Nos entretienen con pan y circo
Llama la atención que, tras tantos años de crisis, pandemia, más crisis, desencanto con gobierno y oposición, hartazgo de los trabajadores que producen nuestra comida y devaneos sobre lo que está o no está bajo la Constitución, no hay una verdadera manifestación del descontento general. Sí, las hay por escrito en la prensa, en los debates de radio y televisión, hay críticas, incluso de técnicos y expertos. Mientras tanto, parte de la población está falta de las más esenciales necesidades, vivienda, salud, la cesta de la compra, educación, seguridad, etc. No pasa nada, se trata de que el ciudadano de a pie, incluidos algunos que puede que vean difícil llegar a fin de mes, crea bien alimentada su autoestima, y esa es la gran baza de los que quieren, y consiguen, desviar el interés de nuestras preocupaciones. Hoy en día podemos compensar nuestras necesidades reales con pequeños lujos que nos hacen pensar que todo va bien. Parece que tener tarifas de internet accesibles, vuelos, ropa, fútbol, fiestas populares y demás sea algo más que el merecido premio a nuestro esfuerzo diario. Lo es, para la mayoría. Pero no deberíamos olvidar que este es el pan y circo del que se aprovecha esa minoría, de cualquier signo, que sigue gastando energías jugando al insulto, la descalificación, la provocación, en lugar de invertir todas sus fuerzas en solucionar los problemas del país. Prefieren que estemos distraídos para que no veamos su incapacidad. Decía Napoleón que un ejército se mueve sobre su estómago, y a un gobierno, el que sea, no le conviene que se desestabilice el equilibrio entre pan y circo, la gente debe estar satisfecha, o que piense que lo está. ¿Será mejor para sus intereses mantener nuestra atención sobre el circo, a pesar de que sea más difícil conseguir el pan? Quizás sea así, porque también saben que con el estómago lleno se piensa mejor… Tomás López Agustín
HUESCA