Aragonès se despide alabando el pacto fiscal con el PSC como «el mayor avance» desde 1977
El todavía presidente del Gobierno catalán en funciones dirigió su última reunión y volvió a defender que «el horizonte es la independencia»
BARCELONA. Pere Aragonès se despidió ayer de su cargo de presidente de la Generalitat catalana una vez constatado que Salvador Illa reúne todas las condiciones para sucederle tras la sesión de investidura que se celebrará mañana en el Parlament de Cataluña. Lo hizo tras dirigir su última reunión semanal del Govern, celebrada en la misma jornada en la que su partido, Esquerra, confirmaba al presidente de la cámara que apoyarán al exministro socialista, al igual que los comunes y el PSC.
El dirigente republicano, que ha ocupado el puesto desde mayo de 2021, cuando formó Ejecutivo de coalición junto a Junts –y luego en solitario desde 2022–, alabó los logros conseguidos en la última legislatura. El más reseñable, especificó, el pacto alcanzado para reconocer la «singularidad» catalana en el modelo de financiación territorial. «El mayor avance en la soberanía de Cataluña» desde 1977, zanjó, en referencia a la recuperación del autogobierno tras el franquismo.
Aragonès ya confirmó su retirada de la política el pasado 13 de mayo, el día después de los comicios autonómicos en los que ERC quedó relegado a tercera fuerza política, con 20 diputados –13 menos que en 2021–. Un resultado que abrió una profunda crisis en la formación, con facciones internas enfrentadas y una orfandad en el liderazgo que se extenderá, al menos, hasta que celebren su congreso en otoño. El dirigente catalán no quiso confirmar si su decisión será para siempre pero defendió que, desde su llegada a la presidencia, ha mantenido un diálogo «más fluido» con el Gobierno de España que ha permitido elevar la cuota de poder político para Cataluña y citó, además del acuerdo de financiación territorial, la amnistía, los indultos o la supresión del delito de sedición. «Se ha contribuido a acabar con la represión. La amnistía es un paso de gigante y es un reconocimiento del Estado de que se equivocó», expresó en relación a la medida de gracia de la que, especificó, «tiene muchos enemigos poderosos».
Cambio de época
Pese a que mañana, salvo giro de guion, el Parlament investirá al primer presidente no independentista en los últimos 14 años, evitó señalar que esta circunstancia suponga un cambio de época. «Solo el tiempo lo dirá», afirmó. «Nuestro horizonte es la independencia, que nadie dude que cada paso que hemos dado va orientado hacia esa dirección, a pesar de que somos conscientes de que esto no es un camino fácil», insistió en la que fue su última rueda de prensa en la emblemática Sala Gótica del Palau de la Generalitat.
Sobre la demanda de Junts de suspender el pleno de investidura si Carles Puigdemont es detenido en su regreso a España, Aragonès esquivó la cuestión y reiteró su voluntad de defender un retorno «con plena libertad».