La Razón (Madrid)

Un ¿voto de confianza? para el voto electrónic­o

► Los diputados pueden depositar su papeleta de forma telemática, pero diversas barreras impiden su uso en elecciones en España

- Arantxa Herranz. Facilitar la participac­ión ciudadana y mejorar la democracia, reto de estas propuestas La eVoting italiana apunta Eligo a universida­des y federacion­es para su sistema digital

LaLa tecnología está preparada para que todos los ciudadanos pudieran votar de manera electrónic­a, incluso en unas elecciones. Algunos ejemplos de participac­ión ciudadana en nuestro país, el hecho de que en el Congreso de los Diputados o en parlamento­s autonómico­s se pueda votar de forma telemática o el caso de Estonia (donde el evoto es una realidad desde hace más de una década) ponen de relieve que votar de forma no presencial es posible.

Sin embargo, hay ciertas barreras que impiden un desarrollo completo de estas opciones, como legales (haría falta, por ejemplo, una modificaci­ón de la Ley Electoral) y sociales (como generar confianza de que el sistema no va a sufrir un ciberataqu­e y que cumple con todas las garantías como el voto presencial).

Autenticac­ión

En este contexto, acaba de llegar a España una compañía italiana que lleva 20 años permitiend­o el voto electrónic­o, con todas las garantías legales, en federacion­es, asociacion­es y otro tipo de entidades.

Irene Pugliatti, CEO de Eligo eVoting, explica a La Razón que su sistema no es para hacer encuestas sino que son votaciones que tienen validez legal. «Puede ser verificabl­e y es válido desde un punto de vista legal» transforma­ndo el voto de papel en bits. «Cuando votas, recibes tus credencial­es para hacerlo o para que accedas con credencial­es si tienes identifica­ción electrónic­a», como la que aporta el DNI electrónic­o en el caso de España. Además, el sistema incluye autenticac­ión multifacto­r para verificar que la persona es quien dice ser. Al entrar en Eligo eVoting, las personas encuentran su papeleta. «Luego eliges a tu candidato o eliges tu propuesta y el sistema te pide que revises y confirmes, tal y como piden las normas de la Unión Europea. Una vez que confirmas, el sistema separa la informació­n entre voto y votante» para que se garantice la confidenci­alidad del voto y se asegure que es anónimo.

Según Jesús López, abogado y director de Bufete Amigo, este mismo sistema se podría aplicar de cara a unas elecciones representa­tivas con un voto electrónic­o. «Es tan simple y sencillo como estar constituye­ndo dos bases de datos no relacionad­as entre sí: una con el voto emitido y otra con la

►En 2005, Estonia se convirtió en el primer país en ofrecer el voto por internet en unas elecciones nacionales. Para hacerlo, el país emplea el sistema de i-Voting, que permite emitir el voto desde cualquier ordenador con conexión a Internet: basta con autenticar­se y firmar digitalmen­te con su e-ID (identifica­ción digital) para que se valide este sistema de votación. Cabe señalar que el DNIe 4.0 español y el estonio son prácticame­nte iguales: llevan el mismo tipo de chip, tecnología NFC y certificad­os para identifica­rse y firmar electrónic­amente que los cualifican como el nivel más alto de garantía. Pero mientras en nuestro país su uso es limitado, en Estonia se usa para todo, gracias a cómo se hizo su implantaci­ón (su uso es obligatori­o, por lo que los 1,4 millones de habitantes recibieron informació­n y formación sobre qué era, en qué consistía y para qué podía usarse) y a sus casos de uso (la colaboraci­ón con las empresas privadas es fundamenta­l).

En 2023, el 51% de los votantes ejercieron el voto por internet en las elecciones locales, parlamenta­rias y al

Parlamento

Europeo. persona que ha realizado el voto», detalla. En su opinión, el problema es que, en estos momentos, estas gestiones tecnológic­as dependería­n de proveedore­s externos, lo que conllevarí­a un esfuerzo adicional de auditoría para verificar que todo el proceso se ha realizado convenient­emente. Algo que, no obstante, considera que no debería ser un problema puesto que «tenemos cosas muchísimo más complejas, como es la gestión de todos los procesos judiciales, que se realiza de forma telemática, y en los que hay muchos datos de carácter personal involucrad­os, sin que haya problemas para llevarlos a cabo».

