El mar Rojo pondrá a prueba la mayoría de parlamentaria en España
El rápido anuncio del Pentágono de una misión internacional incomoda a la Moncloa
EspaÒa formar· parte de la operación Prosperity Guardian (Guardianes de la Prosperidad) para garantizar la seguridad de las rutas comerciales que discurren por el mar Rojo y el estrecho de Bab el Mandeb, rutas hostigadas por los rebeldes hutíes, aliados con Ir·n. El objetivo de esas milicias chiitas es evitar al aprovisionamiento del puerto israelí de Eliat y desestabilizar una ruta por la cual discurre el 12% del comercio marítimo mundial, el 30% del tr·fico de contenedores y una significativa porción de los cargamentos de hidrocarburos (petróleo y gas natural licuado). El 30% del combustible para aviones pasa por ese estrecho. Est· en juego un nuevo repunte de la inflación a escala mundial y Estados Unidos ha pedido ayuda a sus aliados europeos.
Junto con el estrecho de Ormuz (golfo Pérsico), el estrecho de Malaca (Malasia, Singapur y Sumatra) y el canal de Panam·, Bab el Mandeb es uno de los nodos clave del comercio marí- timo internacional. Muchos de los regalos de Navidad han llegado desde Extremo Oriente a Europa por esa ruta. Sin Bab el Mandeb no habría Papa Noël ni Reyes Magos. Estados Unidos ha pedido a diversos países europeos que ayuden a garantizar la libre circulación marítima en la Puerta de las L·grimas (poética traducción de la expresión ·rabe Bab el Mandeb). En la lista del Pent·gono aparece EspaÒa y ello provocó ayer una sorprendente incomodidad en el
Estados Unidos ha comunicado con celeridad que España estará en la coalición del mar Rojo
El Gobierno alega que solo participará en el despliegue con cobertura de la OTAN o de la Unión Europea
Gobierno de Pedro Sánchez. El nombre de un país nunca aparece por casualidad o accidente en una lista del Pent·gono para una misión militar internacional en zona de guerra.
En el comunicado dado a conocer el lunes por la noche (hora local espaÒola) por el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd J. Austin, figura
EspaÒa al lado de Estados Unidos (fuerza piloto), Reino Unido, Bahrein, Canad·, Francia, Italia, Países Bajos e islas Scheylles. No est·n Egipto (titular del canal de Suez), Arabia Saudita, los Emiratos ¡rabes Unidos,
ni tampoco Alemania, la principal locomotora económica europea.
La presencia de EspaÒa en esa lista no es una casualidad. Ha habido di·logo con Estados Unidos sobre esa operación, según
reconocen fuentes gubernamentales consultadas por La Vanguardia. Pero ayer no era un buena día para esa noticia en la línea narrativa del Gobierno. Política exterior y política interior no siempre encajan bien. Todo indica que el anuncio del secretario de Defensa norteamericano pilló por sorpresa al Ejecutivo espaÒol. Estados Unidos tiene prisa por armar una coalición naval en el mar Rojo ante la decisión de las principales compaÒías navieras del mundo de desviar sus barcos por la m·s costosa ruta de ¡frica. Los costes de navegación pueden aumentar un 40%. Subir·n las tarifas. Subir· la inflación. Washington tiene prisa, quiere ayuda europea y la política espaÒola es hoy un complicado juego de orfebrería.
El jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, fue el primero en advertir ayer por la maÒana que la participación de EspaÒa en esa misión internacional requiere autorización parlamentaria. La ley org·nica de Defensa Nacional, impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero en el 2005, establece la obligatoriedad de una autorización parlamentaria para que el Gobierno, en uso de sus atribuciones constitucionales, decida el envío de efectivos de las fuerzas armadas fuera de las fronteras. “En las misiones en el exterior que, de acuerdo con compromisos internacionales, requieran una respuesta r·pida o inmediata a determinadas situaciones, los tr·mites de consulta previa y autorización se realizar·n mediante procedimientos de urgencia que permitan cumplir con dichos compromisos”, precisa el artículo 17.3 de la citada ley.
NúÒez Feijóo se mostró de acuerdo con la participación de EspaÒa en la operación promovida por Estados Unidos, pero exigió que el Gobierno pida permiso al Congreso. A media maÒana, la ministra de Defensa, Margarita Robles, puntualizó que EspaÒa no participar· de manera “unilateral” en la operación militar en el mar Rojo y que solo lo har· previo mandato de la OTAN o de la Unión Europea. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, se expresó en la misma línea. Preguntado sobre la cuestión en la copa de Navidad celebrada ayer en la Moncloa con representantes de los medios de comunicación, Pedro S·nchez se limitó a comentar lacónicamente que “esa decisión se tomar· en EspaÒa”.
Otras fuentes gubernamentales consultadas seÒalan la conveniencia de participar en una operación destinada a garantizar la libertad de navegación y no lo consideran contradictorio con la exigencia de un alto el fuego en Gaza, ni con la reciente crítica al Gobierno de Israel por la matanza indiscriminada de civiles palestinos.
El mar Rojo pondr· a prueba la mayoría parlamentaria que apoya a S·nchez, tanto si hay que pedir permiso al Congreso, como si el Ejecutivo encuentra un paraguas en la OTAN o en la Unión Europea. Para el Gobierno sería ahora muy incómodo tener que pedir ayuda parlamentaria al Partido Popular.
No se puede ampliar el puerto de València sin proteger las rutas navales que atraviesan Bab el Mandeb. La geografía siempre llama a la puerta.c