La Vanguardia (1ª edición)

Horror en las minas

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En el 2016, unos colegas africanos me avisaron de que algo malo sucedía con la minería de cobalto en Congo. En ese momento, pensaba que era solo un color usado en pinturas. Viajé a Congo en el 2018 para realizar un estudio académico, pero lo que vi en ese primer viaje, el sufrimient­o y la degradació­n fue tan grave que sentí que el mundo necesitaba saberlo. Por eso escribí este libro.

¿Qué vio?

Vi el reloj moral de la humanidad retroceder dos siglos hasta el tiempo en el que la gente de ¡frica era tratada como salvajes subhumanos por el orden económico global. De repente había otro tesoro deseado por todos en Congo y el mundo no mostraba ninguna preocupaci­ón por la dignidad o el bienestar del pueblo congoleño. Y lo peor es que todos nosotros no podemos funcionar ni 24 horas sin cobalto y tres cuartas partes del suministro mundial provienen de Congo, que se extrae en condicione­s espantosas, violentas y degradante­s.

La historia de sufrimient­o de Congo es extensa...

Pero jam·s en la historia de la esclavitud hubo tanta degradació­n humana para los que est·n abajo, ni se generaron tantas ganancias para los que est·n en la cima. El Congo del rey Leopoldo fue un horror, pero aquel saqueo es un grano de arena en comparació­n con el dinero que ganan las empresas y la cantidad de vidas que se ven afectadas. ¿Alguien en el norte global funciona sin cobalto? Imagina la escala de ello.

Las empresas tecnológic­as dicen

tener tolerancia cero con el abuso en su cadena de suministro. ¿Es cierto?

No, es marketing, relaciones públicas. La verdad est· en el terreno. Y Cobalto rojo es el primer libro en sacar esa verdad al mundo.

China domina la región de Katanga, cuna del cobalto.

Hace 15 años, mucho antes de que Occidente prestara atención, Pekín vio que el futuro eran las baterías recargable­s. Por eso bloquearon los recursos para hacer estas baterías: el litio, el níquel, el manganeso y, en particular, el cobalto. Controla m·s del 70% de la producción minera en Congo, produce el 80% del suministro mundial de cobalto refinado y el 50% de las baterías recargable­s del mundo. China es la fuerza dominante del cobalto y hace la vista gorda en el coste humano y ambiental de su extracción.

El cobalto es clave para el coche eléctrico, estandarte de la revolución verde.

El cobalto de Congo est· manchado por abusos de derechos humanos

Si no fuera por la demanda de cobalto para nuestros móviles, no habría esta violencia”

y ambientale­s. Una de las revolucion­es verdes m·s importante­s en Occidente, como el coche eléctrico, se sostiene sobre un sufrimient­o espantoso. La revolución verde del coche eléctrico est· teñida de rojo de sangre de Congo.

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