“El veneno es la manera de matar más literaria: Putin respeta la tradición”
Escritor, premio Cervantes, publica ‘El caballo dorado’
episodio histórico que parece realmente una ficción.
El emperador Maximiliano es este personaje melancólico que va a morir a una tierra tan lejana, visto a la manera rom·ntica del siglo XIX en Europa, pero la historia de que dejó un hijo en México, con una indígena, es muy popular desde la perspectiva mexicana. Julio Sedano, secretario de Rubén Darío, se creía hijo bastardo del emperador y era tan fantasioso que originó su propia muerte porque lo fusilaron en París en 1917 por espía de los alemanes y, en realidad, lo único que hacía era contarles mentiras a estos. Fue Darío el que dijo a los amigos: “Miren, es igualito a Maximiliano”, porque realmente se parecía.
Hay unos curiosos circos que hoy no pasarían el examen de lo políticamente correcto…
La “cacería humana”, o persecución del mexicano, era un espect·culo que se representaba en Coney Island. Había trescientos jinetes que aparecían al galope por la pradera y perseguían entre disparos y gritos de muerte a un mexicano, que huía desesperado, dando traspiés. Por fin le daban caza con el lazo, lo arrastraban hasta una pila de leña, lo amarraban a un poste, y lo hacían arder en la hoguera. El tiquete de entrada costaba 25 centavos; los niños, la mitad. Aquí nace este tipo de espect·culo masivo propio de Estados Unidos, con muchos extras, Buffalo Bill y los indios. Y luego el otro espect·culo muy común en Europa eran el de los zoológicos humanos, exhibir tribus y habitantes de una aldea, atraían a miles de personas en Berlín, Bruselas, París... O las casetas con fantasmas que hablan con los vivos. El espiritismo se tomaba en serio.