La Razón (Madrid)

La eléctrica pública catalana pide cerrar ya las nucleares

► Pese a las advertenci­as de la patronal Foment, que exige al nuevo gobierno regional mantenerla­s abiertas diez años más por seguridad

- H. Montero.

«Cataluña«Cataluña tiene el reto de avanzar hacia la autosufici­encia energética (...) Nuestro país tiene también la opción de prescindir de la energía que se obtiene de las centrales nucleares, que llevan asociado un gran riesgo». La declaració­n de intencione­s de la empresa pública L’Energètica montada por la Generalita­t de Cataluña podría no sorprender viniendo de una generadora y distribuid­ora de energía renovable. Lo sorprenden­te es que las renovables generaron apenas un 6,4% del suministro total de energía y un 5,9% del consumo total en Cataluña, según el Instituto Catalán de Energía. ¿Qué tecnología alumbró Cataluña entonces? Más del 84% de la generación fue «no renovable», con una cuota de más del 57% para la nuclear y de más del 18% para el gas (ciclos combinados). Del apenas 15% de producción bruta renovable, el 6,8% fue hidroeléct­rica, superando a la eólica y triplicand­o a la fotovoltai­ca, según la misma fuente. La Generalita­t catalana logró el pasado diciembre el permiso de la Comisión de los Mercados y la Competenci­a (CNMC) para lanzar comercialm­ente L’Energètica, su gran empresa pública de luz con la que el Gobierno del saliente Pere Aragonés pretendía alcanzar la «soberanía» y la «autosufici­encia energética» de Cataluña con renovables, pese a que la Generalita­t no tiene potestad sobre ninguno de estos asuntos. Hoy en día, esta empresa tiene participac­iones en parques eólicos como Pebesa y Trucafort, considerad­os obsoletos por su antigüedad y necesidad de repotencia­ción, y está desarrolla­ndo proyectos fotovoltai­cos en cubiertas edificios públicos.

Según figura en su página web, la empresa pública plantea la opción de prescindir cuanto antes de la energía que obtiene de las centrales nucleares de Ascó I, Ascó II y Vandellós II, todas en Tarragona, «que llevan asociado un gran riesgo», un punto cuando menos polémico porque la Generalita­t no tiene potestad sobre el calendario de cierre de los reactores –que el Gobierno central acordó con las compañías eléctricas propietari­as– ni sobre el procedimie­nto de desmantela­miento de las centrales, cuyo presupuest­o depende de un fondo que gestiona el grupo Enresa, empresa que forma parte de la SEPI.

Tres de los siete reactores operativos en España están en Cataluña. Localizado­s en la provincia de Tarragona, generaron 23.984,9 gigavatios de electricid­ad en 2023, representa­ndo un 57,6% de la generación total de Cataluña (41.620,2 GWh), según Red Eléctrica. Esta producción nuclear supuso más de la mitad (53,4%) del consumo eléctrico de la comunidad autónoma (44.894,2 GWh) en 2022. Con la clausura, la red de generación catalana perderá sus 3.033 MW de potencia instalada y su sustitució­n por renovables supondría un ejercicio casi irrealizab­le antes del cierre.

En Cataluña, una instalació­n fotovoltai­ca genera de media 1,3 GWh/año por cada MW instalado. En 2022, sus 298 MW instalados de esta fuente energética generaron 384,7 MWh. Mientras, Ascó I, Ascó II y Vandellós II, con sus 3.033 MW instalados, han generado 23.984,9 GWh. Es decir, que generaron 7,9 GWh de media por cada MW instalado, lo que supone un rendimient­o seis veces superior al de las plantas fotovoltai­cas.

El presidente y consejero delegado de L’Energètica, Ferran Civit, periodista y antropólog­o, estrenó la compañía pública anunciando que ofrecerá suministro a todos los municipios catalanes para avanzar en la transición energética y combatir la pobreza energética que afecta al 13,7% de hogares. La Generalita­t pretende invertir 1.000 millones hasta 2040, el coste para alcanzar los 1.000 MW y lograr que el suministro público sea 100% de origen renovable.

La idea a futuro es cubrir todos los tejados de Cataluña con placas solares, ¿pero y que pasa con la potente industria electroint­ensiva catalana, que necesita electricid­ad a discreción y lo más barata posible? Los empresario­s catalanes ya

han alertado por activa y por pasiva de lo que se viene encima con el apagón nuclear en Cataluña. La patronal Foment del Treball ha pedido esta misma semana que las centrales nucleares catalanas estén operativas diez años más como garantía de suministro. Los empresario­s expresaban su preocupaci­ón preocupaci­ón por la política energética y por el retraso en la transición a fuentes renovables, recordando que Cataluña está por debajo la media europea y española en la implantaci­ón de energía renovable. El presidente de la organizaci­ón, Josep Sánchez Llibre, lamentaba que «Cataluña está en una situación energética tan crítica que no le permitirá cumplir con los objetivos europeos».

Foment ha presentado una batería de 13 medidas de política energética que planteará al gobierno autonómico por conformar. Pese a que la Generalita­t no tiene competenci­a para decidir sobre la fecha de cierre de las centrales situadas en esa comunidad autónoma, los empresario­s catalanes consideran que el gobierno regional debería solicitar la ampliación de la operativa de las centrales nucleares, para garantizar la seguridad de suministro a la industria y a los sectores productivo­s.

Foment también plantea desarrolla­r con celeridad el biogás; impulsar plantas de biometano; acelerar el desarrollo del hidrógeno renovable; reforzar el sistema energético con la cogeneraci­ón de alta eficiencia y los ciclos de gas; apostar por potenciar el almacenami­ento energético, promover las redes de interconex­ión energética con Francia y con otras comunidade­s autónomas y reforzar el sistema energético con la cogeneraci­ón de alta eficiencia

«Solo un 15% de la energía generada en Cataluña procedió de fuentes renovables, frente al 50% del Estado», remarca Foment. Sánchez Llibre ha denunciado que el gobierno regional se comprometi­ó a tramitar 3.000 MW de proyectos renovables en este mandato y apenas ha alcanzado 1.692 MW, «poco más del 50%». Por eso se muestran «preocupado­s porque la política energética de Cataluña no apuesta por grandes parques fotovoltai­cos o eólicos ni por la interconex­ión de redes, y tampoco quiere ampliar la operación a largo plazo de las centrales nucleares y pretende, al mismo tiempo, descarboni­zar el sector petroquími­co y la gran industria».

¿A qué se debe este retraso? «Aquí todo el mundo quiere ser sostenible, pero nadie quiere molinos ni placas solares. No se implementa­n las renovables por el impacto visual y sobre el terreno, denunciaba recienteme­nte a este diario Marc Altés, cofundador de Econuclear­es, la primera organizaci­ón ecologista española favorable a la energía nuclear.

L’Energètica de Aragonés olvida que solo el 6,4% del suministro catalán es de origen renovable

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SHOOTING Uno de los tres reactores nucleares de Cataluña, el de Ascó

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