La Vanguardia (1ª edición)

La historia de amor de Jesse y Céline

Richard Linklater se basó en una vivencia propia para ‘Antes del amanecer’, icono del cine romántico contemporá­neo

- Astrid Meseguer

Imagino que en una década tan prodigiosa como los noventa, que nos brindó un legado de títulos tan emblem·ticos como Pulp fiction, Forrest Gump, Titanic oa un Scorsese en extraordin­aria forma con Uno de los nuestros o Casino, es muy probable que el lector se sorprenda con la elección preferida de la periodista que suscribe estas líneas.

Soy una rom·ntica empedernid­a. ¡Qué se le va a hacer! Y, como la opción al final es de lo m·s personal, no podía negarme a reivindica­r Antes del amanecer, una preciosa historia de amor dirigida aquel entonces por un casi desconocid­o Richard Linklater –había filmado Slacker y Movida del 76– con el protagonis­mo de unos jóvenes Ethan Hawke y Julie Delpy. El año que viene se cumplen precisamen­te tres décadas de su estreno en el Festival de Sundance.

En la Berlinale, Linklater se llevó el Oso de Plata al mejor director. Pocos reconocimi­entos para este indiscutib­le cl·sico del cine rom·ntico contempor·neo, icono del cine indie de los noventa, que recibió críticas muy positivas y, aunque su paso por las salas no fuera para tirar cohetes, marcó a toda una generación, la X, que cayó rendida al relato pausado y profundo de un flechazo juvenil cuya chispa se enciende en un viaje en tren con parada urgente en Viena y que supuso el inicio de una exitosa trilogía de culto: Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013). El director texano arranca la c·mara para mostrarnos

un paisaje bucólico a través de las ventanas del convoy. Una pareja discute en voz alta y en alem·n en un vagón y la joven chica rubia de al lado se levanta molesta para cambiarse de asiento. Muy cerca, un atractivo joven se fija en ella y comienzan a hablar.

Ser·n las primeras palabras de una larga e interesant­e conversaci­ón entre el inseguro estadounid­ense Jesse y la soñadora francesa Céline sobre mil aspectos de la

vida: sexo, amor, trabajo, muerte... Ella viaja de Budapest, donde ha ido a visitar a su abuela, a París. …l ha estado deambuland­o en interrail por Europa y al día siguiente coge un vuelo de regreso a casa desde la capital austriaca. Al hacer parada en Viena, Jesse propone a Céline que se baje con él y lo acompañe a explorar la ciudad. La química entre ambos es evidente y no quieren que acabe ahí.

Se lanzan a disfrutar de ese plan loco e improvisad­o por la cuna de la música y la cultura teatral del Viejo Continente. Se impone la sinceridad en sus preguntas directas y cuestionan el mundo que los rodea mientras transitan por escenarios repletos de historia y magia. Intentan esquivar sus miradas en una cabina de audición de una tienda de discos al escuchar Come here, de Kath Bloom. Y ante la puesta de sol, en lo alto de la noria de Prater, sellan su primer beso. Tan dulce como apasionado. Quedan pocas horas para estar

juntos y las exprimen al m·ximo. Ella dice que tiene la sensación de ser una mujer anciana cuya vida es solo un cúmulo de recuerdos. …l se siente como un chico de 13 que no sabe cómo volverse adulto.

A la mañana siguiente, los veinteañer­os se dirigen al andén para despedirse con la promesa de un reencuentr­o en seis meses. No se intercambi­an teléfono ni dirección. Dejan que el destino se imponga en tiempos sin redes sociales. Un final que nos dejaba en ascuas hasta nueve años m·s tarde.

El guion se inspiró en una experienci­a

Los personajes de Ethan Hawke y Julie Delpy se conocen en un tren, estalla la magia y hablan de todo

real de Linklater en 1989, cuando fue a visitar a su hermana a Filadelfia y entabló una charla con una desconocid­a en una tienda de juguetes que se prolongó en un paseo hasta el amanecer. El cineasta supo entonces que quería plasmar esa increíble vivencia en una película. A diferencia de Jesse y Céline, Richard y Amy sí que intercambi­aron sus teléfonos, pero con los años perdieron el contacto. El director albergaba la esperanza de que ella apareciera “en alguna proyección o algo así”. Sin embargo, desconocía que Amy falleció en un accidente de moto en 1994, poco antes de empezar el rodaje. Linklater se enteró del suceso en el 2010, por lo que en el 2013, al realizar Antes del anochecer, dedicó el filme a la memoria de esa joven, con la que compartió una noche tan especial. En la ficción, seguiríamo­s acompañand­o las andanzas de los personajes de Hawke y Delpy. De la mochila de ilusiones de la juventud a darse de bruces con la cruda realidad al llegar a los 30 y los 40. Aunque siempre con la palabra y ese amor latente por bandera. Linklater no est· por la labor, pero ojal· hubiese una cuarta entrega, y una quinta...c

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Castle Rock Entertainm­ent Julie Delpy y Ethan Hawke, en una romántica imagen de Antes del amanecer

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