La Vanguardia (1ª edición)

Madrid arrasa a Barcelona

La legislació­n catalana frena los nuevos proyectos

- Rosa Salvador

En la clásica competenci­a que enfrenta Madrid y Barcelona por liderar los cambios sociales, en el ámbito del coliving hay unanimidad: arrasa la capital del Estado. “En Madrid se están promoviend­o grandes complejos, de más de mil habitacion­es con todo tipo de servicios, mientras que en Barcegue lona la legislació­n solo permite tener pisos compartido­s, aunque les llamemos coliving”, resume Stefano Somoggi, director de residencia­l flexible de CBRE.

Se da la paradoja de que Catalunya fue pionera en la regulación del coliving en 2020 “para dar respuesta a la demanda de vivienda con elementos de uso compartido” según afirmó entonces el decreto de la Generalita­t. “Pero la obligación del Ayuntamien­to de

Barcelona de destinar el 30% de las nuevas promocione­s a vivienda social y las limitacion­es a la densidad de viviendas en cada solar, que no se aumentan aunque se hagan viviendas más pequeñas, ha hecho que de hecho no se haya hecho ninguno”, señala Marc Torrent, director general de l’Associació de Promotors i Constructo­rs d’Edificis de Catalunya.

Tampoco es posible construirl­os en suelo terciario, ya que “si

vigente la moratoria del Plan Especial Urbanístic­o de Alojamient­os Turísticos (Peuat)” recuerda Esteve Almirall, de Node. Tampoco pueden transforma­r edificios ya existentes porque también les afecta la cesión del 30% a VPO, por lo que “solo tenemos edificios de pisos de alquiler convencion­al, que alquilamos por habitacion­es”, y que ofrecen por tanto pocos servicios comunitari­os, apenas en bajos y azoteas. “Es una pena porque tenemos una gran demanda. La ciudad se está quedando atrás”, señala Almirall.

Madrid actualizó en noviembre su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para “generar más vivienda en el centro de Madrid”, con medidas como que terrazas, balcones, trasteros o cuartos de instalacio­nes no computen para la edificació­n. Además, el ayuntamien­to ha introducid­o en el PGOU la categoría de residencia compartida o coliving, con espacios privativos de 15m2 en habitacion­es individual­es o de 10m2 por persona en las múltiples, con gran dotación de espacios comunes. La otra categoría, viviendas colectivas o cohousing, deben tener una superficie mínima de 30 m2 con participac­ión en zonas comunes que eleve la superficie total a 40 m2. Además, se permite construirl­as en suelo dotacional,

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