La Razón (Nacional)

«Veo a mi hermana pequeña en un escenario»

Estrena «Laponia», una ocasión para hablar de la mentira, la verdad y la honestidad con familia y amigos

- Jorge Miranda. SEVILLA

Amparo Larrañaga

Actriz

La sintonía de Amparo Larrañaga es absoluta: su tercera temporada en los escenarios con la obra « Laponia» se contabiliz­a con éxitos. Como la define su madre, la gran María Luisa Merlo, «es la matriarca de nuestra familia», la que manda en la saga Larrañaga Merlo.

El teatro es su vida.

Tengo sesenta y un años y ni se me pasa por la cabeza jubilarme.

No aparenta esa edad.

Pues no hago nada para estar así, ni me opero de cosas. Hago algo de deporte, como bien, disfruto de la vida, de los míos…

¿De dónde saca tanta fortaleza?

Es cuestión de carácter, tengo mucha energía.

Hace dos años la operaron del corazón…

Solamente tenía mal una válvula y se reemplazó. Nada más. Si no me hubiese dado cuenta del problema la cosa habría sido más grave, pero la situación se solventó muy bien.

En«Laponia»secuestion­a la existencia de Papá Noel. ¿De pequeña creía en el personaje o pensaba que era un ser ficticio?

Al igual que ocurrió en mi caso, me gustaba que mis hijos tuvieran esa ilusión y esa tradición. Pero yo era más de los Reyes Magos.

De todas formas, es como la mentira piadosa. ¿Es lícito mentir a los hijos?

Bueno, debemos mentirles lo menos posible. Pero en el aspecto de Papá Noel no lo veo como una mentira, sino como un juego, una ilusión, una fantasía, igual que, por ejemplo, lo del ratoncito Pérez… Tampoco les hablarías a los tres años de la muerte, como les hablas a los veinticinc­o. Quiero decir que cada cosa tiene su edad. Lo que sí creo es que en otras cosas no se debe mentir a los hijos, porque se acostumbra­rían a la mentira. Hay que ser lo más sinceros posibles con ellos. Esto no significa que yo sea una psicópata de la verdad.

¿Faltar a la verdad es un hándicap en las relaciones?

Es evidente que no se puede tener una relación de pareja o de amistad basada en la mentira. Aunque los «sincericid­as» no me gustan. Esos que sueltan lo primero que se les viene a la cabeza sin pensarlo son menos tolerantes cuando les dices a ellos una verdad. Lo tengo comprobado.

Lleva unida a su marido muchos años. ¿Cómo acepta esa «atadura» una mujer tan independie­nte?

Son veintisiet­e años juntos y los dos tenemos nuestra parcela de independen­cia, esos sí, con líneas rojas como digo yo. Pero la independen­cia es fundamenta­l, no se puede estar veinticuat­ro horas al día pendientes el uno del otro. A lo mejor hay gente que le encanta pero no es nuestro caso. La libertad dentro de la pareja es fundamenta­l, y Ángel y yo lo tenemos muy claro, si no fuera así, segurament­e no estaríamos juntos.

Desde que apareció en la serie «Los hombres de Paco» no la hemos vuelto a ver en televisión…

Prefiero el teatro, aquí no sufro las dictaduras que tengo en la tele, la dictadura de la belleza, las pegas por las arrugas…

¿Qué querían, una novia joven y guapa para Paco Tous en la serie?

En teatro puedo interpreta­r hasta a la madre de un niño de diez años y nadie me lo cuestiona. El teatro es mucho más agradecido con las mujeres que la televisión. En el cine y la pequeña pantalla, se da prioridad a las más jóvenes, mientras que el público teatral está deseando ver sobre el escenario a las actrices de toda la vida. Mi propia madre tiene más de ochenta años y tiene unos seguidores que la adoran.

Un público al que le gustaría ver a Amparo Larrañaga y a su cuñada, Maribel Verdú, juntas.

Ya trabajamos juntas en «Las amistades peligrosas» y en «Después de la lluvia». Pero mi hermano, que es su marido y quien produce las obras que protagoniz­amos, no nos quiere juntar porque entonces no podría tener dos montajes distintos en los escenarios y habría menos beneficios.

La saga interpreta­tiva de los Larrañaga Merlo no tiene continuida­d en sus hijos...

A la que sí veo con ganas de seguir nuestros pasos es a mi hermana pequeña, que cumplirá en febrero los dieciocho, y es la hija que tuvo mi padre con Ana Escribano.

¿Existe una relación fluida entre las dos?

Nos llevamos muy bien.

Mi hermano no nos junta a Maribel Verdú y a mí en un cartel porque es menos rentable»

El 30 de este mes es el aniversari­o de la muerte de su padre.

Aún no puedo ver una película suya. de mayor, de joven sí. Me acuerdo mucho de él, guardo sus fotos, sus cositas, es que me tiré años guardando sus cenizas.

El viento soplaba como si no tuviera en cuenta que era sábado de feria y que ese sábado de feria no era un día cualquiera. Se anunciaban Diego Urdiales y Juan Ortega en el cartel para decir adiós a Pablo Hermoso de Mendoza. No era un día más para los amantes del arte, del toreo, de la tauromaqui­a que ocurre desafiante de los tiempos, de la despaciosi­dad. Nublado, chispeante, tristón… qué cosas… Pablo Hermoso se despedía y lo hizo con tibieza con el primero de la tarde, que nos pilló fríos, como el día. Anduvo el rejoneador sobrio y sin salirse de su estilo clásico, pero tampoco llegó a trascender en su labor al noblón primero. Le habían homenajead­o a modo de despedida antes de deshacerse el paseíllo con un aurresku. Brilló con el cuarto en una faena mucho más emocionant­e, en la que se ajustó y dejó que el toro llegara a las cabalgadur­as. El rejón y el cariño le premió con el doble trofeo, para un adiós a la altura de su historia.

Sacaron a saludar a Urdiales, que hacía unos cuantos años que no ve

BILBAO. Penúltima. Toros de El Capea, y La Ventana de El Puerto para lidia ordinaria, desiguales. El 1º, noble; 2º, sobrero tris de Valdefresn­o, deslucido; 3º, noble pero sin continuida­d; 4º, bueno; 5º, rajadísimo; 6º, con buen ritmo. Hermoso de Mendoza, pinchazo, rejón, dos descabello­s (silencio); rejón (dos orejas). Diego Urdiales, de catafalco y plata, pinchazo, estocada (palmas); estocada que hace guardia, cinco pinchazos, estocada, cuatro descabello­s (silencio).

Juan Ortega, de canela y oro, estocada, descabello (oreja); estocada, dos descabello­s (ovación).

 ?? EFE ??
EFE
 ?? ?? Juan Ortega, en una bella verónica, ayer en Bilbao
Juan Ortega, en una bella verónica, ayer en Bilbao

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain