“Que te aplaudan no tiene precio”
La obra de teatro ‘Casting’ da voz e insufla autoestima a personas que han vivido en la calle
José Luis Miralles, de 56 años, de los cuales ha pasado 18 al raso, aparca su muleta, se olvida de los dolores que sufre y se mueve con garbo al son de un tema de Rocío Jurado. Este hombre menudo es uno de los 12 participantes en la obra de teatro Casting, que mañana se estrena en Barcelona, en el centro cultural Albareda. El espect·culo reúne a siete personas que, en algún momento de sus vidas, han subsistido en la calle y también a tres voluntarios y dos trabajadores de la fundación Arrels. La propia coordinadora del proyecto, Laia Vila, es la directora de la Llar Pere Barnès para ciudadanos sin hogar.
Juan Essomba, de 80 años y uno a la intemperie, considera “que el teatro sirve para reivindicar la voz de los que no tienen voz, como hacían antes los cantautores”. Y Casting cuenta historias reales que emocionan, las de los propios protagonistas y las de otros hombres y mujeres sin techo. “Lo bonito no es tanto el resultado, sino lo que pasa en el escenario, el ambiente de complicidad y de comunidad que se ha creado; han visto que aquí todos somos iguales, han ganado confianza y han aprendido a superarse”, comenta Vila.
Aunque el tema que se aborda no es cómodo, la manera como se ha tratado transmite buen rollo e incluso alienta sonrisas. Tal como comenta el voluntario Antonio
Siete personas que han subsistido al raso suben al escenario junto con voluntarios y trabajadores de Arrels
‘Casting’ cuenta historias reales, las de los protagonistas, trufadas con mucha música y baile
Cuesta, la clave para evitar el dramatismo ha sido “trufar historias personales con música y baile”.
Laia Vila, que compagina su actividad como trabajadora social con el teatro y la danza, recuerda que en el 2015 ya se fraguó una iniciativa similar, a la que también se sumaron actores profesionales, y que culminó con la representación de L’últim crit. El pasado septiembre propuso organizar una suerte de “sesiones din·micas, que eran como un casting, con el único objetivo de pasarlo bien, pero nos invitaron a participar en el Homeless Film Festival de Bilbao, en noviembre, y aunque parecía una utopía, asumimos el compromiso”, detalla. “La vida es un casting constante; cuando vas a uno, sientes que no vales nada y que otros deciden por ti; aquí salen historias que nos podrían haber pasado a nosotros”, señala. Los protagonistas han sufrido abandonos, malos tratos, adicciones, enfermedades, engaños, pobreza...
“Lo que tiene mérito es lo de José Luis; dormía en la calle, pero venía a los ensayos. Y pasó de un hotel de cuatro estrellas cuando fuimos al festival de Bilbao a volver al día siguiente a descansar entre cartones”, destaca Antonio, uno de los voluntarios.
José Luis se trasladó en enero a un piso de Arrels. “Todavía me estoyacostumbrandoalcambio, me ha costado m·s de tres meses volver a meterme en una cama, prefería descansar en el suelo y con la ventana abierta para que el aire me diera en la cara, como en los últimos 18 años”, explica.
La coordinadora de este proyecto defiende que tener la oportunidad de reconstruir experiencias pasadas es sanador. “Para mí, el teatro ha supuesto volver a disfrutar de la compañía de la gente. Y ver que no te miran con desprecio, que te saludan, que se ríen y que te aplauden llena mucho, no tiene precio”, subraya José Luis. Actuar, bailar y cantar les ha inyectado una bals·mica dosis de autoestima.
El deseo de todos es que les surjan m·s oportunidades para representar Casting. Las entradas para mañana se han agotado y hay lista de espera.c