EL TOQUE MÁGICO DE UNA ACTRIZ
Por más que lo intente, le costará mucho quitarse de encima sus interpretaciones de Mary Poppins, y de Emily Charlton, en ‘El diablo viste de Prada’.Y es que la actriz británica hizo un trabajo tan convincente, que no ha necesitado mucho más para ganarse
Lo suyo con la interpretación fue un echazo desde muy joven. Con apenas catorce años, ya despuntaba en los musicales y obras de teatro del colegio. Y con solo dieciséis años, conoció a su primer mánager. Su rostro dulce y sorprendente capacidad para el drama sedujo a los británicos en la serie La hija de Gideón, que le valió no solo varios premios, sino que con este trabajo también consiguió llamar la atención de la meca del cine, que la quería a toda costa.
Una asistente ambiciosa, y una niñera
mágica. En 2006, Hollywood llamó a su puerta para ofrecerle el papel que la catapultaría a la fama, y por el que será recordada durante toda su carrera. Interpretar a Emily Charlton, la asistente pelirroja de Miranda Priestly -Meryl Streep- en El diablo viste de Prada fue un antes y un después en su trayectoria.
SIEMPRE BRILLANTE A la izquierda, con un diseño de Alexander McQueen. A la derecha, en la after party de los Oscar 2024, con vestido de Dolce & Gabbana, junto a su marido, el actor John Krasinski.
Pero, cuando la crítica y el público ya estaban rendidos a los pies de Blunt, tras otros grandes éxitos, volvió a encarnar, en 2018, otro de los papeles de su vida, el de la niñera prodigiosa Mary Poppins, que tenía el listón por las nubes, al tener como predecesora a la mítica Julie Andrews.
Amor y cine. Emily se casó en 2010, en Italia, con el actor y director, John Krasinski, quien la dirigió en Un lugar en Silencio (2018), y su secuela (2021). La glamurosa pareja tiene dos hijas, Hazel y Violet.
Mejores amigas y compañeras de profesión. Cuenta Emily que el cine le ha permitido conocer a “gente increíble”, entre las que se encuentran sus mejores amigas. Blake Lively, Amy Adams y Anne Hathaway son tres de sus incondicionales.
Un cambio de estilo radical. Como le sucedió a la antes mencionada Anne Hathaway, Emily Blunt cambió de estilo tras rodar El diablo viste de Prada. Su estilista, Jessica Paster, planeó sus out ts para convertirla en una de las actrices más elegantes de la alfombra roja, y musa de las grandes ¤rmas del fashion system.