La Razón (Madrid)

«Carlos tiene un don y es que no le da miedo nada»

Médico de Alcaraz cómo llevar una vida saludable y cómo intenta poner a punto al ganador de Roland Garros, «un F-1»

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Con 14 años logró su primer punto ATP y con 19 fue el número uno más joven de la historia

Juanjo López

hasta que por fin pudo ganar en la Chatrier en 2009: fue el Grand Slam número 14 que conquistab­a, pues tenía tres Open de Australia, cinco Wimbledon y cinco US Open. En la tierra francesa siempre se había topado con el rey Rafa (una derrota en semifinale­s y tres finales seguidas entre 2005 y 2008). Djokovic, por su parte, fue de maduración más tardía, y necesitó 46 participac­iones hasta conseguir el «triplete» con su Roland Garros de 2016. Nole ya tenía en su palmarés seis Open de Australia, tres Wimbledon y dos US Open.

« Hemos entrenado toda la vida en tierra batida, aunque el tenis de Carlos quizá hace más daño en pista rápida», asegura Kiko Navarro. Si se mira el número total de títulos del murciano, que son 14, ocho son en tierra, ya con la guinda de Roland Garros; cuatro en dura y dos en hierba. « Para mí es el jugador más completo, el que mejor se adapta a todas las superficie­s. Sus rivales en tierra bajan el nivel, exceptuand­o Nadal y Djokovic. Lo de Wimbledon sí fue una pasada, increíble, me sorprendió que se adaptara tan bien, cuando realmente nunca habíamos entrenado en hierba, solo los días antes al torneo», prosigue Navarro.

«La construcci­ón de un jugador nunca debería parar», explica Ferrero. Y más con un chico de 21 años como Alcaraz, que se divierte en pista, pero que ya sabe que a veces no todo puede ser siempre espectacul­ar, que a veces el camino es la táctica y el sufrimient­o. «Cambió mucho su táctica en el quinto set, empezó a jugar mucho más alto, más profundo para que yo no creara tanta potencia. Se ha vuelto todo más lento», analizó Zverev la final en París.

El límite de Carlos de momento no se sabe cuál es, pero las preguntas que le hacen apuntan a lo más alto posible. «Ganar 14 Roland Garros [como Nadal] o 24 Grand Slams [como Djokovic] está fuera de lo normal. Tienes que ser un extraterre­stre para conseguirl­o. Lo de Rafa aquí es casi imposible que se vuelve a ver, y los 24 de Djokovic ojalá pueda hacerlo, pero es casi imposible», admite el murciano, que una vez, no hace tanto, ya sonó y deseó ganar en Roland Garros y ese sueño lo ha cumplido. uanjo López ( Murcia, 1982) es el médico que acompaña a Carlos Alcaraz desde niño. Ha escrito un libro, « Hábitos para ser el número 1» en el que da consejos de salud, alimentaci­ón o descanso para intentar ganar calidad de vida. También habla de la maldita adicción al móvil o de cómo intenta cuidar al reciente ganador de Roland Garros.

El deporte, insiste, es salud. ¿Y el deporte de élite?

No, no. Mira, mañana jugamos con Sinner [la entrevista está hecha un día antes de las semifinale­s]. En su momento jugamos con él los cuartos del Open de Estados Unidos y terminamos a las 2:30 de la mañana tras casi seis horas. Eso es llevar el cuerpo a un exceso tremendo, y con un descanso muy malo: Carlos se fue a acostar casi a las 8 de la mañana... Al final son extremos que no son beneficios­os, por eso digo que el deporte de élite no es saludable en casi ninguna de las vertientes.

Wilander habló de aquel partido en Nueva York como el mejor que había visto.

Sí, fue tremendo, se mataron, como se dice, a palos.

Tuvo Sinner saque para ganar y punto de partido.

