Irán lleva su venganza a Pakistán
Misiles iraníes violan el territorio del país vecino para atacar a independentistas baluchis
El régimen de Teherán envía al mundo el mensaje de que puede vengarse de cualquier agresión y hacerlo, casi, en cualquier lugar. Misiles y drones iraníes cayeron la madrugada de ayer por primera vez sobre territorio de Pakistán, a pesar de que las relaciones entre los dos países vecinos son buenas, al punto de que sus respectivas armadas celebraban el martes maniobras navales conjuntas en el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz.
Sin previo aviso, según ha protestado Islamabad, Irán atacó bases de Yaish al Adl (o Ejército de la Justicia) en Koh-i-Sabaz, unos 50 kilómetros al interior de la frontera pakistaní, en la provincia de Baluchistán, y causó cuatro muertos. Se trata de un grupo suní calificado de “terrorista” por Estados Unidos y, desde luego, por Irán, que reclama la independencia del Baluchistán, región dividida entre Irán y Pakistán, y que se enfrenta a las
Teherán saca pecho con represalias por atentados terroristas y la muerte de varios de sus comandantes
fuerzas armadas de ambos países. Este ataque constituía la continuación de otros dos lanzados la víspera –asimismo con misiles y drones– sobre la provincia siria de Idlib, contra grupos yihadistas, y sobre Irbil, la capital del Kurdistán Irakuí.
El Gobierno pakistaní protes
tó ayer por la violación de su territorio y llamó a consultas a su embajador en Teherán, como es de rigor. Y, después de una conversación telefónica entre los respectivos ministros de Exteriores, señaló que el ataque dañaba seriamente las relaciones entre ambos países y se reservaba
el “derecho a responder”.
El argumentario de Irán no puede sorprender: su objetivo eran terroristas iraníes escondidos en Pakistán y de hecho se ha dado buena cuenta de ellos actuando tal como suele hacer Estados Unidos incluso en un país aliado, excusa que evocaba sin
lugar a dudas el caso reciente del asesinato con un dron en el mismísimo complejo de Defensa de Bagdad de un jefe de las milicias chiíes Irakuíes, miembro por tanto del “Eje de la Resistencia” frente a Israel patrocinado por Teherán.
Irán estaría tomando cumpli
da venganza de varios incidentes: el asalto a una comisaría de policía en Rask, en la provincia de Sistán-Baluchistán, en diciembre, que fue asumido por Yaish al Adl (ayer mismo,un coronel de la Guardia Revolucionaria fue muerto a tiros en la provincia); el doble atentado en la ciudad de Kermán, que causó 84 muertos el 3 de enero, atribuido al Estado Islámico, y por supuesto varias muertes de comandantes de la Guardia Revolucionaria y del “Eje de la Resistencia”. En todos ellos, Teherán ve detrás la mano de Israel, de EE.UU. o de ambos. El ataque a yihadistas en Siria el martes forma parte del mismo contexto, e incluso el bombardeo en Irbil, la capital del Kurdistán Irakuí, que mató al poderoso empresario inmobiliario Peshraw Dizayi y a su hija de 11 meses. Según las autoridades de Irbil, Dizayi no tenía nada que ver con el Mosad israelí, y Washington calificó de inmediato el ataque de “temerario e impreciso”.
Se puede entender que el régimen iraní necesita sacar pecho,