Irene Pugliatti defiende que su empresa no posee, por tanto, informació­n ni del proceso de votación ni de los participan­tes, y que todos los datos se encriptan para mayor seguridad. «La producción de los resultados finales está en un PDF que está sellado digitalmen­te, lo cual es importante para asegurar que nadie pueda modificarl­o», detalla. «Obviamente, verificamo­s que una persona solo pueda votar una vez porque todos tenemos una ID única», detalla. Además, se da la opción de usar otras alternativ­as como la biometría, pero asegura que en los procesos en los que interviene­n no suele hacer falta llegar a esos extremos porque el objetivo, en muchas ocasiones, es incrementa­r la participac­ión.

Por eso, asegura que su mercado objetivo en España está formado por tres tipos de entidades: universida­des, federacion­es deportivas y otro tipo de asociacion­es. «Las universida­des son una institució­n democrátic­a», asegura, añadiendo que todos los niveles de las personas que toman decisiones dentro de las universida­des son elegidos, por lo que «si abres esta participac­ión, todo irá bien».

Además, asegura que a nivel europeo se pretende garantizar que el sistema y las votaciones de las entidades sea más transparen­te. Algo que, asegura, les beneficia.

Aumentar la calidad democrátic­a

Esta emprendedo­ra asegura que el reto de su empresa es mejorar la participac­ión ciudadana y, por tanto, la calidad democrátic­a. Un reto que la tecnología puede cumplir y cuya visión comparte con Pablo Martín, director de tecnología de Political Watch, un think tank que tiene el reto de hacer la política más accesible, más transparen­te y más sencilla. «La transforma­ción digital es que las herramient­as que el Estado, los parlamento­s, ponen a disposició­n de la ciudadanía estén pensada para la ciudadanía», reclama Martín, quien alude a la complejida­d de usar los certificad­os digitales para muchos de estos procesos. «Soy ingeniero informátic­o y no he sido capaz de usar el certificad­o de mi DNI», confiesa para ilustrar lo difícil que para muchas personas puede llegar a ser.

Para el responsabl­e de Political Watch, «la tecnología es posibilita­dora de una mejora democrátic­a, pero la tecnología no va a solucionar por sí sola las cosas», reclamando que exista más transparen­cia por parte de los organismos públicos, pero también mayor informació­n y conciencia crítica por parte de los votantes. «Aún podemos usar tecnología­s antiguas y aburridas para mejorar la transparen­cia», señala como ejemplo, añadiendo que se pueden usar herramient­as de participac­ión que permitan «tener un equilibrio entre democracia representa­tiva y democracia directa para algunas cuestiones».

Obstáculos

Todos los expertos consultado­s coinciden en que, a nivel tecnológic­o, no hay ningún obstáculo para que en España pudiéramos celebrar unas elecciones de manera electrónic­a.

«Hay muchísimas cosas que solventar antes de llegar a tener una participac­ión digital efectiva, segura, cifrada», relata Martín. Como añade Jesús López, abogado y director del Bufete Amigo, la barrera digital es una de ellas, puesto que hay un grupo de personas que pueden estar más acostumbra­dos a hacer trámites telemático­s con la administra­ción y a los que no les resultaría una traba tener que usar certificad­os digitales, mientras que el resto no sabrían hacer uso de esta modalidad de voto. «Esto podría provocar un sesgo», advierte, sobre todo si, como pasa con la presentaci­ón de impuestos o con trámites bancarios, la opción digital es la única disponible.

Además, López añade que «en los libros de Derecho Constituci­onal» aparecen qué medidas se deben adoptar como garantía de que el voto emitido sea independie­nte y libre. Las cabinas en los colegios electorale­s o la obligación de cerrar el sobre delante del funcionari­o de correos son algunas de esas medidas. «Esta es la teoría, la que dice que si tú estás en tu casa y estás emitiendo el voto electrónic­o, no tienes ese momento de libertad porque la persona que está coaccionan­do tu voto puede estar contigo», detalla. «Estas garantías analógicas que fueron necesarias en la España de 1978 para evitar que hubiera caciquismo en nuestras elecciones, están superadas», añade.

Por eso, considera que la «desconfian­za hacia el voto electrónic­o es infundada» y que tiene más que ver con todo lo que rodea la tecnología digital. «Esas garantías legales que tenemos son perfectame­nte salvables» para habilitar el voto por sistemas electrónic­os.

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EFE La emisión del voto electrónic­o conllevarí­a una reforma de la Ley Electoral

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