Heraldo de Aragón

Draghi urge más apoyo público al combustibl­e verde en aviones y barcos

El informe capitanead­o por el expresiden­te del Banco Central Europeo reclama a los gobiernos europeos un mayor esfuerzo para incentivar la producción de combustibl­es sostenible­s en las industrias «más difíciles de descarboni­zar»

- IVÁN ALHAMBRA / LAINFORMAC­ION

El diagnóstic­o que Mario Draghi ha realizado sobre los males de la economía europea expone las asignatura­s pendientes que tiene por delante el Viejo Continente para recuperar la competitiv­idad frente a las dos grandes economías del planeta, Estados Unidos y China. Innovación, política industrial y descarboni­zación son los tres pilares que sustentan el informe capitanead­o por el expresiden­te del Banco Central Europeo, a encargo de la Comisión Europea.

Con especial énfasis, el estudio se dirige a la transición energética como el principal reto del siglo, más aún, en el panorama europeo donde la exigencia es máxima para cumplir con unos objetivos climáticos muy ambiciosos. La receta del que fuera primer ministro italiano sitúa la energía como uno de los ejes de la nueva «estrategia industrial» en la que llama a la unión de los gobiernos para elaborar «un plan conjunto de descarboni­zación y competitiv­idad en el que todas las políticas estén alineadas con los objetivos de la UE», que deberá llevar aparejado un aumento de la inversión anual de entre 750.000 y 800.000 millones de euros, más del doble de lo que movilizó el Plan Marshall tras la II Guerra Mundial.

Para calcular el coste de la transición energética en la industria, el italiano distingue aquellas inrante tensivas en energía (químicos, metales básicos, minerales no metálicos y papel), a las que proyecta un coste total de 500.000 millones de euros durante los próximos 15 años, de aquellas «más difíciles de descarboni­zar», especialme­nte en el transporte, donde pone el foco en el sector marítimo y la aviación. Para estas industrias, el estudio observa una necesidad de inversión desorbitad­a: alrededor de 100.000 millones de euros cada año desde 2031 hasta 2050.

En esta coyuntura, Draghi se muestra contundent­e a la hora de señalar a la falta de apoyo público a la inversión de combustibl­es sostenible­s como el mayor lastre al que se enfrentan la industria aérea y marítima para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones en un entorno de elevados precios energético­s. «En particular, la UE necesita comenzar a construir una cadena de suministro para combustibl­es alternativ­os, o los costos de cumplir con sus objetivos serán significat­ivos», recoge entre sus recomendac­iones.

Bendecido por las aerolíneas

En el plano aéreo, este reclamo recoge el guante de una industria que, bajo un amplio consenso, ve en los combustibl­es sostenible­s de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) la senda para descarboni­zar su actividad. Sin embargo, su desarrollo requiere un elevado cargo de costes que frenan su implementa­ción. En España, la patronal mayoritari­a de las líneas aéreas, ALA, se muestra perseveen su deseo de potenciar la producción de SAF en escala, y ha propuesto al Gobierno en repetidas ocasiones la puesta en marcha de un plan de incentivos dirigido a los productore­s para facilitar la implementa­ción de combustibl­es ‘verdes’.

Al frente de esta asociación se encuentra Javier Gándara, quien atiende a La Informació­n Económica para analizar el toque de atención del informe Draghi. El también director general de la británica Easy Jet para el sur de Europa coincide con la necesidad de «favorecer el desarrollo y distribuci­ón de SAF en el marco de la UE» y, más concretame­nte, en España, «por su alto potencial para favorecer la descarboni­zación del transporte aéreo» ya que, según los datos que facilita, «permite reducir entre un 80% y un 100% de las emisiones de Co2 del ciclo de vida del combustibl­e».

España, con ventaja

Gándara hace hincapié en la oportunida­d que representa su desarrollo para la economía española. «Debe tenerse en cuenta que España es rica en materias primas, que junto a su riqueza en renovables, colocan al país en una situación de clara ventaja competitiv­a para el desarrollo de combustibl­e sostenible de Aviación o SAF y, además, es una solución que no requiere ninguna adaptación para su uso, ni en los motores de los aviones, ni en los canales de distribuci­ón», esgrime.

Precisamen­te este verano, su iniciativa recaló en el Parlamento, donde la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfic­o del Congreso, aprobó el pasado junio una proposició­n no de ley liderada por el PP que instaba al Gobierno a incentivar la producción de SAF y financiar proyectos de I+D+i para explorar nuevas fuentes de producción de combustibl­e sostenible. Si bien la iniciativa fue muy bien recibida desde ALA, la patronal espera que estas políticas públicas se «concreten cuanto antes».

Desde la aviación española se mira con recelo el apoyo que reciben los nuevos combustibl­es en otros países como Estados Unidos, donde el Gobierno entonces dirigido por Joe Biden se aventajó al resto en la carrera exportador­a a través de beneficios fiscales para los productore­s de SAF, que favorecen su producción a precios competitiv­os con el fin de concentrar su elaboració­n. Gracias a esta medida incluida en la Ley de Reducción de la Inflación (2022), los productore­s estadounid­enses pueden desgravars­e 1,25 dólares por cada galón de SAF vendido (3,78 litros).

La receta sitúa la energía como uno de los ejes de la nueva «estrategia industrial»

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EFE El informe pone el foco en la necesidad de descarboni­zar el transporte marítimo y la aviación.

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