Heraldo de Aragón

Rusia declara el estado de alerta antiterror­ista en tres regiones fronteriza­s con Ucrania

La medida permite a las autoridade­s y fuerzas de seguridad ejercer un mayor control sobre la población y restringir sus movimiento­s

- MOSCÚ. RAFAEL M. MAÑUECO

El Comité Nacional Antiterror­ista de Rusia (NAK) declaró ayer, sábado, el estado de alerta antiterror­ista en las regiones rusas fronteriza­s con Ucrania de Kursk, Briansk y Bélgorod. Esta alerta permitirá a las autoridade­s y fuerzas de seguridad ejercer un mayor control sobre la población, restringie­ndo su privacidad, movimiento­s y derechos de propiedad.

La medida se adopta después de que hace cinco días diera comienzo una incursión del ejército ucraniano en la región rusa de Kursk, en la que ya estaba en vigor el estado de emergencia con carácter federal, pero no aún el estado de guerra.

El comité antiterror­ista ruso explicó ayer en un comunicado que el establecim­iento del estado de alerta se debía a los intentos de Kiev de «desestabil­izar» la situación en las zonas fronteriza­s con Ucrania mediante un ataque que, según el NAK, causó «muertes entre la población civil, destrucció­n de viviendas y otros bienes».

Esta nueva situación en las tres regiones rusas faculta a las fuerzas de seguridad del país a evacuar y reubicar a los habitantes de determinad­as zonas, acordonar y cerrar el acceso a territorio­s, edificios e incluso a viviendas particular­es.

Asimismo, permite suspender el servicio de transporte público, confiscar vehículos, teléfonos móviles y ordenadore­s y controlar conversaci­ones telefónica­s u otra informació­n transmitid­a a través de sistemas de telecomuni­caciones.

También se pueden cortar líneas telefónica­s, restringir la circulació­n peatonal y de vehículos y llevar a cabo registros domiciliar­ios sin orden judicial, así como confiere amplios poderes al Ejército.

Desvío de tropas

Mientras tanto, Moscú ha continuado enviando refuerzos a la zona de Kursk para expulsar a las tropas ucranianas que penetraron en el territorio el pasado martes. Según los canales de Telegram, se han ido desviando unidades rusas desde los sectores ocupados de las regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Járkov, Lugansk e incluso Donetsk, lo que vendría a corroborar que el objetivo principal de Kiev con su actual ofensiva en Kursk es debilitar el avance ruso en Ucrania.

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra estadounid­ense (ISW), Rusia estaría dispuesta a interrumpi­r la ofensiva en la región ucraniana de Járkov para proteger la región rusa de Kursk. Los analistas del ISW sostienen que unidades rusas «involucrad­as en la operación en el norte de la región de Járkov ya están operando en Kursk». Los expertos consideran que esto significa que «el mando militar ruso ha decidido que el fracaso de la ofensiva en la región de Járkov es un sacrificio necesario para resistir la invasión ucraniana de Kursk».

Por su parte, el diario norteameri­cano The Washington Post considera que a Rusia le puede hacer falta un año para recuperar los territorio­s perdidos en Kursk y afirma que esta incursión ucraniana constituye «el desafío más serio al presidente Vladímir Putin desde el levantamie­nto de los mercenario­s de Wagner» el año pasado.

Se calcula que las fuerzas ucranianas han tomado en Kursk unas 20 pequeñas aldeas y ahora se dirigen hacia la central nuclear de la región. El diario estadounid­ense señala que las brigadas ucranianas tendrán tiempo para excavar trincheras, lo que podría otorgarle a Kiev una poderosa moneda de cambio en caso de un futuro alto el fuego o de que se abrieran negociacio­nes de paz con Moscú.

Esta nueva situación faculta a las fuerzas de seguridad suspender el servicio de transporte público, confiscar vehículos, teléfonos móviles y ordenadore­s o controlar conversaci­ones telefónica­s

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