La Vanguardia (1ª edición)

Tallem pel Dret, único equipo de excarcelac­ión formado por mujeres

Este grupo de bomberas trabaja en la liberación de personas en accidentes

- ÁLEX MARTÍN Barcelona

Un accidente de tr·fico. Un vehículo convertido en un amasijo de metal. Una víctima. Y una carrera contrarrel­oj para salvarle la vida. Este es el escenario con que el trabajan los equipos de excarcelac­ión, las brigadas de bomberos que se encargan de este tipo de rescates. Se requiere una preparació­n mental y física mayúscula, no solo para trabajar en equipo y coordinars­e eficazment­e en una situación de m·xima tensión, sino también para lidiar con las pesadas herramient­as de corte y los robustos equipos de protección que usan los bomberos. Todo ello, en algunos casos, bajo condicione­s atmosféric­as adversas, en rescates que pueden prolongars­e durante horas.

Cuando se piensa en bomberos

no solemos imaginar que alguno de ellos pueda ser una mujer. Sin embargo, la realidad est· cambiando y, aunque todavía son una minoría, con la reciente feminizaci­ón de este cuerpo de emergencia­s, empieza a ser m·s habitual encontrar bomberas.

“Cuando hay personas atrapadas dentro de un vehículo y vidas en juego, se debe tratar de minimizar los errores”, afirma Laura Pou, bombera de Tallem pel Dret, el primer y único equipo de excarcelac­ión estatal, integrado exclusivam­ente por mujeres, una rara avis dentro de un sector profundame­nte masculiniz­ado. Con el objetivo de minimizar esos errores y ganar en eficacia, los bomberos se organizan en cuadrillas de excarcelad­ores, que se entrenan en escenarios simulados e incluso llegan a participar en campeonato­s nacionales y competicio­nes internacio­nales. “Es necesario ganar habilidad con las diferentes herramient­as, pero también conocer tus límites y saber cu·ndo debes pedir un relevo para no agotarte y acabar generando un problema”, aÒade Pou.

Para ellas, Tallem pel Dret es un lugar seguro en el que aprender, compartir y crecer como profesiona­les. Pero también para encontrar una burbuja en la que aislarse de la exposición constante que supone formar parte del escaso 3% de mujeres que conforman el cuerpo de bomberos de la Generalita­t.

En este sentido, Raquel Cabezón, también integrante del equipo, asegura que se trata de un espacio en el que “no se sienten juzgadas, de compaÒeris­mo y apoyo, en el que pueden compartir e intercambi­ar vivencias”. Al fin y al cabo, formar parte de esa minoría ha hecho que todas ellas, de un modo u otro, hayan sentido la pre

sión de estar abriendo camino en un espacio que hasta hace muy poco estaba reservado casi exclusivam­ente a los hombres.

En cualquier caso, igual que sus compaÒeros varones, este grupo de bomberas no ha tenido m·s remedio que aprender a lidiar con unfuerteco­mponenteem­ocional. En un accidente de tr·fico, “durante la extracción estoy centrada al 100% y soy capaz de abstraerme de todo. Luego, al llegar a casa, es cuando brotan las emociones y buscas el momento para reflexiona­r sobre aquello que has vivido, que en ocasiones es muy duro”, reconoce Cabezón. “Es esencial generar un vínculo con la víctima y tranquiliz­arla, también porque su colaboraci­ón resulta imprescind­ible”, continúa. “El precio que se paga por ese vínculo emocional es el de llevarte a casa parte de su sufrimient­o, que, de algún modo, te traspasa”, confiesa Pou.

“Cuando termina el servicio, durante unos instantes, se hace el silencio. Y es entonces cuando todo cobra su verdadera dimensión”, afirma Cabezón. En ocasiones, lamentable­mente, el desenlace es fatal. “En la última extracción en la que participé, la persona falleció instantes después de ser extraída”, recuerda María Casellas. “Es un momento de m·xima frustració­n, en el que intentas sobreponer­te y no culpabiliz­arte. Al fin y al cabo, has hecho todo lo que estaba en tu mano para ayudar”, explica. Cuando esto sucede y la persona no consigue salir con vida, Pou intenta detectar y neutraliza­r sus propios “¿y si?”. “¿Y si hubiera hecho esto o lo otro?”. Para ella, la mejor manera de no entrar en ese bucle negativo

“Cuando termina el servicio, se hace el silencio y todo cobra su verdadera dimensión”, dice Cabezón

es contar con el apoyo del equipo.

Sea como sea, las tres bomberas coinciden en que la presencia de mujeres en el cuerpo supone, como poco, una mayor riqueza en cuanto a las posibilida­des de atención a las víctimas. Sin entrar en identidade­s de género, “atendemos a una población que est· formada tanto por hombres como por mujeres”, indica Casellas. Una población multicultu­ral y con tantas realidades como personas forman parte de ella. “A veces nos encontramo­s con mujeres mayores, o de otras culturas, que se sienten m·s cómodas cuando son atendidas por una bombera”, aÒade.

Sin embargo, ser pioneras en un mundo que tal vez no las esperaba y que todavía no estaba preparado para ellas no siempre es agradecido. “Tal vez no somos del todo consciente­s, pero sí que han caído algunas vendas de los ojos y se han eliminado algunos prejuicios”, admite Pou.c

 ?? TALLEM PEL DRET ?? El grupo de excarcelad­oras de los Bomberos de la Generalita­t, durante uno de los ejercicios que hacen para entrenarse
TALLEM PEL DRET El grupo de excarcelad­oras de los Bomberos de la Generalita­t, durante uno de los ejercicios que hacen para entrenarse

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