OBRAS ETERNAS
2589 a.c.
El faraón
Keops sube al trono de Egipto y empieza a construir su pirámide en Gizeh.
604 a.c.
Inicio del reinado de Nabucodonosor II, a quien se atribuyeron los Jardines Colgantes de Babilonia.
560 a.c. El rey Creso de Lidia
ordena construir un gran templo dedicado a Ártemis en la ciudad de Éfeso.
432 a.c.
El escultor ateniense Fidias termina la gran estatua criselefantina de Zeus en Olimpia.
377 a.c. El sátrapa Mausolo
ordena edificar una magnífica tumba en la ciudad de Halicarnaso.
La Gran Pirámide es la más antigua de las Siete Maravillas de la Antigüedad y la única que sobrevive casi intacta. Las otras seis –los Jardines Colgantes de Babilonia, el templo de Ártemis en Éfeso, la estatua de Zeus en Olimpia, el mausoleo de Halicarnaso, el Coloso de Rodas y el Faro de Alejandría– fueron quemadas, destruidas por terremotos o por ejércitos, o tan saqueadas que solo sobreviven como ruinas.
Por fortuna, los antiguos estaban obsesionados con estas maravillas monumentales, a las que homenajearon con pasión en su prosa, su poesía y su pintura. Gracias a ello podemos recurrir a las fuentes originales para saber qué aspecto tenían, cómo estaban construidas y por qué eran importantes.
La designación de las Siete Maravillas como un conjunto procede de diversas listas de monumentos de la Antigüedad. La más antigua que ha llegado hasta nosotros es tan maravillosa como rara. Conocida como Laterculi Alexandrini, probablemente fue elaborada en la ciudad egipcia de Alejandría, en el siglo II o I a.c. Más tarde, el papiro en el que estaba escrita se empleó para momificar un cuerpo a orillas del Nilo, cerca de un lugar que los griegos llamaban Heracleópolis Magna. Tras hallar la momia, los arqueólogos recuperaron algunos fragmentos del papiro y vieron que el texto tenía la forma de una lista; de ahí el nombre de laterculus, con el que se designaban las listas o los calendarios inscritos en tablillas o lápidas.
Este antiguo documento evidencia la obsesión del mundo helenístico por crear listas. Porque lo más maravilloso del Laterculi
Alexandrini es que se trata de una lista de listas. Además de las Siete Maravillas del momento, también cataloga los siete manantiales más hermosos y lagos más grandes, las montañas más altas, las islas más bellas y los artistas y generales más talentosos que vivieron en la época en que los Ptolomeos, la familia de Cleopatra, gobernaban Egipto.
Escrito hace más de dos mil años por una mano inexperta, que sugiere que el documento lo copió un aprendiz de sacerdote o incluso un niño en un ejercicio didáctico, el papiro demuestra que la lista de las Siete Maravillas era un punto de referencia en la época en que fue escrito, un período en el que la influencia griega se sentía con fuerza en varios continentes: la llamada época helenística, ese