Aragonès ve en riesgo el Estado de bienestar sin una nueva financiación
Guardiola reclama a los partidos romper los bloques políticos y pactar el Govern
Aires de cambio en el Cercle d’Economia, donde coincidieron ayer por primera vez después de las elecciones el presidente saliente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidenciable con más opciones, Salvador Illa. Aragonès se despidió del Cercle alertando de que el Estado de bienestar en Catalunya está en riesgo sin un nuevo modelo de financiación que otorgue más recursos a la comunidad. “O hay un acuerdo significativo en financiación, o la Catalunya de los ocho millones de habitantes no la podremos pagar”, avisó durante la sesión inaugural de la 39.ª Reunión Anual del Cercle, que se prolongará hasta mañana.
Según Aragonès, se puede llegar al techo de gasto el año próximo, especialmente con la reintroducción de las reglas fiscales en Europa, que limitarán el crecimiento de los presupuestos públicos. Lo dijo durante el coloquio que mantuvo con el presidente del Cercle, Jaume Guardiola, quien ensalzó el gesto
que tuvo Aragonès al anunciar la semana pasada que dejaba la primera línea de la política una vez se constituya el nuevo Govern. El presidente del Cercle quiso también agradecer la disposición que siempre ha mostrado Aragonès con el Cercle, a diferencia de la discreta relación establecida con los dos anteriores presidentes, Carles Puigdemont y Quim Torra. Algunos socios recordaban que se pasó directamente del expresident Artur Mas (también presente
ayer en la sala) a Aragonès.
En la presentación de las jornadas, Guardiola insistió en reclamar a los partidos políticos “transversalidad” y “salir de sus bloques” para “pactar con los que tienen visiones confrontadas”. Si bien en la nota de opinión hecha pública la semana pasada el Cercle sugería la opción de un acuerdo entre el PSC y Junts, ayer Guardiola abrió el abanico de posibilidades y dijo que “hay que explorar todas” las opciones de pacto para no caer en una repetición electoral. Recordó que en los últimos 14 años ha habido seis convocatorias electorales. Aragonès declinó comentar posibles pactos postelectorales por coherencia con su decisión de dejar la primera línea de la política.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, intervino también como es tradicional con un breve discurso en el que hizo un llamamiento a frenar a la ultraderecha en las elecciones europeas.
La edición de este año de las jornadas lleva por título “El mundo a prueba. Estrategias para impulsar la productividad y el bienestar en tiempos de cambio”. Guardiola repitió las advertencias lanzadas la semana pasada sobre los peligros de seguir con una productividad baja, si bien no fue tan catastrofista. Aragonès se reivindicó y
Illa coincide con el president en funciones por primera vez tras las elecciones
El Cercle agradece a Aragonès su colaboración, a diferencia de Torra y Puigdemont
ensalzó los hitos conseguidos en materia económica más allá de la productividad. “Dejamos el país mejor de lo que nos lo encontramos”, reflexionó.
Aragonès aseguró que la economía catalana es hoy una economía “robusta” y que puede afrontar “con mayor solidez”. No olvidó que durante su mandato la comunidad tuvo que enfrentarse a una pandemia, a una inflación extremadamente alta y a problemas como la guerra en Ucrania o la sequía. En cuanto a las cifras, destacó que la tasa de paro está en el nivel más bajo de los últimos 16 años; en el primer trimestre del año se situó en el 9,5%. Y defendió –como ha hecho durante toda la legislatura– el esfuerzo por reindustrializar el país. Puso como ejemplo las inversiones de Kronospan, Lotte o Chery. En cuanto a innovación, el president destacó la apuesta de AstraZeneca por Barcelona.
Específicamente sobre la productividad, Aragonés reconoció que hay margen de mejora después de que en los últimos años la economía haya sufrido un proceso de “terciarización” con el auge de sectores muy intensivos en mano de obra. Primero la construcción y después, el turismo y el comercio. Por eso lamentó que la no aprobación de los presupuestos de este ejercicio ha dejado sin repartir unos 1.000 millones de euros destinados a innovación.c