Macron recurre al conservador Barnier para liderar un Gobierno con futuro incierto
Francia pone fin al bloqueo político con la elección del antiguo comisario de la UE como primer ministro de un gabinete que dependerá de Le Pen
El presidente, Emmanuel Macron, se decanta por la derecha para hacer frente al puzzle parlamentario, casi irresoluble, en que se encuentra Francia tras las elecciones anticipadas del 7 de julio. El Elíseo nombró al mediodía de ayer al conservador Michel Barnier, de 73 años, como nuevo primer ministro.
Con un comunicado austero, la presidencia puso punto final a cincuenta días de interinidad gubernamental, todo un récord en el país vecino. Lo hizo con una decisión poco ortodoxa, ya que Barnier forma parte de la derecha tradicional de Los Republicanos (LR), que terminó cuarta en los comicios con 47 diputados (de un total de 577). Y se encuentra muy alejado ideológicamente de la coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) que venció por la mínima las legislativas con 193 escaños.
El palacio del Elíseo indicó que tomó esta decisión tras un ciclo «inédito de consultas» en que el presidente se aseguró un primer ministro y un Gobierno «lo más estables posibles». Tras iniciar una primera ronda de contactos el 23 de agosto, Macron apartó de la carrera por Matignon a Lucie Castets, la candidata propuesta por el NFP, con este mismo argumento –o pretexto, según sus detractores– de la «estabilidad institucional».
En Francia, el voto de investidura no es obligatorio, pero Lucie Castets corría el riesgo de enfrentarse a una moción de censura desde octubre y no superarla. Pese haber sido elegido por el presidente, el futuro de Michel Barnier resulta incierto.
Moción de censura
Compuesto desde la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos) hasta el Partido Socialista, pasando por los verdes y los comunistas, el Frente Popular anunció que presentará una moción de censura contra Barnier y su Gobierno. Su futuro dependerá de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen. Esta formación ultra
derechista mantuvo la incertidumbre. A diferencia de lo que hizo con otros aspirantes, el partido de Le Pen no ha prometido una censura inmediata con Barnier. Ha aplazado su decisión al discurso de política general.
La designación del excomisario europeo de Política Regional entre 1999 y 2004 y del Mercado Interior entre 2010 y 2014 tiene lugar tras un largo desfile en los últimos días de dirigentes por el Elíseo. Pasaron por el palacio
presidencial Cazeneuve, Bertrand, los expresidentes Nicolas Sarkozy y François Hollande… El último en reunirse con Emmanuel Macron fue el elegido.
El flamante ‘premier’, que en los últimos años se encargó de las complejas negociaciones del ‘brexit’, tiene el mérito de encarnar a la perfección lo que un asesor del Elíseo bautizó como un ‘perfume de cohabitación’, es decir, como una sensación de cambio. Aunque procede de otra familia política y en los últimos años criticó con dureza a Macron, este exministro durante las presidencias de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy no cuestiona las medidas más polémicas del presidente, como elevar la edad de jubilación.
Obviamente, contará con el apoyo de los 166 diputados macronistas en la Asamblea. También dispondrá de un respaldo seguramente estable por parte de los representantes de la derecha republicana, aún más teniendo en cuenta sus buenas relaciones con Laurent Wauquiez, presidente del grupo de LR.
A pesar de que quizá nombrará algunos ministros de centroizquierda, las fuerzas progresistas han sido las más críticas con su nombramiento. «Barnier no dispone de ninguna legitimidad política ni republicana», afirmó el Partido Socialista en un comunicado. «Nos han robado las elecciones», aseguró Jean-Luc Mélenchon, uno de los referentes de la Francia Insumisa.