¿Qué hace Zapatero?
Desde la celebración de las elecciones en Venezuela, Rodríguez Zapatero, que acudió como observador, ha guardado un injustificable silencio ante el clamor de fraude electoral. Si se confirma la información de un diario mejicano de que está presionando a dirigentes del Grupo de Puebla (donde se dan cita los mandatarios progresistas de América Latina) para que no denuncien el fraude, su labor de ‘lobby’ a favor del régimen represor y populista de Venezuela superará todos los límites éticos y democráticos. Dirigentes socialistas aseguran que el régimen bolivariano es una de las principales fuentes de ingresos del expresidente del gobierno español. El silencio de Zapatero es tanto más reprobable sabiendo que la represión de Maduro frente a las protestas ciudadanas ha costado la vida al menos a veinticinco personas y más de dos mil están detenidas en dos nuevos centros de internamiento. Menos mal que algunos presidentes de América del Sur son inmunes a sus presiones y así Gabriel Boric, de Chile, ha denunciado el fraude y la vicepresidenta de Maduro, la famosa Delcy, que aterrizó en Barajas y fue recibida por Ábalos con su guardaespaldas Koldo, le ha acusado de «ser seguidor oculto de Pinochet». Boric es la prueba de que la izquierda no ha perdido el norte por intereses espurios. Pero Zapatero no ha querido apoyar la declaración del responsable dominicano, Lionel Fernández, el colombiano Ernesto Samper, Naciones Unidas o el Centro Carter, que exigen la publicación de las actas custodiadas por orden de Maduro. Curiosamente, Pedro Sánchez sí ha solicitado con otros gobiernos europeos que se hagan públicas las actas de las votaciones. Aquí hay gato encerrado y huele a dinero sucio.