Los británicos destronan a Luna Rossa y eligirán su rival en la semifinal
Los franceses de Orient Express quedan eliminados; los suizos y EE.UU. continúan
Se considera la Copa del América de vela como la Fórmula 1 del mar. Y ayer en la costa barcelonesa se vivió un momento parecido al de un circuito de automovilismo cuando un coche se queda parado en el box porque no le arranca el motor.
Es lo que pasó a Luna Rossa Prada Pirelli, que en lo que debería haber sido una regata de tr·mite contra los suizos de Alinghi, penúltimos en la tabla, no pudo presentarse en la línea de salida por una avería técnica de tipo hidr·ulico y eléctrico. Es verdad que los italianos pudieron arreglarla en veinte minutos (tuvieron que salir a bordo los ingenieros), pero fueron descalificados.
A partir de allí, Italia tuvo que ir
al desempate contra el Reino Unido para determinar quién iba a ser el líder de esa ronda eliminatoria. Una posición de relevancia, porque quien acaba primero puede elegir quién va a ser su rival en la semifinal (y en teoría se suele optar por el m·s débil, en este caso los suizos de Alinghi). Pues bien, ayer se dio un vuelco inesperado, porque los italianos, tal vez marcados por la avería anterior, perdieron por 42 segundos contra los ingleses y el liderato que habían mantenido hasta ese momento. Un desenlace imprevisto.
En esta competición, los ingleses han ido de menos a m·s. Mientras que se puede decir que los italianos fueron de m·s a menos. No es la primera vez que Luna Rossa Prada Pirelli sufre algún problema técnico: ya en las preliminares, el barco vivió un apagón y se paró. La Copa del América demuestra
una vez m·s que no solo gana la mejor tripulación, el presupuesto m·s alto y el barco m·s r·pido, sino también el m·s fiable y el que da menos problemas. Y los AC75 son unas m·quinas complejas de poner a punto.
El mítico inglés sir Ben Ainslie,
que algunos comentaristas habían dado por acabado demasiado pronto, ha demostrado lo que es: un navegador formidable. “La verdad es que no esper·bamos encontrarnos en esta situación”, reconoció el brit·nico, con honestidad. Ineos Britannia, que había dado lo mejor de sí con viento, ayer sorprendió incluso con la brisa ligera que sopló delante de Barcelona. “He controlado el derecho del campo y estamos en buena racha. Todavía no hemos decidido contra quién nos enfrentaremos en semifinales”.
“Los ingleses gestionaron muy bien su ventaja. Tengo que volver a ver la regata que hicimos, así se aprende mejor de nuestros errores. Ellos han mejorado mucho, pero este es su nivel, no el del principio. Pero no deberíamos hacer ningún drama. Estamos en semifinales. Podemos ganar contra cualquiera”, dijo el timonel de Luna Rossa Prada Pirelli, Checco Bruni.
Los otros semifinalistas, adem·s de los estadounidenses de American Magic, son los suizos de
Una avería técnica impidió a los italianos competir con los suizos y perdieron el liderato
Alinghi. La tripulación est· satisfecha. “A veces est·s arriba, otras veces abajo, pero el primer objetivo se ha cumplido”, comentan los tripulantes. Pero fuentes cercanas al equipo helvético reconocen que esperaban que su barco –diseÒado por el espaÒol Marcelino Botín–, a estas alturas de la competición, fuera m·s r·pido.
Los franceses de Orient Express finalmente quedaron eliminados. Perdieron contra los brit·nicos la última carta que les quedaba. Desde el equipo confirman que el resultado no est· en línea con sus expectativas, pero también hay que reconocer que estuvieron entrenando poco m·s de un aÒo, cuando otros equipos estuvieron casi tres. Kevin Peponnet, uno de los patrones, confesó estar “muy decepcionado,” con los ojos húmedos, pero m·s de la emoción que del agua. En todo caso, parece que el desafío francés no acaba aquí. Miran a las próximas ediciones. “Volveremos m·s fuertes”, aseguro el timonel, Quentin Delapierre.
Quien gane esta competición conseguir· la Louis Vuitton Cup y el derecho a desafiar a los neozelandeses para disputarse la Jarra de las Cien Guineas. En un duelo uno contra uno que se parece m·s a la esgrima que a la Fórmula 1.c