La Vanguardia (1ª edición)

Tiempos difíciles para Podemos

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El reciente y definitivo carpetazo judicial al caso Neurona, que ha perseguido a Podemos durante los tres últimos años, constituye una buena noticia para la formación morada. Pero el año que termina ha sido pródigo en reveses para este partido que inspiró Pablo Iglesias y ahora tiene a Ione Belarra como secretaria general. El principal quiz·s fuera el resultado electoral del 23-J, que dejó reducida la representa­ción parlamenta­ria de esta fuerza a cinco diputados, dañó sus cuentas y le obligó a acometer un expediente de regulación de empleo. Ese revés no fue el único experiment­ado en el 2023. La decisión de romper con Sumar y llevar a sus cinco diputados al grupo mixto ha propiciado un goteo de abandonos, entre los que se contaron, una semana atr·s, el del que fue su candidato al Ayuntamien­to de Madrid, Roberto Sotomayor, y el de la exportavoz morada en la Asamblea madrileña, Carolina Alonso. Previament­e, Jaume Asens y Jéssica Albiach, dos de sus principale­s figuras en Catalunya, se alejaron de Podemos. Y aún podría añadirse a este capítulo de contratiem­pos el intento para lograr que Irene Montero conservara el Ministerio de Igualdad en el nuevo Gobierno de Pedro S·nchez: dicho intento fracasó y ahora Podemos est· fuera del Ejecutivo y debe trabajar sobre la base de una menguada implantaci­ón territoria­l.

Fuera del Gobierno y con un goteo de fugas, el partido se jugará su futuro en las europeas

Si el 2023 ha sido un año azaroso para Podemos, el que est· a punto de empezar se anuncia marcado por la incertidum­bre. Con las elecciones gallegas y vascas a la vista, la formación morada parece dispuesta a apostar buena parte de su futuro al resultado que pueda obtener en las elecciones europeas de junio. Montero fue presentada el s·bado pasado como la candidata idónea para este cometido. Y si bien es cierto que cuenta con el apoyo del núcleo dirigente, y que ha sido la figura popular de su formación, también lo es que la ley del solo sí es sí, que ha defendido como una de sus grandes aportacion­es, ha resultado muy controvert­ida, y lesiva incluso para la izquierda.

Los de Pablo Iglesias nunca han aceptado que Yolanda Díaz, a quien el líder morado designó como su sucesora para dirigir las fuerzas a la izquierda del PSOE, rechazara, desde hace ya año y medio, cualquier tipo de tutela y asumiera el control de este espacio político, tejiendo su propia organizaci­ón. Pero, una vez ocurrido esto, tratan ahora de reivindica­r unas supuestas esencias izquierdis­tas, cifrando en ellas sus posibilida­des de superviven­cia y progreso.

Es pronto para decir cu·l ser· el nivel de éxito de esta empresa. De momento, est· claro que en la escena nacional Podemos pierde mucha fuerza, y que los réditos a medio y largo plazo de la apuesta europea, si fuera exitosa, est·n por ver. Son tiempos difíciles para Podemos.c

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