La Razón (Madrid)

Plante vecinal ante los fondos buitre: «La lucha o la calle»

► Protestan ante la sede de una socimi que pretende comprar tres bloques y dejar a 200 personas en la calle

- Beatriz Pascual.

Las vecinas afectadas por los fondos buitre han dicho basta. Un centenar de personas se reunieron ayer frente al número 51 de la calle Serrano, sede de Elix Rental Housing, donde sus accionista­s celebraban una reunión para ampliar el capital de crédito. Con independen­cia de que la compra se consume o no, las afectadas son consciente­s de que es algo que no depende de ellas. El objetivo de esta concentrac­ión no fue otro que el de mandar un mensaje de unidad vecinal para desincenti­var el modelo de negocio que siguen las socimis centrado en obtener beneficios muy rápidos en periodos de tiempo muy cortos. «También, que en el caso de que la compra siga adelante, las vecinas no van a aceptar irse a la primera de cambio, resistirán en sus viviendas», apuntan a este periódico desde el Sindicato de Inquilinas de Madrid. Así, este grupo de vecinas organizada­s, gracias al apoyo del Sindicato, inician una lucha que estiman será a largo plazo. «Se plantan» contra esta situación que cada vez afecta a más personas. «Queremos luchar por el derecho a permanecer en nuestros hogares, señalar a esta socimi y las prácticas abusivas que llevan a cabo el modelo de los fondos buitres».

La celebració­n de la junta de accionista­s tenía como fin la adquisició­n del capital necesario para finalizar la compra de tres bloques de Madrid. La del número 7 de la calle Tribulete (Lavapiés), el 1 de Salvia (Tetuán) y Boldano, 5 (Ciudad Lineal). Vecinas de los tres bloques se reunieron para denunciar el funcionami­ento y las prácticas de estas empresas que siguen siempre el mismo patrón: la adquisició­n de propiedade­s verticales, rehabilita­ción de viviendas para especular con ellas, incrementa­ndo su precio y, así, convertirl­as en apartament­os turísticos o de lujo. Mientras, se expulsa a las vecinas que llevan toda la vida allí y que no pueden permitirse esas subidas abusivas de alquileres.

La situación de estos tres bloques es extraña, porque la compra no está aún consumada. «Hay negociador­es que se han presentado en los bloques afirmando que vienen en representa­ción de Elix y afirman, que aunque la compra no haya culminado, el proceso de compra está muy avanzado», aseguran desde el Sindicato. Es decir, que la socimi no está -por ahoraen posición de llevar a cabo negociacio­nes formales. «La estrategia o la intención de los negociador­es sí que ha sido (este tipo de grandes propietari­os utilizan están técnicas) la de dividir y separar a las vecinas o de hacer ofertas individual­es». Sin embargo, las vecinas afectadas defienden una negociació­n colectiva y que los bloques se mantengan unidos, sin divisiones de ningún tipo. Hace diez días, llevaron a cabo una acción protesta de corte musical en la calle Tribulete. Una convocator­ia que califican de éxito respecto al tejido vecinal y comunitari­o. «En Lavapiés ya hay varios bloques que luchan contra propietari­os de perfil similar y se está viviendo una reactivaci­ón vecinal muy potente».

Pilar Martín, vive en la calle Salvia desde que nació. También su madre, unas plantas por encima. «No nos vamos a ir, nos tendrán que echar. No tenemos otra alternativ­a, es luchar o la calle», confiesa a este periódico solo unas horas antes de la concentrac­ión. Todo comenzó cuando su casera falleció durante la pandemia y dejó la vivienda en manos de la orden religiosa San Juan de Dios. «En menos de un año, nos dejaron en manos de un fondo buitre, meses después pasamos a otro. Este último nos envió un burofax a los quince vecinos que quedamos y hasta que nos echen a la calle de forma definitiva». Cuatro años de lucha y una situación de angustia y frustració­n con la que deben li

El Sindicato de Inquilinas y las vecinas afectadas se manifestar­on frente a la sede de Elix

Desde hace tiempo la especulaci­ón es un problema generaliza­do por toda la ciudad

Las vecinas afectadas están dispuestas a soportar una pequeña subida en el alquiler

diar a diario. «Esta es nuestra vida, por llamarle algo. Lo llevamos fatal. Mi madre tiene todos los recuerdos en esa casa. Mi padre también falleció en 2020 y separarla de esa casa es dejar atrás el único recuerdo que le queda de él». La primera de las vecinas obligadas a abandonar el bloque, deberá hacerlo a final de este mes. Martín, el día 4 de marzo.Dicen que Intedisa, la actual propietari­a de la finca, no quiere saber nada de negociacio­nes. Por su parte, las vecinas aseguran estar dispuestas a soportar una pequeña subida del alquiler o que se les alargue el contrato con tal de mantenerse en sus hogares. «Solo quieren echarnos y vender el edificio lo más rápido y limpio de vecinos posible». Ante esto, la principal preocupaci­ón de Martín y de las vecinas es que con sus actuales nóminas no reúnen los requisitos para buscar otro alquiler. «Entonces, ¿a dónde nos vamos? ¿A la Plaza de la Remonta con una tienda de campaña mientras se hacen ricos a nuestra costa?», añade Martín.

Desde el Sindicato aseguran a este periódico que lo que está ocurriendo estos tres bloques es, a nivel general, una tendencia que ha ido en alza los últimos años. «Esta práctica de adquirir inmuebles enteros para expulsar a las viviendas o incluso de propiedade­s horizontal­es, las subidas abusivas de contrato cuyo único objetivo es expulsar a los inquilinos actuales para utilizar el piso con fines turísticos o de alquiler temporal ya no pasa solo en los distritos del centro, está ya en toda la ciudad», explican. En este momento, los veintiún distritos de Madrid cumplen con los requisitos para ser declarados zonas tensionada en materia de acceso a vivienda, regida con la Ley de Vivienda que la Comunidad de Madrid, que ya ha manifestad­o que no va a aplicar. «Desde hace meses estamos viendo que es un problema generaliza­do de toda la ciudad pero también de la comunidad autónoma. Estamos trabajando ya con vecinas en municipios de las afueras de la ciudad de Madrid», y añade, « Es una problemáti­ca que no es esa idea que echan a las vecinas del centro o barrios lejanos. El problema de acceso a la vivienda es un problema generaliza­do y por eso cada vez son más vecinas las que se plantan y luchar colectivam­ente contra estos abusos».

En estos tres bloques la lucha empieza ahora pero pretender hacer visible el gran número de empresas buitre existentes. «Hay inmobiliar­ias que se creen muy serias por la cantidad de años que llevan en pie, pero que me digan cómo se llama llegar a un bloque de familias humildes, en el que todos estamos a corriente de pago y echarnos de nuestra casa para especular con ella. ¿Qué nombre tienen si no?», sentencia Martín.

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FOTOS: JESÚS G. FERIA Un centenar de personas se concentrar­on ayer en la calle Serrano, frente a la sede de Exil, para protestar contra los fondos buitre
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