Nicolás Maduro desafía a Sánchez al detener a dos españoles acusados de conspirar para el CNI
Moncloa niega que sean agentes secretos mientras el régimen apunta a una represalia contra Robles en plena escalada de la crisis
La crisis diplomática entre España y Venezuela escala en gravedad cuando parecía que el Gobierno de Nicolás Maduro trataba de orillar el desencuentro para defender sus intereses comerciales. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, anunció ayer entre pompa y circunstancia la detención de dos ciudadanos españoles –ambos de Bilbao– a los que señalo como agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y les acusó de estar vinculados a un supuesto plan para «desestabilizar el país» e intentar asesinar a figuras relevantes del régimen como el propio presidente o la vicepresidenta y ministra del Petróleo, Delcy Rodríguez.
Así lo proclamó el dirigente chavista en una rueda de prensa en la que también denunció la incautación de unos 400 fusiles provenientes de Estados Unidos y el arresto de un total de 14 personas en una operación de la que responsabilizó a la CIA.
El Gobierno español negó tajantemente anoche a este periódico que estos dos ciudadanos –José María Basoa y Andrés Martínez Adasme– estén vinculados con el servicio de inteligencia nacional. Durante su comparecencia, Cabello mostró sus fotos, sus nombres e incluso su número de pasaporte.
También especificó que ambos fueron detenidos en Puerto Ayacucho, localidad situada al suroeste del país, en la frontera con Colombia. Según el relato del ministro venezolano, estaban tomando fotografías a determinadas instalaciones del aeropuerto e interesándose por cómo podían «conseguir explosivos».
El chavismo les acusa de formar parte de un plan encabezado por la CIA estadounidense para conformar en el interior de Venezuela «un grupo de mercenarios» con el propósito de «causar el caos». También les acusa de intentar un ataque de falsa bandera contra la Embajada de Argentina en Caracas, donde se encuentran asilados varios opositores, para responsabilizar
al Gobierno de Maduro del sabotaje.
Cabello, además, señaló directamente a la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, que el pasado jueves por la noche dinamitó la estrategia de contención del Gobierno al calificar de «dictadura» a Venezuela. Una cruda descripción que, pese a que no responde a la postura oficial de la Moncloa, fue respondida por parte del chavismo con la llamada a consultas de su embajadora en Madrid.
«Con razón a la señora ministra de Defensa de España le dio un ataque de ira contra Venezuela en un acto de bautizo de un libro», afirmó Cabello, antes de acusar a la ministra, de cuyo departamento depende el CNI, de «promover la captación de terroristas» para que vayan al país latinoamericano.
El rastro perdido
La Embajada española en Caracas, por su parte, envió una nota verbal al Gobierno de Maduro pidiendo el acceso a los detenidos, con el fin de verificar sus identidades y su nacionalidad y,
de ser verificadas, conocer de qué se les acusa exactamente y que puedan recibir toda la asistencia necesaria. «La Embajada velará en todo momento por la protección y los derechos de cualquier español detenido en
Venezuela», explicaron fuentes diplomáticas.
En su perfil de la red social Linkendin consta que Basoa y Martínez tienen 35 y 32 años respectivamente. El primero asegura que es un «técnico superior en instalación, reparación y mantenimiento de instalaciones de gas, calefacción, fontanería y clima» con experiencia en España y Alemania. En el perfil del segundo, solo consta que es un desempleado en busca de oportunidades.
Los familiares habían denunciado a través de un medio digital que se les había perdido el rastro el pasado día 2, cuando tendrían previsto cruzar la frontera a Colombia. Según esta versión, los apresados se encontrarían de vacaciones en Venezuela. Con estas detenciones, Maduro reta al Gobierno de Pedro Sánchez días antes de que la Asamblea Nacional venezolana debata sobre la relación con España. El país sudamericano estaba empezando a desinflar la envergadura de estas amenazas, conocedor de lo que está en juego si rompe relaciones comerciales.
En esa línea, la vicepresidenta de Delcy Rodríguez se había reunido con el director de Negocios de Repsol en Venezuela, Luis Antonio García Sánchez. Una reunión que sirvió, como señalaron ambas partes para «discutir las alianzas y cooperación en materia estratégica».