Grietas y salvación
Tristan und Isolde de R. Wagner
★★★✩✩
Intérpretes: O.d lF ivald Bay h.
Di . Co o.: E. F i d ich. Di . M .: S. Bychkov. Di . E c: T Ö n A na on
Lugar y fecha: Bay h F pi l 25/07/2024
Abucheos para la nueva producción de Tristán e Isolda y vítores para el director musical Semión Bychkov. Así fue otra noche para recordar en la inauguración de la 112ª edición del Festival de Bayreuth. No convenció la propuesta teatral del director islandés Thorleifur Örn Arnarsson. Basada en las grietas emocionales de Trist·n, enamorado ya de Isolda antes del inicio de la ópera, debido a un pasado cargado por la desdicha.
La producción, con un primer acto protagonizado por una Isolda de vestido gigante y simbólico, escrito con los sortilegios de su conocimiento alquímico, se repite como tela-fetiche en los dos actos posteriores. La vistosa escenografía, que juega con el interior de un barco lleno de tesoros escondidos en el segundo acto, y un tercero con el esqueleto del navío en anticipo de la muerte de los amantes, no salva una dramaturgia de ligereza y vacío de contenido exasperante.
Para equilibrar el naufragio escénico alzó su batuta, reveladora y trascendente, el maestro Bychkov. Enamoró por la profundidad de los tempi, la hondura lírica de sus din·micas, de una elegancia y morbidez hipnóticas. Con un primer acto de colores infinitos, un segundo cargado del nocturno cromatismo que demanda Wagner, y un tercero y conclusivo donde el abismo existencial y emocional cristalizó con unas gradaciones sonoras exquisitas, propias de una batuta a la altura de las leyendas de Bayreuth.
En el reparto vocal hubo de todo. Camilla Nylund, veterana bayreuthiana, demostró su clase y profesionalidad, pero Isolda se escapa por vocalidad a sus medios. Andreas Schager, generoso y de canto expansivo, a punto estuvo del descalabro vocal en un tercer acto donde no midió bien sus fuerzas.
Olafur Sigurdarson fue un Kurwenal idóneo por timbre y potencia. Decepcionó el canto err·tico, calado y desigual de Günther Groissböck como rey Marke en su peor actuación en Bayreuth hasta la fecha. Christa Mayer fue una Brangäne solícita, pese a un timbre avaro y met·lico. Corrección en el resto, con mención a Lawson Anderson, un Steuermann de llamativo color.
Los diez minutos de aplausos finales premiaron a una batuta que es lo mejor que le ha pasado a Bayreuth desde la marcha de Christian Thielemann, anunciada su vuelta el aÒo que viene. El también anuncio de que Pablo Heras-Casado, actualmente al foso con Parsifal, ser· el primer espaÒol en dirigir un nuevo Ring en la Colina Verde en 2028 vuelve a situar al granadino con otro hito histórico en la meca wagneriana.c