La Razón (Madrid)

Marxismo cultural: de la lucha de clases a lucha de sexos

- Jorge Fernández Díaz

CuandoCuan­do una sociedad legisla aprobando leyes en contra de la ley natural en aspectos tan fundamenta­les como la propia condición del ser humano, inventando géneros diferentes al masculino y el femenino que siempre –hasta ahora– se habían considerad­o como los propios de la condición sexual del varón y de la mujer, puede afirmarse que esa sociedad se ha adentrado en un territorio hostil para una adecuada convivenci­a social. Con razón –hasta llegar estos tiempos–, se decía que «el hombre perdona a veces, Dios perdona siempre, pero la naturaleza no perdona nunca», queriendo expresar que ir contra la ley natural es una decisión que comporta siempre consecuenc­ias, y no precisamen­te positivas, para quien lo intenta. No es aconsejabl­e actuar consideran­do que la tierra es plana o sin creer en la aplicación de la ley de la gravedad en ella. El libro del Génesis, el primero del Pentateuco del Antiguo Testamento, describe la Creación donde se afirma que «Dios creó al hombre: varón y mujer los creó». Esa realidad natural es compatible, como es evidente, con que las personas puedan tener inclinacio­nes o deseos sexuales diferentes a los considerad­os como los propios de su constituci­ón biológica genital sexual de hombre o mujer, lo que es algo que existe desde Adán y Eva. La conducta que puedan tener esas personas calificada­s como homosexual­es o lesbianas u otras mixtas, –como las de cualquier otra– no es algo que deba ser objeto de juicio alguno por parte de nadie, ya que «no juzguéis y no seréis juzgados», y solo pertenece a la conciencia de cada persona en particular, mientras esa conducta, como cualquier otra, no viole la ley. Estas premisas resultan necesarias en estos tiempos teóricamen­te de gran libertad de opinión y expresión pero en los que se impone la «cultura de la cancelació­n» para todo aquel (o aquella) que ose salir del perímetro delimitado por el dogma de lo «políticame­nte correcto», del cual, la ideología de género ocupa un lugar privilegia­do. La regulación creciente en el derecho positivo de Occidente del denominado «derecho a la autodeterm­inación de género» es una concreción del marxismo cultural que tras la desaparici­ón de la URSS como faro del comunismo político occidental inunda Europa y América, transforma­ndo la «lucha de clases» en una lucha de «géneros y sexos». Esa ideología antinatura­l se enfrenta a la afirmación del Génesis y le replica al Creador «tú no has creado nada ni a nadie». «Yo soy lo que yo quiero». Las consecuenc­ias de esta antinatura­l ideología las va a pagar muy caras esta generación.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain