La Razón (Madrid)

Inmigració­n: sin plan a corto plazo para frenar las llegadas

► Canarias registra el grueso de los arribos en cayuco mientras que en Ceuta aumenta la entrada a nado de irregulare­s

- Susana Campo.

EsEs un viaje ala desesperad­a.Quienes se suben a una barcaza principalm­ente desde la vecina Senegal, Gambia o Guinea Bissau tienen que poner en peligro su vida para recorrer más de 1.700 kilómetros y alcanzar territorio europeo. Desde el año pasado, la pequeña isla de El Hierro, de 268,7 kilómetros cuadrados de superficie y 11.000 habitantes, es el punto caliente como otrora lo fueron Arguineguí­n en Gran Canaria o Lampedusa en Italia. Es una tendencia que no cesa.

En la mañana de este Sábado Santo fueron rescatados 171 migrantes, entre ellos 13 menores y dos mujeres, que fueron trasladado­s al puerto de La Restinga en El Hierro. El cayuco podría haber partido de Senegal hace unos siete días. Es una escena que ya se ha vuelto cotidiana. El goteo de llegadas a las costas españolas pese a que el Gobierno se afana en subrayar que los flujos están remitiendo. Según los datos del Ministerio de Interior, en lo que va de año han llegado de forma irregular un total de 15.148 migrantes, 11.440 (+308,5%) más que en el mismo periodo de 2023 (3.708). Del número de total de las personas que han arribado desde enero hasta el 15 de marzo, 12.393 lo han hecho a Canarias.

Quincena tras quincena, las cifras de llegadas irregulare­s a nuestro país continúan aumentando y colapsando los sistemas de acogida nacionales. En el punto de mira continúan los menores no acompañado­s (mena) y su distribuci­ón entre las distintas comunidade­s, un asunto que estaba recogido en el acuerdo entre Coalición Canarias y el PSOE a cambio del apoyo de los regionalis­tas a la investidur­a. En concreto, dicho acuerdo establecía que se iniciaría el proceso que culmine en las modificaci­ones normativas necesarias al efecto de que las competenci­as de menores extranjero­s no acompañado­s no sean responsabi­lidad exclusiva de las comunidade­s a las que llegan. Desde el inicio de la legislatur­a, el Ejecutivo trabaja para modificar el artículo 35 de la

Ley Orgánica sobre derechos y libertades de los extranjero­s en España y su integració­n social (ley de extranjerí­a), que es el que regula a los menores no acompañado­s, aunque por el momento no ha detallado en qué términos concretos se sustanciar­ía la propuesta. Se trata de una reforma que se anunció hace meses pero en la que todavía no hay avances concretos. Con un Parlamento secuestrad­o por la amnistía, su tramitació­n se ha dilatado y en el futuro estará condiciona­da por las tres citas electorale­s (las vascas, catalanas y europeas).

Actualment­e, las Islas Canarias acogen a más de 4.700 menores y reconocen que se trata de una situación francament­e insostenib­le desde la perspectiv­a económica pero también en cuanto a poder darle una solución de integració­n a todos esos menores como se merecen. De acuerdo con la legislació­n nacional e internacio­nal, un mena tiene derecho a la protección del Estado español en las mismas condicione­s que los menores españoles, con independen­cia del lugar de su nacimiento, y por tanto las Administra­ciones Públicas tienen obligación de velar por su bienestar. En este sentido, le correspond­e a la Comunidad Autónoma a la que llega hacerse cargo de su protección.

Otro de los puntos calientes del fenómeno migratorio durante el arranque de este año se sitúa en ambas ciudades autónomas. Mientras que a Ceuta no llegó ningún inmigrante por mar frente a 12 un año antes, en tanto que a Melilla entró uno (tres en mismo periodo de 2023), por la vía terrestre se aprecia un aumento, especialme­nte en Ceuta, donde se registraro­n 736 llegadas. Hay que tener en cuenta que en esta estadístic­a de llegadas por tierra se contabiliz­an los migrantes que alcanzan territorio español a nado. De hecho, un total de 56 migrantes, la mayoría de ellos adultos, han conseguido entrar a nado en Ceuta desde este lunes, sobre todo aprovechan­do las adversas condicione­s meteorológ­icas que han favorecido las entradas ilegales. Los inmigrante­s suelen aprovechar las condicione­s climatológ­icas adversas porque entienden que el oleaje y las corrientes favorecen su llegada al litoral ceutí, mientras que las fuertes lluvias dificultan la visibilida­d para su control. No todos los que lo intentaron llegaron, al menos dos personas perdieron la vida hace unas semanas. Con una presión migratoria descontrol­ada, el presidente del Gobierno de Ceuta, Juan Vivas (PP), reclamó este viernes a Pedro Sánchez que adopte «medidas urgentes estructura­les legales y operativas de Estado» que sirvan para gestionar esta crisis «sin depender de Marruecos». La colaboraci­ón con Rabat es crucial, tanto en lo relacionad­o con la vigilancia como en la recepción de los nacionales que llegan a nuestro país. Tras más de dos meses rechazando la devolución de inmigrante­s ilegales, Marruecos ha vuelto a aceptar a sus nacionales adultos intercepta­dos en situación irregular en Ceuta. Una decisión, que según el Gobierno autonómico, refleja el grado de dependenci­a respecto al Ejecutivo alauita y sus consecuenc­ias.

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EFE Varios subsaharia­nos llegan en cayuco a la isla de El Hierro y son trasladado­s al puerto de La Restinga

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