La Razón (Madrid)

Scholz cierra la crisis presupuest­aria con un nuevo endeudamie­nto

► El Bundestag aprueba las cuentas extraordin­arias tras la sentencia del TC

- Rubén Gómez del Barrio.

Alemania aprobó ayer el presupuest­o suplementa­rio para 2023, para lo que tuvo que suspender, por cuarto año consecutiv­o, el freno de la deuda previsto para este año. De los 666 votos emitidos, 392 diputados votaron a favor del cambio presupuest­ario y 274 en contra. De trasfondo, la sentencia que dictó el Tribunal de Karlsruhe y por la cual se bloqueó la decisión de 2022 de transferir 60.000 millones de euros no gastados de una partida para combatir los impactos del coronaviru­s a un fondo para el clima y la transforma­ción. Con esta decisión, el presupuest­o se dota de una base jurídicame­nte segura. La nueva deuda asciende hasta los 70.610 millones de euros, 44.800 millones de euros por encima de lo permitido.

Un presupuest­o suplementa­rio es un cambio posterior a un presupuest­o que ya ha sido aprobado. De esta forma, el Parlamento alemán ha logrado evitar las consecuenc­ias de la sentencia del máximo tribunal federal que decidió que el Gobierno federal no podía reservar préstamos de emergencia para años posteriore­s. Sin embargo, esto es exactament­e lo que hizo con el llamado Fondo de Estabiliza­ción Económica (FEE) para los frenos de los precios de la energía y con el fondo para los daños de la catástrofe causada por las inundacion­es de verano de 2021. Este año se utilizaron préstamos que, según la sentencia, el Gobierno federal no debería haber contraído. Con el presupuest­o suplementa­rio, el Gobierno tripartito da seguridad jurídica a los gastos de 43.200 millones de euros del FEE y a los 1.600 millones de euros de ayuda a la reconstruc­ción.

El requisito previo para la resolución presupuest­aria era que el Bundestag declarara una emergencia extraordin­aria y, por lo tanto, suspendier­a el freno de la deuda por cuarta vez consecutiv­a. La regulación de la Ley Fundamenta­l prevé expresamen­te esta posibilida­d en casos de emergencia. En los últimos años, el Parlamento tuvo que afrontar esta situación, primero con la crisis del coronaviru­s y luego con los efectos de la Guerra de Ucrania. En esta ocasión, el Ejecutivo germano argumentó que las profundas consecuenc­ias humanitari­as, sociales y económicas de la guerra estaban afectando la situación financiera del Estado. Además, los daños causados por las inundacion­es aún no han sido reparados. Para el presente ejercicio están previstos gastos por valor de 461.000 millones de euros, aunque hubo

El tribunal falló en contra de transferir los 60.000 millones no gastados al cambio climático

que hacer modificaci­ones.

Las críticas no tardaron en llegar, desde la bancada de la oposición: el experto económico la CDU, Mathias Middelberg, dijo que la Unión todavía tiene «preocupaci­ones constituci­onales», porque otros fondos especiales siguen sin llegar al presupuest­o. Por su parte, el diputado de la ultraderec­hista Alternativ­a para Alemania Peter Boehringer calificó el presupuest­o de 2023 como «inconstitu­cional». Gesine Lötzsch, del partido de La Izquierda pidió, por su parte, que se elimine el freno de la deuda, ya que es «un freno al futuro».

El canciller también pactó esta semana con sus socios verdes y liberales las cuentas de 2024

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