó la cabeza al cero), un fenómeno que avanza en apnea, sin respirar, tan solo impulsado por su tren inferior, y que abre un cuerpo de ventaja sobre sus perseguido­res e incluso revienta la plusmarca mundial de la especialid­ad (50 m libre para discapacit­ados severos) al firmar 29s33.

(En total, el hombre acapara seis podios en París; cuatro de ellos son oro).

Al toparme con la escena –las piernas de Guo se agitan como las hélices de una zodiac, le propulsan a una velocidad sensaciona­l–, me pregunto:

–¿Es eso posible?

O mejor aún:

–¿Cómo es posible?

Y …rika Villaécija (40), que es psicóloga y comentaris­ta deportiva, y en su día fue nadadora con medallas mundiales y europeas, me contesta que sí, que algo así es posible.

Y me cuenta cómo es posible: –En el fenómeno Guo hay una parte innata y otra que se entrena – me dice–. Cuando hablo de la parte innata, me refiero a factores genéticos como la flotabilid­ad y la posición en el agua. Hay gente que lo tiene de serie. Hay cuerpos que tienen m·s capacidad para flotar y deslizarse en el agua.

Y entonces le pregunto:

–Si Guo hubiera nacido sin discapacid­ades, es decir con ambos brazos, ¿hubiera sido capaz de desarrolla­r esta capacidad para propulsars­e?

–Segurament­e, no. El caso es que tiene el cuerpo que tiene, y eso le ha forzado a sacarle un beneficio a todo aquello que pudiera ayudarle. –¿Y cómo se entrena?

–En mi época, me pasé aÒos entren·ndome en el CAR de Sant Cugat, acompaÒada de nadadores paralímpic­os que iban por el carril contiguo. He contemplad­o a especialis­tas como Carla Casals, Sarai Gascón, José Antonio Marí o Miguel Luque. Observaba sus sesiones en agua y en seco. Veía cómo adaptaban sus ejercicios en el gimnasio. Insistían en las sentadilla­s y los glúteos, sujetaban los agarres con los dientes...

–¿Y en la piscina?

–Para hacer pies en el agua, el nadador utiliza un tubo para respirar y hace piernas sin tabla. Así no tiene que sacar la cabeza: avanza en apnea. Observ·ndoles, aprendí mucho de ellos.

–¿Qué aprendió?

–Que tienen las mismas ambiciones que los deportista­s olímpicos: para los paralímpic­os, su campeonato tiene la misma importanci­a. Que tienen ganas, constancia y lucha, y su deporte les llena y también les frustra y les hace sufrir. Que no ven dificultad­es, sino motivacion­es.

Bendecido por ese soberbio tren inferior, cu·driceps como jamones, tobillos extraordin­ariamente el·sticos y eficientes, pies que aletean como la cola de un delfín, Jincheng Guo rompe la barrera del

“Guo tiene el cuerpo que tiene, y eso le ha forzado a sacarle un beneficio a todo aquello que pudiera ayudarle”

medio minuto y se golpea la frente al alcanzar la meta, el borde de la piscina.

–Un nadador olímpico, en plenitud de sus facultades, ¿es capaz de propulsars­e de ese modo, usando solo las piernas?

–Vamos a ver: la imagen de Guo es espectacul­ar. Pero, en general, los velocistas profesiona­les son capaces de nadar muy deprisa usando solo los pies. De hecho, es importante que lo hagan.c

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Adam Pretty / Getty Jincheng Guo, el nadador paralímpic­o chino, en París

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