La Vanguardia (1ª edición)

Vitor Roque alivia al Barça

El brasileño marca el gol del triunfo de un equipo que sufre hasta contra diez

- Ju B utıst M rtí z Barcelona

Llegar al partido y besar el santo. Aparecer y resolver. Salir y decidir. Vitor Roque encontró por fin su día para iluminar a un Barça tenebroso y angustiado. En el primer partido desde que Xavi revelara su marcha a final de temporada, el brasileño, único fichaje de invierno, pegó un brinco sensaciona­l. Embocó con la testa un servicio con el exterior de Cancelo y gritó de felicidad. Era su estreno realizador como blaugrana. Mientras, el barcelonis­mo se aliviaba. En el partido que tenía pendiente el Barça batía al Osasuna y acumula cinco puntos de renta con respecto al quinto, el Athletic. Esa es ahora la Liga de un Barcelona tieso y de mínimos.

Porque antes de que marcara Vitor Roque, ni atisbo de reacción. Ni el anuncio de Xavi Hernández. Ni la supuesta conjura en la casa de Lewandowsk­i. Ni las cuatro variantes en la alineación. Nada cambió durante una hora para el Barça, que volvió a entrar en acción sin alegría, sin ideas y, en definitiva, sin fútbol. Un panorama seco, yermo, opaco. Por mucho que en la banda el entrenador blaugrana hiciera batir las palmas para intentar animar a sus muchachos. Unos muchachos que le transmiten en público y en privado su cariño, pero que, después, sobre el césped no son capaces de espabilar.

Apareció Cubarsí por Christense­n. Cancelo por Héctor Fort. Pedri por Oriol Romeu. Y Ferran Torres por el lesionado João Félix. Pero como al Barça le ha mirado un tuerto, apenas si se había descorchad­o el partido cuando Ferran Torres, desconsola­do, tuvo que enfilar el túnel de vestuarios por una lesión muscular, la enésima que sufre el equipo esta temporada. Llueve sobre mojado, porque el Barça ya afrontaba el encuentro con ocho bajas.

Le ovacionó el público, que se presentó en buen número teniendo en cuenta lo que se le ofrece, y que se mostró entre generoso y pasivo, sin referencia­s expresas a Xavi, hasta el minuto 60.

Sin noticias en la grada ni en el campo. En toda la primera mitad el Barça no generó una ocasión real. Alguna intentona de un móvil y voluntario­so Fermín, que por lo menos le ponía agallas. Algún pase bien filtrado por Lamine Yamal, más contenido en el desborde que otros días. Tres remates de cabeza desviados… y casi nada más que llevarse a la boca. ¿Dónde estaban el liderazgo de De Jong o Gündogan? ¿Dónde se había metido la magia de Pedri? ¿Qué fue de la pólvora de Lewandowsk­i? son los pesos pesados que quedan disponible­s y solo generaban preguntas que se perdían en la noche de Montjuïc.

Al Osasuna le bastaba con replegarse de manera tupida y ordenada para cortocircu­itar cualquier avance de un Barça con encefalogr­ama plano. Los navarros solo tuvieron una opción hasta el entreacto en un córner que remató Budimir, pero confiaban en que el tiempo jugara a su favor, sobre todo por el estado de nervios del Barcelona.

En general todo era un suplicio, casi imposible de mirar si no se tuviera que escribir sobre ello, pero es que a Xavi, con tantas ausencias, no le quedaban muchas balas en la recámara, más allá de Vitor Roque. El brasileño, que en los ratitos que había jugado había demostrado poco y menos, sería capital. Justo en el momento en que ya había pitos entre el público y en el que la grada de animación respondía coreando a Xavi Hernández, Vitor Roque se elevó para darle al interrupto­r y otorgar la ventaja al Barça. Acababa de entrar por Fermín, en un cambio que no se entendía por la fogosidad del canterano, pieza de quita y pon, y cabeceó a la red. Celebró la afición, hambrienta de buenas noticias, y lo celebraron los futbolisEl­los tas. El panorama se abría y más podía hacerlo cuando el propio Vitor Roque provocaría la segunda amarilla y consiguien­te expulsión de Unai García, que le agarró claramente. Menos de media hora por jugar, 1-0 ganando y contra diez. En pleno instante de efervescen­cia, Lamine Yamal desperdici­ó una ocasión clarísima (nueva bronca de Lewandowsk­i).

Claro que el Osasuna bordeó el empate con un chut de Raúl García que tocó el poste y otro de Moncayola que desbarató Iñaki Peña. Incluso así el Barça sufría, y Xavi metió en liza a Oriol Romeu en busca de algún dique.

Entre sangre, sudor, achicando balones y con muchos problemas físicos, pues Cancelo y Lamine Yamal terminaron tocados, el equipo barcelonis­ta ganó. Sin más. Pero ganó.c

En el primer partido tras anunciar Xavi su marcha, el conjunto barcelonis­ta siguió con un fútbol de mínimos

 ?? Joan Monfort / AP/LaPresse ?? E rug . Vitor Roque celebra con pasión en Montjuïc el gol de la victoria frente al Osasuna, el primer tanto que consigue como barcelonis­ta desde que aterrizó en Barcelona a finales de diciembre
Joan Monfort / AP/LaPresse E rug . Vitor Roque celebra con pasión en Montjuïc el gol de la victoria frente al Osasuna, el primer tanto que consigue como barcelonis­ta desde que aterrizó en Barcelona a finales de diciembre

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