La Razón (Levante)

El sospechoso de El Saler esquiva once incendios

► El juez abre juicio oral solo sobre dos fuegos y con escasas pruebas en contra del presunto autor

- Toni Ramos. VALENCIA

El juez que instruye la investigac­ión sobre los trece incendios ocurridos en El Saler el último año ha dictado un auto por el que abre juicio oral al conocido como presunto pirómano de El Saler, un abogado residente en una de las urbanizaci­ones, pero solo le imputa dos de los fuegos, y no los otros once, a pesar de que en dos de ellos su coche se ve en la zona del siniestro apenas unos minutos antes de que el 112 reciba la llamada alertando de los fuegos.

El juez se limita a imputarle dos incendios. En ambos, la citada persona J.C. fue visto por otras personas «saliendo» del lugar donde se desencaden­aron los fuegos, si bien, en el auto no consta que ninguna de ellas lo viera encendiend­o la llama por lo que la prueba de cargo parece algo inconsiste­nte. Añade, eso sí, que no había nadie más en la zona.

Además, el juez señala que si se le imputa cualquier otro incendio, o incluso, si se sacan conclusion­es en ese sentido de la circunstan­cia de que en su casa se hallara una bolsa repleta de mecheros o una garrafa de parafina, afirma que «habría que atribuirle también los habidos en los cinco años anteriores, que no es el caso».

Por lo tanto, es el testimonio de los dos testigos y la circunstan­cia de que no hubiera nadie más en la zona, además del acusado y del testigo, cuando se iniciaron los fuegos, lo que lleva al juez a imputársel­os, sin que conste ninguna prueba concluyent­e que se pueda extraer de la investigac­ión realizada por la Guardia Civil.

Así pues, se le atribuyen los incendios del 21 de octubre de 2023 y 14 de enero del 2024.

El hecho de que el sospechoso sea vecino del El Saler no solo le habría posibilita­do moverse con soltura, sino que ha sido una de las considerac­iones del juez para no imputarle otros siniestros ya que, tal y como justifica el mismo magistrado, «andaba por una vía por la que necesariam­ente tenía que circular (cerca del mediodía), para acceder a su domicilio después de su trabajo».

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