Sí, un revés ahí a media pista... Fue increíble. Gracias a ese partido conseguimo­s ganar el Open de Estados Unidos, primer Grand Slam, y el número uno. Al final creo que son las cosas del deporte, una bola que entre o no entre, marca la diferencia. Sabíamos que al final Sinner iba a llegar al número uno y ha sido en París.

Con Djokovic en la final de Wimbledon también tuvo bola para ponerse dos sets a cero...

Así es. Siempre defiendo que para ganar un torneo tienes que estar a punto de perder. Mira Swiatek, aquí en Roland Garros, con Osaka tuvo el partido perdido. Es muy difícil ganar un torneo de calle y lo normal es que estés a punto de perder. También con Carlitos en el primer Godó con De Miñaur tuvo bola de partido en contra, el primer Mutua Madrid con Djokovic tie break del tercero, el segundo Mutua Madrid con Ruusuvuori la primera ronda...

Conoce a Carlos desde que tiene 8 años...

De antes porque su padre fue mi profesor y estaba muy relacionad­o con la familia. Digamos que su primera revisión médica conmigo fue a los 8 años.

Era un niño. ¿Se veía algo diferente?

Sí, pero como ahora mismo habrá 15.000 niños en el mundo con algo diferente. Algo diferente en cuanto a la forma de tocar la bola, las ganas de jugar, pero hay infinidad de niños con las mismas cualidades a esas edades. Pero ya te digo, eran revisiones no como un profesiona­l, sino al hijo de mi amigo, que lo hacía bien. Obviamente conforme van pasando los años él iba evoluciona­ndo. A partir de los 14 años dio el salto, el primer punto ATP, y se profesiona­lizó todo un poco más.

Un salto a lo profesiona­l tan joven es delicado...

A veces se dan pasos demasiado rápido. Él siempre ha ido demasiado rápido, pero hay que trabajarlo todo desde la prevención, la ganancia muscular, la movilidad, aparte de la parcela psicológic­a. El crecimient­o tan brutal que ha tenido Carlos hay que digerirlo, por todos, por parte de todo el equipo, de la familia, del jugador, y también mía. Carlos tiene un don y es que es una persona a la que no le da miedo nada, es capaz de meterse en una pista central de Wimbledon y jugar una final con Djokovic y tener desparpajo. Con eso yo creo que se nace.

El padre de Alcaraz supo dar un paso un lado...

El padre es un padre idílico, porque deja trabajar, es una persona además que sabe mucho de tenis, pero deja totalmente trabajar, obviamente sabe quién está en el equipo y quiere lo mejor para su hijo, pero no es una persona que entre en decisiones digamos tácticas ni técnicas, sino que deja trabajar totalmente a las personas que rodean a su hijo.

Hace tiempo se habló de que Carlos había tenido ya muchas lesiones. ¿Cómo lo viven?

Lo importante es que él pueda seguir compitiend­o. La temporada es muy larga y hay cosas que podemos prevenir y cosas que no. Las cosas que podemos prevenir se trabajan. Después, sabemos que el tenis es un deporte en el que no sabes si vas a jugar 45 minutos o 4 horas, es un deporte donde se cambia de superficie, de pelotas... Hay muchísimas variables, pero nosotros tenemos que tener siempre la alerta y trabajar en la prevención, porque es un Fórmula-1 y tenemos que intentar que rinda al máximo nivel. Pero es también un deporte de una exigencia tremenda: partidos, temporada, viajes, jet lag, temperatur­a... Es tremendo, no es fácil tener esa visión tan global y abarcarlo todo. Todas las lesiones son multifacto­riales, empezando por los hábitos y siguiendo por los entrenamie­ntos, por los tiempos, por los controles de carreras... Ahí estamos todos intentando dar nuestro cien por cien.

Carlos tenía algo diferente con 8 años, pero como puede haber ahora 15.000 niños en el mundo»

«El crecimient­o ha sido tan brutal que todos tenemos que digerirlo: equipo, familia, él mismo...»

«Hábitos para ser el número 1»

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Dr. Juanjo López ESPASA

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