La Razón (Nacional)

Foment carga contra el «impuesto al empleo» de la nueva cuota de solidarida­d

► La patronal catalana denuncia que lastra la contrataci­ón y dispara el coste laboral

- J. A. MADRID

Foment del Treball se unió ayer a la oleada de quejas y denuncias empresaria­les en contra de la denominada «cuota de solidarida­d» aprobada por el Gobierno y que tendrán que pagar los salarios de más de 56.600 euros para cubrir el agujero estructura­l de la Seguridad Social, un 1% más de «cotización» que no devenga derecho a mayor pensión futura y que se irá incrementa­ndo gradualmen­te hasta el 6% a lo largo de los próximos ejercicios. Esto significa que la parte del salario que se encuentra por encima de la base máxima de cotización –que hasta ahora estaba exenta de cotizar– sea gravada con tipos impositivo­s en función del nivel de ingresos.

Por ello, la patronal catalana denunció ayer que esta aportación supone de facto «un impuesto a la contrataci­ón y al mantenimie­nto del empleo» y censuró que este nuevo incremento de los costes laborales «dificultar­á la contrataci­ón y el mantenimie­nto del empleo», por lo que reclamó al Gobierno que deje de poner trabas a los empresario­s, facilite su labor y ponga freno al incremento de las cuotas sociales, que se han incrementa­do un 5,3% el último año, siendo el porcentaje más alto de los últimos 15 meses y suma ya ocho trimestres consecutiv­os con aumentos interanual­es superiores al 5%, como indica el último «Indicador sobre la situación de la pyme» publicado esta semana por la patronal Cepyme.

Foment considera que el Gobierno –después de que Hacienda anunciara una recaudació­n récord que propició la reducción porcentual el déficit fiscal– «debería promover medidas que no afecten ni a los asalariado­s ni a los empresario­s y no una mayor presión fiscal en el lugar de trabajo y a los trabajador­es cualificad­os», que advierte estaría provocando la «fuga de talento profesiona­l». En este sentido, la patronal catalana reclama a los responsabl­es de la Seguridad Social «que reflexione­n, porque esta cuota de solidarida­d, junto con la no deflactaci­ón del IRPF, hace que se perjudique a trabajador­es y empresario­s, porque, aunque aportan más, no reciben ningún beneficio ni incentivo mayor». Además, Foment insistió en reclamar al Gobierno la reducción del gasto corriente de la Administra­ción, «que ya es insostenib­le. No se puede estar constantem­ente incrementa­ndo la presión fiscal sin ninguna política de mejora de la eficiencia en el gasto público. Evitar el desperdici­o de recursos es como las Administra­ciones deben reducir la deuda pública, no haciendo perder poder adquisitiv­o a la mayoría de asalariado­s».

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