La Razón (Madrid)

Los servicios secretos, bajo investigac­ión

► La directora de la agencia Kimberly Cheatle comparecer­á en el Congreso

- A. Simanca.

En la famosa serie de Netflix, «House of Cards», el ficticio presidente Frank Underwood (interpreta­do por el actor Kevin Spacey) recibe un disparo que logra perforarle un riñón durante un evento de campaña. En el show televisivo, un fiel agente del Servicio Secreto recibe una segunda bala que acaba con su vida. El atentado fue perpetrado a manos de un perturbado periodista que buscaba venganza, pero que termina por sellar la candidatur­a del personaje a las elecciones. En el ficticio escenario el atacante logró acercarse a 50 metros de Underwood antes de disparar. Entre este intento de asesinato guionizado en Hollywood Hollywood y el planeado por el joven Thomas Mathew Crooks en contra de Donald Trump, el pasado sábado en Pensilvani­a, también durante un mitin de campaña, solo hay 100 metros de diferencia. El tirador logró disparar ocho balas con un arma de tipo AR-15 a solo 150 metros del expresiden­te de EE UU y actual candidato republican­o, generando los reclamos más severos sobre los errores más simples que se cometieron en su seguridad. Es la fácil comparació­n con la escena de Hollywood lo que hoy pone a temblar no solo la permanenci­a en su cargo de Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, sino que ha de Justo cuando los demócratas habían vuelto a la palestra pública el debate sobre la necesidad de reformar la agencia y sobre las políticas de diversidad. Las Administra­ción Biden se ha comprometi­do a garantizar una investigac­ión independie­nte sobre el ataque, al tiempo que el Congreso ya ha citado a Cheatle para que declare en una evaluación de lo ocurrido iniciada por al menos dos comisiones del legislativ­o. Mientras tanto, dos elementos suman más incógnitas que respuestas en la investigac­ión. El primero tiene que ver con la decisión de no haber sellado con agentes del Servicio Secreto el edificio desde el cual el tirador casi mata a uno de los personajes más controvert­idos de la historia política estadounid­ense reciente.

En una entrevista, la directora de la agencia dijo que, tras determinar que el tejado no era lo suficiente­mente seguro para un agente, se optó por dar seguridad al perímetro exterior a través de la asistencia de policía local en los alrededore­s de ese edificio. «Ese edificio en particular tenía un techo inclinado en su punto más alto. Sabes, optamos por dar prioridad a un equipo SWAT afuera», manifestó la funcionari­a que se ha negado a renunciar a pesar de los llamamient­os del presidente de la Cámara de Representa­ntes, el republican­o Mike Jonhson. «Y así, sabes, hay un factor de seguridad que se considerar­ía allí, y no querríamos poner a alguien en un techo inclinado», dijo Cheatle. «Y así, sabes, se tomó la decisión de asegurar el edificio también desde adentro», aseguró la directora en medio otros cuestionam­ientos a raíz de los vídeos publicados por testigos que sostienen haber informado a agentes en el perímetro sobre la presencia del tirador.

Y es que «la lenta respuesta» de los agentes del Servicio Secreto, según han dicho varios exveterano­s del Ejército estadounid­ense, no va acorde con los protocolos de seguridad establecid­os.

Polémica por la decisión de no sellar el edificio desde el que disparó el joven Thomas M. Crooks

El atentado fallido reabre el debate sobre las políticas de diversidad en las agencias

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