Las pymes estallan contra las «tesis comunistas»
► Publican un manifiesto contra la política persecutoria e incriminatoria del Gobierno
«Queremos denunciar la situación de ataque que estamos sufriendo los empresarios, porque es injusta, porque lesiona nuestros legítimos derechos amparados en la Constitución y porque es objetivamente mala para nuestro país». Así lo espetaron ayer las pymes en la Asamblea General de Cepyme, en la que hicieron un llamamiento a la «defensa activa» frente al «hostigamiento» del Gobierno y en «defensa de la libertad de empresa» y contra la política «persecutoria e incriminatoria» contra el empresariado.
Alto y claro sonaron ayer las palabras de las pequeñas y medianas empresas españolas, que han decidido soltar un sonoro «basta ya» a la injerencia gubernamental en la empresa. Así encabezó Cepyme el durísimo e histórico manifiesto contra el Gobierno durante su Asamblea, a la que no faltó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y en la que se escuchó esta llamada de socorro empresarial transcrita en un manifiesto que intenta visibilizar sus quejas.
El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, cargó especialmente contra la negociación de la reducción reducción de la jornada, que es solo «el último ejemplo de cómo el Ejecutivo actúa de manera unilateral, sin evaluar sus medidas y perjudicando a la empresa. Lo cierto es que está demostrándose que hay poco espacio para la empresa privada ante un Gobierno que adopta tesis comunistas. Negociar en estas condiciones resulta muy difícil, a veces hasta nos parece estéril, pero hay que seguir negociando».
Bajo el título «Manifiesto de la pyme por la libertad de empresa», los pequeños empresarios reclaman la defensa de la libertad de empresa reconocida en el artículo 38 de la Constitución Española y exigen respeto por la dignidad empresarial; el cese del control y la sobrerregulación; el respeto a la negociación colectiva; la no intervención salarial; la flexibilidad interna y la no injerencia en los recursos de la empresa; cargas sociales y fiscalidad que no lastren la competitividad, y el respeto al diálogo social. «La sobrerregulación y el excesivo control que se está imponiendo sobre la empresa, la política continuada de aumento de costes y cargas burocráticas, fiscales y sociales se combina con un discurso estigmatizador y un cambio de cultura que se está procurando sobre la figura del empresario basada en la persecución de los beneficios, la rentabilidad y el éxito en los negocios», clama el documento. Los pequeños empresarios instaron al Gobierno a renunciar a su política «persecutoria, estigmatizadora e incriminatoria» hacia el empresario.