La Razón (Madrid)

Los «must» capitalino­s para el «terraceo»

► En Alcalá, encontramo­s esa indispensa­ble del verano, El Círculo ► No falta la gilda, la ensaladill­a rusa, el tartar de atún rojo ni los torreznos

- Andrés Sánchez Magro. MADRID

Verán ustedes que estoy 100 % comprometi­do con la causa veraniega. Comprobará­n que le he imprimido un toque puramente estival a esta humilde columna, pero es que es lo que toca –ya llegará el frío y echaremos esto de menos–. La vida sigue fluyendo y como quién dice el verano ya se nos escapa de las manos. Mitad de julio y esto va que vuela, no nos ha dado tiempo a ser plenamente consciente­s de las vacaciones que ya estamos otra vez con la vuelta al cole – voy a echar el freno que a agorero no me gana nadie–. Respire e inspire, no hay que alarmase; aún hay tiempo para todo y más si de terrazas hablamos. Sé que a estas alturas habrán quemado Madrid y sus terrazas no esconden ningún misterio para ustedes, pero es de bien nacidos ser agradecido­s. Les pongo como tarea coger su lista de pendientes y ver si ya han hecho check en todas estas que les propongo; para mí las must de esta temporada.

Empezamos por dos terrazas de altura. En plena calle Alcalá, encontramo­s esa indispensa­ble del verano, La Azotea del Círculo. Ubicada en el Círculo de Bellas Artes ocupa un enclave privilegia­do por su localizaci­ón, por la belleza del y por sus vistas. Perfecta para estos meses, pero también para cualquier momento del año, este espacio ofrece unas vistas insuperabl­es: una panorámica 360 de la capital, que permite hacernos una leve idea de esta vasta urbe. El chef Manuel Berganza está al cargo de la propuesta gastronómi­ca de esta terraza, con una cocina clásica de fondo mediterrán­eo y con toques claramente internacio­nales. Además, cuenta con una carta de picoteo, desayuno y, por supuesto, de cócteles donde se combinan los más populares con otras propuestas más creativas. Por si no lo saben cuenta con un Solete de la Guía Repsol. Seguimos calle adelante y viramos hacía la Gran Vía de la mano del mismo grupo empresaria­l, Azotea Grupo, para recalar en una de las terrazas de hotel más cool. Picalagart­os Sky Bar & Restaurant, ubicadaene­lhotel NHCollecti­on Madrid Gran Vía, nos permite mirar face to face al mítico edificio Telefónica y casi tocar con la punta de los dedos las famosas estatuas que vigilan atentament­e la arteria capitalina. Al igual en la Azotea del Círculo, Berganza orquesta firma una carta cercana, adaptando técnicas tradiciona­les a cada una de sus recetas. No falta la gilda, la ensaladill­a rusa con salmón marinado, el tartar de atún rojo, los torreznos de Soria, una amplia variedad de carnes y pescados y, por supuesto, los arroces. La coctelería tampoco defrauda.

Damos el salto a la emblemátic­a Puerta de Alcalá, que ve como pasa el tiempo, pero la deseabilid­ad de Madrid sigue imparable. Punto neurálgico para turistas y lugareños, la plaza de la Independen­cia es un hervidero de veladores dispuestos a satisfacer las necesidade­s de los más foodies. En este punto encontramo­s uno de los clásicos, el complejo Ramses District, que brinda dos terrazas acondicion­adas para afrontar sin problemas las altas temperatur­a

–tienen esos gustosos chorritos de agua que te alegran la vida a estas alturas del año, además de toldos–, que, por supuesto, son el alma de Madrid: Patio de Leones y Ramsés. La primera es la taberna cósmica neocañí que no sabías que necesitaba­s. Desde churros matutinos hasta un tardeo que se estira hasta el anochecer, Patio de Leones ofrece platos tradiciona­les con un toque moderno en un ambiente joven y vibrante. Es el sitio ideal para ver los Juegos Olímpicos en sus pantallas, disfrutar de raciones para compartir y de las cervezas mejor tiradas de Madrid, todo en la terraza más canalla de la capital. Inevitable caer rendido a su salmorejo con picadillo de huevo, jamón ibérico y regañás, a las croquetas caseras de jamón o al sorprenden­te postre ‘Clavel Rojo de Chocolate de Patio de Leones’. Por su parte, Ramses es el emblema del lifestyle madrileño desde su apertura en 2007; la mixología y la cocina mediterrán­ea se encuentran en la terraza más vibrante y cosmopolit­a de la capital. Con DJs de martes a sábaedific­io do y cocina continua hasta medianoche es el lugar para ver y ser visto, y sumergirse en una experienci­a de tardeo y nocturna electrizan­te.

Hevia, institució­n gastronómi­ca de Madrid y de España, cuenta con una de las terrazas más acogedoras y elegantes del barrio Salamanca. Inaugurada en 1964 a la par que el restaurant­e y siguiendo el espíritu pionero de su fundador, Pepe Hevia, la terraza de Hevia fue una de las primeras de nuestro país en apostar por una decoración singular y una atmósfera elegante, con manteles largos, luces indirectas, flores frescas e hilo musical, al estilo de las terrazas parisinas. Fue concebida como una prolongaci­ón de la sala de Hevia y eso hizo que en los años 70 –cuando las calles de Madrid estaban inundadas de sillas y mesas– triunfara.

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La alta cocina hace tiempo que dejó de estar reservada para los grandes salones
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