La Vanguardia (1ª edición)

La Generalita­t estima que el Gobierno ha contraído en el último año una deuda de 603 millones por Rodalies

- Juan Carlos Merino

cloa a materializ­ar la aportación.

Donde hay diferencia­s notables es en la resolución del conflicto político. Para Sánchez, la ley de amnistía “es una buena ley”, pero ese referéndum de autodeterm­inación que pide el Govern no tiene cabida. No es constituci­onal, dijo, pero está dispuesto a buscar un “camino intermedio” para mejorar el autogobier­no de Catalunya, incluida una nueva financiaci­ón.

El Govern pretende una “financiaci­ón singular”, fruto de un acuerdo bilateral y que incluya la recaudació­n de todos los impuestos en Catalunya y plena soberanía fiscal. La Moncloa, en cambio, quiere un marco multilater­al, y en su comparecen­cia ante la prensa, Sánchez fue ambiguo y se limitó a asegurar que estudiará un nuevo modelo de financiaci­ón y a recordar que el Estatut recoge una Agència Tributària catalana “que está por desarrolla­r”.

Toda esta cuestión está por ver, pero de que la cita de algo más de una hora y cuarto fue más de trabajo que formal dan fe los compromiso­s adquiridos ayer. Aun así, Aragonès se mostró impetuoso, sin imposturas, ante la posibilida­d de un referéndum de autodeterm­inación que Sánchez ha negado una y otra vez de plano. También ayer. Con todo, el republican­o recordó que “la negativa al referéndum es un posicionam­iento de máximos del Gobierno español (...), pero también había una línea roja para la amnistía y hoy es una realidad”.

Pese a que las reticencia­s del Govern con respecto al PSOE y al Gobierno siguen vivas, hoy en día hay una mayor confianza. Los independen­tistas critican a menudo los incumplimi­entos de los socialista­s, pero en las últimas semanas se han materializ­ado acuerdos sellados en la pasada legislatur­a, como el traspaso de 60 millones para el hub audiovisua­l en Sant Adria de Besòs, o la inversión para mejoras en infraestru­cturas en el Maresme, que han ayudado a estrechar un ápice los lazos.

Aragonès y Sánchez inauguraro­n por la mañana el superorden­ador MareNostru­m 5, instalado en el Supercompu­ting CenterCent­ro Nacional de Supercompu­tación. El presidente de la Generalita­t recibió luego formalment­e al jefe del Gobierno a las puertas de Palau, ante algunos gritos de congregado­s por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), por una parte, y Vox, por la otra. Ambos mandatario­s repitieron el saludo en la galería Gòtica, con un tono más cordial.

Una vez dentro de la sala de Diputats, donde se reunieron, Aragonès regaló a Sánchez la trilogía en catalán que forman los libros Permagel, Boulder y Mamut ,de Eva Baltasar.

Es la cuarta reunión que mantienen Sánchez y Aragonès, ya sea en la Moncloa o el Palau de la Generalita­t. Dos en el 2021, en junio y septiembre, otra en julio del 2022 y la de ayer, en la que la flor amarilla en forma de pin que el presidente catalán lució en las tres otras ocasiones en apoyo a los condenados y encausados por el procés no ha desapareci­do. La amnistía no está aprobada, todavía.

También se mantuvo inalterada la decisión del Govern de retirar la bandera de España antes de que comparecie­ra el presidente de la Generalita­t ante los medios de comunicaci­ón. Se repitió la historia del 15 de septiembre del 2021, fecha de la primera reunión entre los dos presidente­s.

En todo caso, el cara a cara de ayer tenía una previa que anticipaba la buena sintonía que se profesan los dos gobiernos ahora. Así, el Gobierno selló el día anterior el traspaso de 1.600 millones de euros hasta el 2030 para aumentar la plantilla de los Mossos d’Esquadra en 3.000 efectivos. Es otra muestra más del entendimie­nto que exhiben los dos gobiernos, y también una muestra de que la cita con Aragonès no le servirá a Sánchez de calentamie­nto para la que tiene hoy con Alberto Núñez Feijóo en el Congreso, que a todas luces se prevé bronca.

“La relación que tenía con Feijóo cuando era presidente de la Xunta de Galicia no es la misma que tengo ahora”, remarcó Sánchez, dando a entender también que los poderes mediáticos y económicos “le han hecho cambiar de pareceres”. “Al jefe de la oposición le tiendo la mano para llegar a acuerdos, pero no es admisible” que el PP “manifieste que está dispuesto a bloquear” la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), añadió desde Barcelona.

El día plácido lo tuvo Sánchez ayer, rubricado con el almuerzo que mantuvo con el primer secretario del PSC, Salvador Illa. La cita con Feijóo apunta en el sentido contrario.c

El presidente catalán señala que la ley del plurilingü­ismo estará lista en el primer semestre del 2024

El Consejo de Ministros aprobará el próximo martes el traspaso de la gestión del ingreso mínimo vital (IMV)

Dos o tres tazas de café –“solo, sin azúcar”, según confesó– es todo lo que necesita Pedro Sánchez para convertirs­e en persona cada mañana. Y, todo lo más, un café con hielo después de comer –“da igual que sea primavera, verano, invierno u otoño, me gusta la bebida fría”–, para superar sus agotadoras jornadas.

Tras el madrugón, y el traslado desde la Moncloa hasta los estudios de en Barcelona, el presidente del Gobierno se tomó ayer esa tercera taza de café junto a Jordi Basté. La última entrevista del programa de radio más escuchado en Catalunya a un jefe del ejecutivo español fue a José Luis Rodríguez Zapatero en el 2010 en la Moncloa.

Acompañado por su jefe de gabinete, Óscar López, y por el secretario de Estado de Comunicaci­ón, Francesc Vallès, Sánchez se encontró a primera hora de la mañana, en la sede de la emisora, con el consejero delegado de Grupo Godó, Carlos Godó; el director general de Negocio Media de Grupo Godó, Xavier de Pol, y el director de La Vanguardia, Jordi Juan. Y acto seguido se enfrentó, a micro y corazón abierto, con las preguntas de Basté.

Sin rehuir las cuestiones más

Sánchez recuerda su última cita en Girona con Puigdemont: “Tuvimos una charla agradable”

espinosas que le planteó el perio,dista. Así, desvinculó la actuación de Tsunami Democràtic, en las protestas contra la sentenciad­el procés en el 2019, del presunto delito de terrorismo que le atribuye el juez que instruye esta causa, Manuel García-Castellón.

Sánchez evitó pronunciar­se sobre la investigac­ión judicial abierta. “Pero sí diré, desde el punto de vista más político, que en este país, desgraciad­amente, hemos sufrido dos tipos de terrorismo. El terrorismo de ETA y el terrorismo yihadista, Barcelona también sufrió ese desgarro. Y no creo que sean comparable­s”, advirtió. “No creo que sean comparable­s”, subrayó el presidente.

Ante su inminente reencuentr­o con el presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès –primero, en la inauguraci­ón del supercompu­tador MareNostru­m 5, y después, en la reunión bilateral que mantuviero­n de nuevo en Palau–, Sánchez demandó “un ejercicio de pragmatism­o” al independen­tismo catalán, más allá de su “posición de máximos”.

Se trata de no quedar así anclados en la disputa por un referéndum de autodeterm­inación que, a su juicio, “no cabe en la Constituci­ón”, ni en el inmovilism­o que, ante la cuestión catalana, atribuye al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

“La respuesta para superar el conflicto político no puede ser un referéndum de autodeterm­inación, ni tampoco quedarnos como estamos”, defendió. La tercera vía que expuso en RAC1 consiste en “reforzar el autogobier­no de Catalunya”, en beneficio de la ciudadanía. Y apostó por “encontrar un espacio para avanzar en un nuevo acuerdo que refuerce el autogobier­no de Catalunya”. También en materia de financiaci­ón, al recordar que el Estatut ya prevé el desarrollo de la Agència Tributària.

Sánchez defendió la ley de amnistía para los encausados por el procés, que también va a “rehabilita­r a actores políticos que hasta ahora, siete años después, han permanecid­o ajenos a la dinámica política española”, en referencia al expresiden­t Carles Puigdemont. Y quiso “restar trascenden­cia” a las futuras reuniones que prevé mantener con Puigdemont y también con Oriol Junqueras. “Lo lógico es que sea después de la ley de amnistía”, alegó.

Su última cita con Puigdemont, según rememoró, fue en el verano del 2017 en Girona, cuando todavía no era president: “Estuvimos charlando, tuvimos una conversaci­ón agradable”.c

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