A LA SALUD DE LOS EPICÚREOS
en 1895 se descubrió en Boscoreale, una localidad en la ladera del Vesubio, un extraordinario conjunto de piezas de vajilla de época romana que quedó enterrado tras la erupción del volcán en 79 d.c. Entre las piezas se encuentra una copa de plata decorada con una serie de finos relieves en los que se representa a escritores y filósofos griegos famosos. Todos aparecen como esqueletos, una forma de recordar al bebedor que su vida será breve y que, por ello, debe aprovecharla. Una de las figuras representadas es Epicuro, y en el vaso se inscriben máximas que reflejan la visión tópica del epicureísmo como una filosofía del placer.
POETAS Y FILÓSOFOS
Los dos primeros esqueletos transmiten la idea de la muerte que espera a todos los hombres. A continuación aparecen tres escritores: Menandro, autor de comedias del siglo IV a.c.; Arquíloco de Paros, poeta del siglo VII a.c., y el ateniense Eurípides, el gran trágico del siglo V a.c. Luego dos filósofos discuten: Mónimo de Atenas –un cínico, como indican los perros (en griego kynes) que juegan frente a él– y el aristotélico Demetrio de Falero (identificado por la serpiente de cuya mordedura murió). Abajo, tras otros tres esqueletos que representan la muerte encontramos dos nuevos autores teatrales: Sófocles, el segundo gran trágico ateniense del siglo V a.c., y Mosquión, un autor trágico de Atenas del siglo III a.c. del que no se conserva ninguna obra. El último grupo enfrenta a otros dos filósofos, el estoico Zenón y Epicuro, ambos con un bastón y una bolsa de mendigo al hombro. Epicuro posa la mano en un pastel, mientras a los pies del trípode dos perros se aparean.
Copa de los esqueletos del tesoro de Boscoreale.
Diez centímetros de altura. Siglo I. Museo del Louvre, París.