Heraldo de Aragón

Ayoub Ghadfa se cuelga la plata

El boxeador español cae ante el uzbeko Bakhodir Jalolov en el combate decisivo de la categoría de +92 kg

- EFE/PÍO GARCÍA

PARÍS. El español Ayoub Ghadfa cayó ayer en la final de +92 kilogramos ante el uzbeko Bahodir Jalolov por decisión unánime y se tuvo que conformar con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024. Se le sigue resistiend­o a España el oro olímpico en boxeo, una meta que todavía no ha logrado, aunque en París pudo romper una racha de 24 años sin ninguna presea, tras la plata en Sídney 2000 de Rafa Lozano, que igualó su pupilo ayer en Roland Garros.

Una pelea en la Philippe-Chatrier en la que Ayoub se enfrentaba al reto más difícil de los Juegos Olímpicos, un Jalolov imponente sobre el cuadriláte­ro y con un recto de derecha que el español intentó evitar a toda costa, pero en cuanto se le pasó la frescura de piernas para salirse de la distancia, le llegaron dos manos de poder. Dos cuentas de protección, a falta de diez segundos para el final del primer round y otra tras el sonido de la campana que hicieron que a Ayoub le fallasen las piernas, rozando la caída. No cayó, pero sí sus opciones de ganar el oro.

Un claro 5-0, además con uno de los jueces dándole solo ocho puntos al español por los diez al uzbeko. El minuto de descanso le sirvió a Ayoub para reponer fuerzas, pero no encontró la forma de hacer daño a Jalolov más allá de las manos rectas al cuerpo que, sin embargo, no mellaron en el físico del uzbeko.

Cayó Ayoub también en el segundo asalto de forma clara y en el último, ya con la pelea perdida, fue hacia delante, pero no asumió riesgos innecesari­os en un combate que se le escapó en el primer asalto. Eso sí, el marbellí se va de París con una medalla de plata al cuello y como el mejor boxeador de la expedición de seis púgiles clasificad­os para los Juegos Olímpicos.

Ghadfa se había clasificad­o para la final tras haberse impuesto el pasado miércoles al francés Djamili-Dini Aboudou, por un marcador global de 0-5. Su rival en el combate definitivo, Bakhodir Jalolov, había vencido previament­e al alemán Nelvie Raman Tiafack, también por 05, en la otra semifinal de la categoría de +92 kg.

El español, actual campeón de Europa de los superpesad­os, dejó clara su ambición en la capital francesa desde su primer combate. Y ni siquiera se amilanó en su battalla contra el galo Djamili-Dini Aboudou. Pese al fervor que lucían las instalacio­nes del torneo tenístico de Roland Garros, ya que un púgil local estaba en competició­n, el de Marbella también manejó todo a la perfección en las semifinale­s. Durante el primer asalto, controló las distancias y coló algún que otro ‘crochet’ cuando más daño hacía a su oponente. De hecho, se cansó bastante pronto el francés, que vio cómo los árbitros premiaron el mayor ahínco de Ghadfa.

A pesar de que las gradas animaban cada vez más a su compatriot­a, Aboudou sucumbió igualmente en el segundo asalto, y además lo hizo por decisión unánime de los cinco jueces. De cara al siguiente y último asalto, Ghadfa dio un susto inesperado, al ser alcanzado de manera leve por su rival y sufrir un resbalón, pero enseguida se sobrepuso para acceder a la final.

Acoso escolar

Hasta que se marchó a Madrid a estudiar en la Universida­d, jamás hubiera pensado Ayoub Ghadfa (Marbella, 1998) que podía acabar con una medalla olímpica colgada del cuello. El púgil andaluz, que sufrió, como tantos boxeadores, acoso escolar de niño, decidió aprender kick-boxing para defenderse. Le cogió afición y llegó a pensar en meterse profesiona­l. Sus padres, sin embargo, le recomendar­on que siguiera estudiando. Una vez acabado el Bachillera­to, su intención era matricular­se en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la Universida­d de Granada, para estar más cerca de casa, pero en la EBAU le falló la nota por unas décimas. Esas décimas, que en su día tanto disgusto le causaron, son en buena medida culpables de que hoy esté en París alzando el puño y con una medalla olímpica.

Como en Granada no era posible, Ayoub se marchó a Madrid para cursar en la Autónoma la carrera que le interesaba y se matriculó en un gimnasio para seguir dándole al kick-boxing. Esa decisión le cambiaría la vida. El veterano entrenador José Valenciano le echó el ojo y le propuso que probara con el boxeo. Ayoub dijo que sí, animado por la posibilida­d de imitar a dos de sus grandes ídolos, Mike Tyson y Muhammad Ali.

Cuando el selecciona­dor nacional, Rafa Lozano, tropezó con él, quedó prendado. No hay muchos púgiles prometedor­es de ese peso (más de 92 kilos) en España y le propuso prepararse. Ayoub tenía mucho que aprender, y lo hizo a base de combatir. Derrota a derrota, golpe a golpe, el marbellí se adentró en los misterios del boxeo. Los desentrañó tan bien que fue bronce en el Mundial de 2023. Y ahora se ha colgado la plata en los Juegos Olímpicos de París.

«El andaluz pierde el combate por decisión unánime contra un rival imponente que no dio ninguna opción

Se le sigue resistiend­o a España el oro olímpico en boxeo, una meta que todavía no ha logrado en unos Juegos

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KIKO HUESCA/EFE El boxeador español Ayoub Ghadfa (azul), en el combate de ayer por la medalla de oro ante el uzbeko Bahodir Jalolov.

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