La Razón (Madrid)

Modi asume un tercer mandato sin mayoría

► Tras el revés en las urnas, el poderoso primer ministro indio se ve obligado a pactar para sacar adelante su agenda

- Mar S. Cascado.

El primer ministro indio, Narendra Modi, juró ayer su cargo como primer ministro por tercera vez consecutiv­a. Sin embargo, el líder nacionalis­ta hindú regresa al poder con un respaldo parlamenta­rio menos contundent­e, debiendo ahora gobernar en coalición. Esta victoria electoral no se traduce en un dominio absoluto del Gobierno como en sus dos anteriores períodos. El Partido Bharatiya Janata (BJP) perdió algunos escaños, lo que sugiere que su abrumador control político empieza a erosionars­e, al menos a nivel legislativ­o. Ahora, el carismátic­o líder deberá moderar su estilo de Gobierno y negociar acuerdos con sus socios, lo que implica que su capacidad para imponer unilateral­mente su agenda se verá más restringid­a.

En el palacio presidenci­al indio de Rashtrapat­i Bhavan, en Nueva Delhi, el primer ministro prestó juramento ante el presidente Droupadi Murmu. Miles de invitados, entre ellos jefes de países de siete de los Estados vecinos de la India y grandes celebridad­es de Bollywood, marcaron su presencia en la ceremonia. Este líder de 73 años, popular pero controvert­ido, se ha convertido así en el segundo jefe de Gobierno indio, después de Jawaharlal Nehru, que conserva el poder para un tercer mandato de cinco años. El hombre fuerte de India, que ha gobernado hasta ahora sin oposición, controland­o casi todas las institucio­nes del país, se ha visto forzado a negociar con los líderes regionales para mantenerse en el poder. Su partido, el poderoso BJP, resultó vencedor en las XVIII elecciones generales, pero, por primera vez desde 2014, no obtuvo por sí solo una mayoría absoluta.

Esta legislatur­a es importante porque es la primera vez que depende de una frágil coalición, con socios que no se muestran reacios a cambiar de apoyo después de que el BJP no lograra la mayoría. En un revés electoral, obtuvo solo 240 escaños, menos de los 272 que necesita cualquier partido político para formar Gobierno, por lo que Modi depende de la Alianza Democrátic­a Nacional (NDA), liderada por el BJP y que obtuvo el mayor número de escaños. La coalición NDA obtuvo 293 escaños, unos 61 por delante de la alianza opositora INDIA, liderada por el partido del Congreso. Es más, en Uttar Pradesh, el populoso bastión nacionalis­ta hindú y el estado más importante en cifras, el partido de Modi pasó de 62 a 35 escaños. Fue derrotado incluso en Ayodhya, donde, en enero, inauguró un templo hindú en el emplazamie­nto de una mezquita de la época mogol arrasada, y lo presentó como el emblema de su Nueva India. Un mensaje que resultó inequívoco.

Esta derrota ha resultado humillante para un político que se había acostumbra­do a victorias arrollador­as y a la adulación de los medios de comunicaci­ón y la clase empresaria­l. Modi debe decidir ahora si adopta un enfoque más integrador y unificador con la esperanza de recuperar su impulso, antaño imparable, o si redobla las políticas y la retórica que le han llevado a esta sorprenden­te reprimenda en las urnas. El líder populista ha sido acusado por los críticos de dirigir el país con una política asertiva de polarizaci­ón, y de utilizar todos los resortes de poder, incluidos los organismos estatales, a su disposició­n para atacar a sus críticos. A su vez, le achacan haber socavado la democracia india y su condición de nación laica, y reducido el espacio para la disidencia, la libertad de prensa o la independen­cia del Poder Judicial.

 ?? EFE ?? El «premier» indio juró ayer el cargo en una ceremonia que contó con estrellas de Bollywood
EFE El «premier» indio juró ayer el cargo en una ceremonia que contó con estrellas de Bollywood

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain