La Vanguardia (1ª edición)

El Govern confía en superar la sequía sin una conexión con la red del Ebro

La declaració­n de emergencia abre la puerta a restriccio­nes domésticas

- Antonio Cerrillo B celon

El Govern se vio forzado ayer a dar el paso m·s temido desde hace tiempo: declarar la emergencia por sequía en la región de Barcelona y Girona. Un total de 202 municipios y casi seis millones de personas se ver·n afectados por las nuevas medidas para reducir los consumos de agua, con las que se intensific­ar·n las actuales limitacion­es, que han perjudicad­o sobre todo a la agricultur­a, la ganadería y el riego de jardines. Se entra ahora en un territorio inexplorad­o, en el que los ayuntamien­tos ver·n expedito el camino para imponer restriccio­nes en el ·mbito urbano y doméstico si lo ven necesario y con un impacto imprevisib­le sobre el sector turístico.

Sin embargo, en este contexto tan complicado, el Govern parece conjurarse para superar este duro trance mientras busca la asistencia de la Administra­ción central. El conseller de Acció Climàtica, David Mascort, incluso ventiló con un diplom·tico rechazo la propuesta de la interconex­ión por la vía de urgencia de la red de aguas del

Ebro en el

Camp de Tarragona con la red metropolit­ana de Barcelona (de la empresa pública ATL), como han pedido cuatro colegios profesiona­les, para afrontar futuras sequías.

La Comisión Interdepar­tamental de Sequía del Govern de

claró la situación de emergencia al constatar el desplome de las reservas de agua en el Ter y Llobregat, que ha generado una situación nunca registrada. “Es la peor sequía del último siglo”, reiteró ayer el presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès.

Los embalses que abastecen la región de Barcelona, amplias zonas de Girona y la Costa Brava acumulan 99,5 hm3 (sobre un m·ximo de 612 hm3), y est·n al 16,25% de su capacidad, con lo que se ha traspasado el umbral de la alerta m·xima (situado en el 16,3%). Las aguas de las desaliniza­doras y los caudales regenerado­s y reutilizad­os en el Llobretat aportan m·s del 55% de los recursos hídricos en el ·rea de Barcelona. Estos recursos han permitido atrasar la entrada en estado de emergencia 15 meses.

Con la decisión adoptada, los

volúmenes de agua que gasten los municipios no podr·n superar los 200 litros por habitante y día (incluyendo actividade­s económicas y comerciale­s y domésticas). Los ayuntamien­tos est·n amenazados con sanciones en caso de superarlos.

La emergencia comportar·, asimismo, un incremento de las restriccio­nes para los usos agrarios (del 80%), ganaderos (50%), industrial­es (25%) y otros usos recreativo­s (25%) así como la prohi

bición de usos recreativo­s que impliquen riego.

Los ayuntamien­tos podr·n aplicar cortes de suministro o una disminució­n de la presión del suministro, según definan los planes locales de sequía y los sucesivos estadios de la emergencia.

Para dar cuenta de esta situación, el president Aragonès, y el conseller Mascort quisieron ofrecer en todo momento la imagen de gobierno que tiene la situación controlada, que sabe lo que hace y que viene actuando “sin improvisac­ión” y con medidas planificad­as desde que se aprobó el Plan Especial de Sequía (del 2020), aunque centradas en reducir la demanda m·s que en ampliar al oferta. “Superaremo­s la sequía gracias a la colaboraci­ón, el esfuerzo compartido, la planifi

La Generalita­t busca proyectar que tiene la situación bajo control y sostiene que no improvisa

 ?? À x Gar ia ?? La plaza Catalunya, con las fuentes ornamental­es apagadas y casi toda la hierba seca, en una imagen de ayer que se repite desde hace meses
À x Gar ia La plaza Catalunya, con las fuentes ornamental­es apagadas y casi toda la hierba seca, en una imagen de ayer que se repite desde hace meses

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