La Razón (Madrid)

«Cómo cazar a un monstruo»y revolucion­ar el «true crime»

Prime Video estrena hoy esta serie dirigida por Carles Tamayo, a la búsqueda y captura del pederasta Lluís Gros

- Gerardo Granda.

Alos niños pequeños les intentamos convencer de que no existen los monstruos. Nos escudamos en que su apariencia y sus motivacion­es para serlo son irreales, y por lo tanto su mera existencia es imposible. Cuando crecen nos desdecimos y les desvelamos que los hay, pero no están encerrados en el armario de la ropa, y sí deambulan por la calle con total impunidad. Pero Carles Tamayo ha llegado al mundo audiovisua­l para demostrarn­os que la impunidad no es un superpoder. Prime Video estrena su nuevo proyecto en formato de «true crime» en serie de tres adictivos episodios. En «Cómo cazar a un monstruo», el joven pone frente a las cámaras a Lluís Gros, el delincuent­e condenado a 23 años de cárcel por abuso sexual de menores entre 2007 y 2011.

Ética profesiona­l

Cuando conocemos por primera vez a Gros vive cómodament­e en su piso con casi 80 años, sin temer que un día la policía llame a su puerta para privarle de su libertad por los cargos que pesan sobre él mientras era gerente de varias salas de cine en la comarca del Maresmem, entre ellas La Calandria en El Masnou de la provincia de Barcelona. El youtuber Carles Tamayo recibe frente a la cámara una llamada de Gros, conocido de la infancia, para proponerle contar su versión de la historia. Y ahí es donde todo cambia para el género del «true crime». La magia surge del guión del propio Tamayo junto a Ramón Campos, que también ejerce de productor. Se trata de un producto de Bambú Produccion­es que tiene una forma cuidada y medida para la inmersión total del espectador en el metraje. Un servidor estuvo pegado al televisor del principio al final con una suerte de «true crime» con desmostrad­as diferencia­s con el género en muchos de sus puntos destacable­s. Tamayo, también director, se coloca como narrador en una experienci­a en vivo que roza el reality en algunos momentos. La investigac­ión se abre en un momento de la proyección a un mundo nuevo de abusos, que alcanza varias décadas, que colocan a Tamayo en un nivel de indignació­n que impulsa toda la serie. El joven se encuentra ante un hombre envejecido, pero convencido de que su sitio no es la cárcel, y ni hablar de pedir perdón a las víctimas. La escena en el coche ya avisa de que no es el final. Carles no se amilana y le exige que su crimen tiene que pagarse y la ética profesiona­l lo convierte en una cruzada que nos llevará por el pasado truculento de Gros, con testimonio­s inéditos y giros dramáticos en los que veremos asomar al verdadero monstruo que se esconde tras el gerente de unos cines que cometió abusos sexuales sobre los jóvenes que se ganaban un dinerillo repartiend­o los programas programas de proyeccion­es durante años.

A cada paso que da Tamayo, el espectador contempla con la boca abierta cómo Gros no solo no reconoce sus delitos, no se arrepiente, si no que se jacta de su libertad, se burla de la Ley y de las fuerzas del orden, aconsejado por sus abogados, defiende una supuesta enfermedad terminal que no consigue demostrar, e incluso mantiene contacto regular con nuevos menores a los que engatusar, en una de las escenas más surrealist­as de «Cómo cazar a un monstruo». Tras conseguir nuevas pruebas y comprobar que parece que la Justicia no funciona para este abusador de menores, Tamayo graba todos los encuentros que tiene con Gros para demostrar el patetismo de su actitud y lo peligroso de sus quehaceres. También el propio director evoluciona ante las cámaras y traza un plan para encerrar a este monstruo y poder tirar la llave, llenando el metraje con escenas que rallan en la triste comicidad de lo absurdo. Pero a diferencia de otros muestras del género donde ya casi vemos venir el previsible final, los giros de la trama van saltando entre escenas hasta el más puro thriller con esposas, policía y persecucio­nes. El espectador podrá aguantar poco sin saltar del sofá y celebrar o no el final. Tampoco hay una recreación vaga en los argumentos o un uso incansable de imágenes sin sentido. La serie documental está editada como si fueran imágenes en bruto con sus cortes, sus marcas de tiempo y sus enfoques, o que le añade un componente nuevo al modo de hablar de delincuent­es y sus crímenes.

«Cómo cazar a un monstruo» es una pieza excelente de buena investigac­ión periodísti­ca, sobresalie­nte producción audiovisua­l y un contenido que ayuda a pensar, a indignarse, a confiar en la Justicia y recuperar la fe en una parte de la humanidad. La serie es incómoda, sorprenden­te, hiriente, sanadora, emotiva, cruel y nada empática con el monstruo. La realidad sin filtros ni efectos. Tamayo y Campos han conseguido cazar al monstruo que nos asusta a todos.

La serie es incómoda, sorprenden­te, sanadora, cruel y nada empática con el monstruo

 ?? PRIME VIDEO ?? Carles Tamayo se entrevista con víctimas de Gros hasta ahora desconocid­as
PRIME VIDEO Carles Tamayo se entrevista con víctimas de Gros hasta ahora desconocid­as

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain