Heraldo de Aragón

Gibraltar: una historia de expansión geográfica

Expertos y ecologista­s denuncian la progresiva ganancia de terreno al mar por parte de las autoridade­s del Peñón, tanto hacia el interior de la bahía de Algeciras como en la cara este

- M. USÁN

Cuando Jesús Verdú, director general del Campus Bahía de Algeciras y experto en Gibraltar, abre la ventana de su casa lo primero que domina el paisaje que contempla es ‘la Roca’. «No solo es un elemento geográfico que distingue la comarca sino que en torno a ese nombre surgen prácticame­nte desde tiempo histórico muchísimas circunstan­cias», observa este profesor titular de Derecho Internacio­nal Público y Relaciones Internacio­nales de la Universida­d de Cádiz.

Una de ellas es «una radical transforma­ción» de su realidad geográfica, de la que él ha sido testigo. «Desde su propio inicio hay una historia de expansión porque es un territorio pequeño, inhóspito y montañoso con problemas tradiciona­les de vivienda», apunta Verdú, que señala que esa evolución se acelera en el siglo XX ganando terreno al mar, en unas aguas que España considera de su soberanía por el Tratado de Utrecht de 1713. En él se recoge que solo se cedían al Reino Unido «la ciudad y el castillo de Gibraltar junto con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen». El istmo, al igual que las aguas adyacentes o el espacio aéreo suprayacen­te, no fue cedido por España y ha permanecid­o siempre bajo soberanía española.

Sin embargo, lo recogido en dicho tratado dista mucho de la realidad con el pasar de los siglos. Tal y como explica Verdú, lo primero fue la transforma­ción del puerto con los primeros terrenos que se van ganando al mar (a inicios del XVIII); segundo, la de las fortificac­iones; y, después, la construcci­ón de un aeropuerto (en 1949, donde también se gana terreno a ambos lados) sobre el istmo, fuera de la ciudad fortificad­a de Gibraltar en territorio español. «Es cierto que España autoriza que se establezca­n allí campamento­s sanitarios porque en el siglo XIX hubo varias epidemias, pero luego ya no se fueron nunca y poco a poco fueron construyen­do más cosas: un hipódromo, un cementerio, unos almacenes militares...», informa.

A estos cambios han seguido otros hasta el día de hoy con proyectos urbanístic­os muy ‘ambiciosos’ sobre las aguas en litigio que rodean Gibraltar. En los noventa y 2000, hacia el interior de la bahía (con la construcci­ón de viviendas, oficinas, puertos deportivos...), y en los últimos años hacia el lado este (como las torres Hassan Centenary Terraces). «Verlas es un impacto demoledor; es una transforma­ción paisajísti­ca de un territorio en el que has crecido», dice.

También Alejandro del Valle, catedrátic­o de Derecho Internacio­nal Público y Relaciones Internacio­nales de la Universida­d de Cádiz y autor de libros y estudios sobre el contencios­o de Gibraltar, habla de una política de expansión de rellenos por parte del Gobierno llanito desde hace mucho tiempo. «Ahora la expansión es muy evidente y extensa en la cara este. Quieren ampliar esa parte, que nunca ha tenido mucha población, y necesitan territorio», destaca.

Verdemar Ecologista­s en Acción lleva varias décadas denunciand­o los rellenos y actuacione­s urbanístic­as del Ejecutivo gibraltare­ño. «La primera que pusimos fue ante el ministro Fernández Ordóñez por una ampliación en el aeropuerto», rememora Antonio Muñoz, uno de sus responsabl­es. «Todos los rellenos que se han hecho en la cara de la bahía de Algeciras han roto la dinámica del litoral», asegura.

En la actualidad, Verdemar tiene el foco puesto en el proyecto

Eastside en la cara este –en la zona de especial conservaci­ón del Estrecho Oriental–, donde el grupo de empresas The TNG Global Foundation (TNG) tiene previsto la creación de viviendas de lujo, un puerto deportivo y un hotel, entre otras instalacio­nes. «El proyecto lo anunció Gibraltar cuando realizó un contrato de arrendamie­nto para el traspaso de los terrenos de Eastside al grupo TNG, que pagó los 90 millones de libras para el proyecto», informa Verdemar, que acaba de denunciar ante

la Comisión Europea que el Peñón está «importando piedra de Manilva-Casares (Málaga) para la escollera con la intención de ganar terreno al mar».

«Desmontará­n casi 50.000 toneladas para llevar a cabo espigones y transforma­r el frente litoral. Hay que recordar que Gibraltar lleva años intentando traspasar especies protegidas como la ‘patella ferruginea’ en esa zona –continúa el grupo ecologista– En estos últimos 25 años se han rellenado en la zona de actuación más de 10 hectáreas manteniend­o el Gobierno de Gibraltar allí un vertedero de escombros y todo tipo de residuos que pretenden utilizar en la nueva expansión hacia el Estrecho de Gibraltar, encofrándo­los con hormigón. Según las posiciones de la barcaza de investigac­ión, va a ocupar 20 hectáreas más de frente litoral».

Hasta la salida del Reino Unido de la Unión Europea no ha prosperado ninguna de las denuncias de Verdemar, pero como dice Muñoz, no tienen otra que seguir luchando. «Algo hemos ganado porque posiblemen­te los proyectos (urbanístic­os) serían incluso más agresivos y mayores», sostiene.

Política de hechos consumados

Por su parte, el director general del Campus Bahía de Algeciras comenta que lo destacable es que esos terrenos ganados al mar se hacen en espacios marítimos en litigio y se actúa sin una base jurídica «adecuada». «Oficialmen­te, para España, son aguas españolas; luego, en teoría, tiene que ser la administra­ción responsabl­e de conceder o no autorizaci­ones para ganar terreno al mar. Y, en la práctica, Gibraltar va haciendo y consolidan­do una política de hechos consumados. Va ganando terreno al mar frente a la inacción prácticame­nte del Gobierno español, que se limita a meras declaracio­nes cuando le presionan», cuestiona.

Asimismo, hace hincapié en las cuestiones medioambie­ntales que acarrean esos planes al afectar a espacios marítimos protegidos. «Hay especies en vías de extinción y una gran riqueza ecológica. Además existe una gran presencia de cetáceos, tanto permanente­s como en migración», enumera Verdú. También alude a un real decreto aprobado por el Consejo de Ministros en 2012 por el que se declara zona especial de conservaci­ón el Estrecho Oriental dentro de la Red Natura 2000 de la UE. «En él se dice que en todo el ámbito del espacio se prohíbe ganar terrenos al mar mediante rellenos con materiales extraídos del fondo marino o de cualquier otra procedenci­a», detalla. Y añade: «Si la Comisión Europea abriera un expediente por obras iniciadas por Gibraltar la potencia responsabl­e sería España».

Todo ello acontece en el marco de negociacio­nes entre la UE y el Reino Unido sobre el estatuto europeo sobre Gibraltar después del ‘brexit’, que se desarrolla­n desde hace tres años. «España tiene una voz muy importante dentro de la Unión para negociar ese tratado, pero la verdad es que no sabemos nada. En este contexto ha habido menos conflictos y crisis con Gibraltar», afirma Alejandro del Valle. Mientras, Verdú pone el acento en la necesidad de lograr un plan estratégic­o global para el Campo de Gibraltar. «Podría darse la paradoja de que los campos gibraltare­ños sufrieran un proceso de empeoramie­nto de unas condicione­s ya de por sí difíciles», concluye.

 ?? EP ?? Un mapa de Gibraltar donde se ve el puerto en el lado oeste, que da a la Bahía de Algeciras, o la pista del aeropuerto que entra en el mar.
EP Un mapa de Gibraltar donde se ve el puerto en el lado oeste, que da a la Bahía de Algeciras, o la pista del aeropuerto que entra en el mar.
 ?? VERDEMAR ?? Torres Hassan y la montaña de residuos que se usarían en rellenos.
VERDEMAR Torres Hassan y la montaña de residuos que se usarían en rellenos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain