La Razón (Madrid)

«Sabía que volveríamo­s para hacer algo grande»

► Alcaraz cayó en el estreno en su primer Roland Garros, en júnior. Ya es campeón absoluto y ha aprendido que «la mente gana partidos»

- Francisco Martínez.

Carlos Alcaraz tenía un sueño. «Cuando tenía 13, 14 o 15 años ya teníamos claro que iba a ser un jugador muy bueno, que iba a ser profesiona­l del tenis si todo iba bien, y en ese momento ganar Roland Garros era un sueño que teníamos nosotros», recuerda Kiko Navarro, quien fuera el entrenador de Carlos desde los 9 hasta los 17 años, combinando su trabajo los dos últimos con Juan Carlos Ferrero, entre Murcia y Villena. El sueño lo confirma el propio Carlos en un vídeo de niño que se ha hecho viral: «Ganar Roland Garros... Y Wimbledon», contesta a la pregunta. Pues sueño cumplido. Lo de la hierba del All England Club lo logró el año pasado y la tierra de París la conquistó ayer. «Roger Federer», responde también en ese vídeo Alcaraz sobre quién era su ídolo. No era solo el suizo. «Su ídolo siempre ha sido Rafa Nadal, que es el rey de Roland Garros, de ahí un poco los nervios que tuvo en semifinale­s contra Sinner, un poco de calambres, como el año pasado con Djokovic», prosigue Kiko. En la final logró vencer a esos nervios y remontar en un cuarto y quinto set memorables. Ya como campeón, Alcaraz dio las gracias a su familia, a sus padres, y recordó esos años en los que salía corriendo del colegio para poder ver por televisión el Grand Slam francés.

Kiko Navarro acompañó a Alcaraz la primera vez que pisó Roland Garros. Fue de júnior, en 2019. «Tuvimos poco tiempo para ver casi nada, fue todo rápido, perdió en primera ronda y bueno, fue una experienci­a bonita, pero corta. Sé que él en su interior, igual que yo, sabíamos que algún día volveríamo­s para acá, y que haríamos algo grande», prosigue su extécnico, que estuvo en la final en París. En esa edición había jugadores que ahora están en el circuito profesiona­l, como Musetti o Arnaldi, y el campeón fue el danés Holger Rune, 15 del mundo en estos momentos, pero que ha llegado a ser el cuatro. El tenista que apenas se saca unos días con Carlos, ambos nacidos en 2003. La final se la ganó al estadounid­ense Toby Alex Kodat, Kodat, que había sido el verdugo de Alcaraz en esa primera ronda (6-4 y 6-4). En la actualidad es el 320 del mundo, y lucha por dar el salto a los torneos ATP, en los que no ha podido debutar.

Aquella derrota en 2019 fue en la pista 3 de las instalacio­nes de Roland Garros. Ayer, antes de disputar la final contra Zverev, tuvo la sesión de calentamie­nto y entrenamie­nto en esa misma pista. Fuera superstici­ones. Donde ganó la final, en la Philippe Chatrier, regresará si no pasa nada en apenas un mes y medio, para disputar los Juegos Olímpicos de París, en los que además podría formar uno de los dobles con Nadal. «Cuando vuelva en los Juegos tendré flashbacks. Tengo muchas ganas, pelear unos Juegos, intentar ganar una medalla para el país, jugar dobles con mi ídolo...», reflexionó el murciano, muy tranquilo en conferenci­a de prensa, feliz y, a sus 21 años, todavía acumulando lecciones. «En este torneo he aprendido que la fortaleza mental gana partidos. No hace falta jugar brillante, decir que tengo que jugar a mi mejor tenis si quiero ganar. También se gana de cabeza. Si estás flojo mentalment­e, probableme­nte no ganes un Grand Slam», reflexionó. «Eso se aprende con la experienci­a y también no desconecta­ndo en los entrenamie­ntos», prosiguió. Carlos analizó un juego clave en su victoria. Uno que, precisamen­te, perdió. «En el tercer set iba 5-2, pero no estaba siendo mejor que Zverev. No estaba encontrand­o la manera de hacerle daño. Sentía que me quemaba la bola, que iba a fallar, que él me iba a ganar los puntos. Da igual el resultado, que fuera 5-2 o 5-1, él estaba gestionand­o mejor el partido, los nervios», dijo. De ese 5-2 pasó a 5-7. «Pero el último juego me ha ayudado a saber cómo jugar, y estar más relajado en el cuarto set», insistió. Ese juego lo perdió, pero lo peleó. Le había aconsejado Ferrero que igualara la intensidad y ahí lo hizo y ya la mantuvo todo el rato, en el cuarto y el quinto set. «Los dos somos fuertes físicament­e, pero él es una bestia, un animal. La intensidad a la que juega al tenis es diferente en comparació­n con los demás», dice el alemán.

4 participac­iones en París, más la junior de 2019, para proclamars­e campeón del torneo

14 títulos tiene ya Carlos Alcaraz, entre ellos 3 Grand Slams y cinco Masters 1.000

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EFE Alcaraz fue a celebrar el triunfo en París con su equipo y su familia

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